Guatemala

Proyecto migratorio podría ser aprobado en el 2014

La reforma migratoria es una de las aspiraciones de los indocumentados que viven en Estados Unidos; sin embargo, el llamado "sueño americano" depende de la aprobación del proyecto en el Congreso, que se estancó este año, por la polarización política entre demócratas y republicanos, y se espera que sea aprobada en el 2014.

Los periodistas César Pérez —izquierda— y Miguel González dialogan con las analistas  Elisabel Enríquez, de la Mesa Nacional de Migración, y Úrsula Roldán, de la Universidad Rafael Landívar.

Los periodistas César Pérez —izquierda— y Miguel González dialogan con las analistas Elisabel Enríquez, de la Mesa Nacional de Migración, y Úrsula Roldán, de la Universidad Rafael Landívar.

Elisabel Enríquez, coordinadora de la Mesa Nacional de Migración (Menamig), y Úrsula Roldán, responsable del Área de Migraciones de la Universidad Rafael Landívar, coincidieron ayer en el programa Diálogo Libre, transmitido en www.prensalibre.com, que el proyecto de ley podría aprobarse en los primeros seis meses del próximo año.

¿Hay esperanzas de una reforma migratoria en el 2014 en Estados Unidos?

Enríquez: En el 2007 comenzamos con un intento de una reforma migratoria, y en el 2013 los inmigrantes se quedaron esperando que fuera aprobada. Si no le dan luz verde en los primeros seis meses será muy difícil después, ya que el próximo año hay elecciones legislativas en EE. UU., por lo que se vislumbra un esfuerzo del Congreso en aprobar el proyecto a principios del 2014.

¿Es un proyecto que le importa al gobierno de Barack Obama o solo usa el tema como plataforma política?

Roldán: Es parte de la agenda política de Estados Unidos, porque para ellos es decisivo tomar esa medida. Obama ha enfatizado en sus discursos como medida emergente la aprobación de la reforma migratoria. En el caso de los demócratas, continúan apostando por una reforma integral. Analistas señalan que de no aprobarse una reforma migratoria en el Congreso, Obama tendrá que tomar medidas administrativas para que su electorado latino no deje de confiar en su gobierno.

¿Quién sería el responsable del fracaso de una reforma migratoria?

Enríquez: Ni a los demócratas ni a los republicanos les conviene el fracaso de la reforma migratoria. El problema entre ambos es quién se lleva el crédito político al aprobarse ese proyecto. Actualmente serían los demócratas quienes se llevarían ese crédito, mientras los republicanos le estarían dando un capital de siete millones de votos al Partido Demócrata. En este momento, los republicanos serían los responsables de la no aprobación de esa iniciativa.

¿Tiene algo que ver el Tea Party, el ala ultraconservadora del Partido Republicano?

Enríquez: Hemos visto quiénes están detrás de la aprobación o no de una reforma. Por un lado están las empresas que venden armas, las compañías que tienen el poder de las cárceles donde son detenidos los inmigrantes.

En un análisis que efectuamos vimos que el pago para los empresarios de los centros carcelarios por mantener detenido a un inmigrante oscila entre US$100 o US$125 por noche. Existen muchos intereses económicos dentro del Tea Party.

¿Ha asesorado bien a los connacionales el Gobierno de Guatemala?

Roldán: Hay algunos esfuerzos por parte del Ministerio de Relaciones Exteriores, así como del Menamig. Hay proyectos como “Súbete al tren”, para que los inmigrantes no sean estafados, lo cual es un esfuerzo importante de parte de la sociedad civil. Hay un acercamiento con connacionales en EE. UU., como el aumento de los consulados en ese país. Pero vemos una deficiencia grande con el tema de la documentación, porque el costo representa un obstáculo. Los esfuerzos aún son insuficientes y dependen de que se amplíe la campaña informativa.

¿Cómo debe apoyar el Gobierno de Guatemala a los inmigrantes en EE. UU.?

Enríquez: El Estado puede hacer muy poco, pero puede apoyar a las organizaciones guatemaltecas en Estados Unidos. Existen organizaciones que hacen cabildeos de alto nivel sobre los inmigrantes, y el Gobierno puede apoyar a la comunidad guatemalteca con recursos o contrataciones de asesores que puedan participar de esos cabildeos que se desarrollan a favor de los connacionales en Estados Unidos.

¿Por qué los salvadoreños y hondureños son más escuchados por EE. UU. y obtienen apoyo, por ejemplo, con el TPS?

Enríquez: Es importante recordar que Honduras y Nicaragua obtienen el TPS (Estatus de Protección Temporal) después del huracán Mitch (1998). A El Salvador se le renueva ese mismo año tras los terremotos que había vivido dos años antes.

El TPS para los guatemaltecos es un tema difícil, ya que las reglas de EE. UU. para otorgar ese beneficio se basan en justificaciones reales. Creo que como guatemaltecos perdimos la oportunidad en 1998 de haber aplicado al TPS y unirnos al bloque regional.

El promedio anual de deportaciones es de 400 mil —48 mil guatemaltecos—. ¿Cómo minimizarlo?

Roldán: Una de las presiones que hay por parte de la sociedad civil en EE. UU. es que se frenen las deportaciones masivas y ello depende de un diálogo regional. Es un problema social, político y económico. Los gobiernos afectados deben tomar medidas, como generar más oportunidades de empleo para la juventud, quien es la que más emigra. Las migraciones no se van a detener, pero se pueden minimizar.

¿Cumple México sus compromisos de respetar derechos humanos de los migrantes que pasan por ese país?

Roldán: Hay esfuerzo e incluso leyes que protegen a los inmigrantes que van rumbo a Estados Unidos, pero hace falta una acción más comprometida del Gobierno para que los connacionales no sufran en manos del crimen organizado y tampoco de las autoridades.

Enríquez: Aunque las autoridades se han comprometido con proteger a los indocumentados, ellos no están a salvo de la violencia, secuestro y extorsiones en su camino a EE. UU.

Proyecto de ley

Hay 1.5 millones de guatemaltecos en EE. UU.

El Senado de EE. UU. aprobó un texto de reforma migratoria en junio último que contempla conceder la ciudadanía estadounidense a indocumentados después de 13 años.

La reforma migratoria es una prioridad del gobierno de Barack Obama y los demócratas en el Congreso, pero los legisladores republicanos se niegan a debatir abiertamente ese proyecto.

En Estados  Unidos viven unos 11.3 millones de indocumentados —1.5 millones de guatemaltecos— que tienen la esperanza de una pronta reforma migratoria.

Q35 mil millones, en promedio por año, envían los connacionales a Guatemala.

En elgobierno de  Obama se han deportado un promedio de 400 mil inmigrantes por año —48 mil guatemaltecos en el 2013—.