“La pasada está dura”, comentó Cac, al tiempo que recordó que, de los 15 migrantes que viajaban con el coyote, solo dos pudieron llegar a EE. UU.
“Íbamos en el desierto. Nos corretearon y escapamos, pero estuvimos caminando casi cuatro días; no teníamos agua, queríamos entregarnos y pedíamos a Dios que llegara la migra”, fue parte del relato de este joven.
“Vimos luces y pensamos que estaban cerca. Seguimos caminando, pero algunos compañeros se fueron quedando —muertos— hasta que llegamos dos nada más”, narró Cac, quien en El Trébol abordó el bus que lo llevó de regreso con su esposa y dos hijos.
Doble dolor
Sirín Suy trabajó durante cinco años en EE. UU. El día trágico llegó cuando, junto a un compañero, buscaban un apartamento, pero agentes de la Policía de Tucson, Arizona, donde residía, detuvieron su automóvil.
“Creo que fue por nuestra apariencia latina, porque había muchos carros y fue justo a nosotros a quienes detuvieron”, aseguró el migrante.
A partir de ahí, Sirín Suy pasó 90 días en la cárcel, 60 de los cuales estuvo en una prisión federal, “junto con narcotraficantes y pandilleros”.
Después fue enviado a un centro correccional y el 23 de noviembre se le notificó su deportación, pero fue el 28 de diciembre último cuando esta se hizo efectiva.
“Me fui porque no hay trabajo, por la violencia y la situación política del país”, señaló.
El drama de Sirín Suy se incrementó cuando, al pedir sus pertenencias en las oficinas de Migración, instaladas en la Fuerza Aérea Guatemalteca, le informaron que estas “no aparecían”.
“Traía tarjetas de crédito, de débito, de mi cuenta en EE. UU. donde está el dinero de mi trabajo y mis ahorros, y un celular que recién había comprado. Yo vi cuando lo metieron todo al avión, pero ahora me dicen que no está. No quisiera pensar mal, pero alguien aquí me robó lo poco que traía”, lamentó.
Para este migrante, quien permaneció esposado de pies y manos durante su estadía en una cárcel extranjera, es injusto que en su país se le “traicione” de esta forma. “Por esa razón me fui”, aseguró.
Temor
“Si tiene otra opción, mejor no se vayan”, es el consejo de un joven de 23 años que regresó, al igual que Cac y Sirín Suy, deportado de EE. UU.
El temor no permitió que el migrante, originario de Jutiapa, diera su nombre, pues afirmó que volverá a intentar llegar al país “donde dicen que todo es bonito”.
El joven cuenta que hay coyotes que utilizan a los migrantes como mulas, pues les ponen una mochila con ocho kilos de marihuana, para que la pasen al otro lado y siempre envían a un grupo como carnada.
“Estuve un año y dos meses en prisión, pero es mi sueño y lo voy a intentar otra vez”, aseguró.
Regresan a casa
Durante el 2016, Migración contabilizó 91 mil 277 guatemaltecos deportados.
- Vía aérea, desde Estados Unidos, fueron 35 mil 465 connacionales retornados.
- De ellos, 31 mil 523 son hombres mayores de edad y tres mil 720 mujeres mayores. Además, hay 152 hombres menores y 70 mujeres menores.
- Vía terrestre, al 26 de diciembre, fueron deportados desde México 55 mil 812 personas.
- Desde México regresaron 33 mil 822 hombres y nueve mil 804 mujeres mayores de 18 años. Además, siete mil 772 hombres y cuatro mil 424 mujeres menores de edad.
- Ayer llegaron los últimos tres vuelos del año con deportados. En total fueron 339.