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Niño busca cumplir su sueño: ser policía

A cuatro meses de haber sido víctima de una bala perdida, César Tocay, de 12 años, se recupera, ya que la mitad de su cuerpo quedó sin movimiento. Sin embargo, eso no borra de su memoria su mayor sueño: ser policía.

Luisa Hernández, abuela de César Tocay, agradeció a Dios y a los médicos, porque por segunda ocasión le salvaron la vida a su nieto.

Luisa Hernández, abuela de César Tocay, agradeció a Dios y a los médicos, porque por segunda ocasión le salvaron la vida a su nieto.

El 29 de mayo pasado, como todas las mañanas, el pequeño se levantó a traer el periódico, pero justo al regresar a su vivienda una bala perdida, producto de un ataque armado contra Marcial Borrayo, de 65 años, vendedor de jugos de naranja, no le permitió llevarlo a casa.

Aunque ese día la luz del sol parecía apagarse para la familia Tocay, el esfuerzo de los médicos del Hospital General San Juan de Dios hizo, después de 56 días, que el pequeño saliera a cumplir sus sueños.

Luisa Hernández, abuela del menor, manifestó que aunque la mitad de su cuerpo no tiene movimiento, por los daños que le causó la bala en la cabeza, la sonrisa, sueños y retos no cambiaron.

Sin recordar

“Cuando recién regresó todos le preguntaban si recordaba el ataque. Él respondía que no”, contó Hernández mientras sostenía la silla de ruedas de su nieto, quien miraba tras una reja negra la carretilla de panes propiedad de su abuelo.

Agregó que los médicos le hicieron tres cirugías en los 56 días que estuvo hospitalizado y luego de eso ordenaron terapias. Sin embargo, por la falta de dinero han optado por llevarlo a la clínica municipal de Chinautla.

“Pagamos Q10 por la terapia y Q30 por el viaje de la casa a la clínica, dos veces por semana. Aunque sabemos que en el Hospital hay mejor equipo para que César se recupere, el dinero no alcanza”, dijo Hernández.

Mientras la abuela narraba las preocupaciones en los pasillos del San Juan de Dios y el abuelo preparaba unos panes con longaniza en su carretilla, el niño confirmó que no recuerda nada del hecho y que extraña ir a la escuela, jugar futbol e ir por el periódico.

Perdió a su madre

El niño dijo que a pesar de las cicatrices en la cabeza y la pierna derecha, así como la pérdida parcial de movimiento en el cuerpo, su fe por vivir es “inmensa” como el amor a sus abuelos, quienes lo criaron luego de que su madre falleciera producto de la violencia cuando él tenía 10 meses.

“Quiero ser policía, y aunque no me gusta la matemática quiero seguir estudiando; incluso para no perder quinto mi maestra me mandará las guías para recuperarme y pasar a sexto”, relató el pequeño mientras acomodaba el gorro que oculta las cicatrices de su cabeza.

Familia pide ayuda 

César debe tomar cada 24 horas Somazina de 30 miligramos, como parte del tratamiento, lo que representa un alto costo para la familia del niño.

La abuela Luisa y el tío Carlos Hernández, piden ayuda tanto económica como material. Puede hacerlo a través de la cuenta de ahorros número 4595010694 en banco Banrural a nombre de Luis Xajap Tocay, abuelo del menor. 

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