Guatemala

El Noel de la barba natural

Son las 16.25 horas y Santa Claus baja las gradas eléctricas de Oakland Mall, pero antes de que pueda llegar a la planta baja ya se le acercan varios niños a abrazarlo y a estrechar su mano.

La cola de padres e hijos que lo esperan para tomarse la tradicional fotografía con él ya supera las 15 personas en ese momento. “Me encanta ser Santa”, asegura Alejandro Recinos, quien lleva tres años de personificar allí al anciano bonachón.

Justo cuando parece que por fin llegará al confortable sillón verde donde se tomará fotografías, un infante de unos 4 años le intercepta el paso para abrazarlo. Recinos atribuye la atracción a que su barba es natural.

¿Qué le piden los niños?

Lo más común es que pidan muñecas, legos, carritos y, por supuesto, Wii o Playsta-tion.

¿Qué es lo que más le gusta de interpretar a Santa?

La ternura, la inocencia y la apertura tan franca que tienen los niños para expresar sus sentimientos.

¿Qué lo ha conmovido?

Me ha conmovido la participación de personas de todas las edades.

Acá vino ya una vez a compartir conmigo una persona de 84 años, días después vino un bebé de 9 días. Esa convivencia es satisfactoria.

¿Le piden cosas no materiales?

Algunos niños, quizás influenciados por sus padres, piden juguetes para los niños pobres.

¿Qué lo ha conmovido más?

Cuando vienen niños con alguna discapacidad que me piden volver a caminar o bien aquellos que han perdido a un hermanito y dicen que le prestarán sus juguetes si regresan.