El comité de la ONU, con sede en Ginebra, Suiza, deberá divulgar luego su informe acerca de la aplicación por parte de los 193 Estados miembros, entre ellos la Santa Sede, de la convención que protege a los niños.
El comité no tiene poderes sobre la aplicación de la ley, pero un reporte negativo podría resultar un golpe para la Iglesia Católica presidida desde marzo por Francisco, quien se comprometió a cambiar el rostro de esa institución tras los escándalos que la han desprestigiado.
Las denuncias de abusos vienen de Irlanda, Estados Unidos, Alemania y América Latina.
Asociaciones de víctimas de sacerdotes pederastas, sobre todo de Estados Unidos, han criticado a la Santa Sede por evitar dar informaciones sobre los casos y quieren saber si fueron denunciados a la autoridad judicial o si han sido encubiertos por la jerarquía de la Iglesia.
El papa Francisco creó en diciembre último una comisión para ayudar a las víctimas de sacerdotes pederastas y evitar nuevos casos.
Pese a esa voluntad, una página en internet denunció al Vaticano por no autorizar la extradición a Polonia del religioso Jozef Wesolowski, acusado de pederasta en República Dominicana.