Política

“Coherente con su línea de pensamiento” y “agenda ambiciosa”: qué dicen analistas del discurso de Bernardo Arévalo en su toma de posesión

El nuevo presidente prometió trabajar por los pueblos originarios y de la mano de comunidad internacional para restituir la institucionalidad y decir "nunca más el autoritarismo".

El presidente Bernardo Arévalo en el momento en que pronunciaba su discurso de toma de posesión el 15 de enero por la madrugada. (Foto Prensa Libre: Esbin García).

El presidente Bernardo Arévalo en el momento en que pronunciaba su discurso de toma de posesión el 15 de enero por la madrugada. (Foto Prensa Libre: Esbin García).

El presidente de Guatemala, Bernardo Arévalo de León, pronunció su discurso de toma de posesión el 15 de enero a las 00.36 horas.

Durante 26 minutos y 7 segundos hizo referencia a los planes de gobierno y mencionó la participación ciudadana, en especial de los pueblos ancestrales y la comunidad internacional, para mantener y proteger la democracia en Guatemala.

Fue puntual en asegurar que luchará contra la corrupción y destacó: “Nunca más el autoritarismo, nunca más a la violencia o la arbitrariedad”.

Además, habló sobre llevar a cabo las inversiones para llevar energía eléctrica y agua a todo el país, así como abordar las deudas históricas y generar empleos. Ofreció su apoyo a pequeñas y medianas empresas.

Para Jahir Dabroy, coordinador del departamento de Investigaciones Sociopolíticas de la Asociación de Investigaciones y Estudios Sociales (Asies), el discurso de Arévalo de León fue “congruente con la línea de pensamiento socialdemócrata que respalda el proyecto del Movimiento Semilla”.

“El reconocimiento que tiene Arévalo con los pueblos originarios fue clave en su discurso de toma de posesión”, resaltó Dabroy.

“Hay varios momentos en que hace alusión a ellos y asegura que no solo quedará en mención, sino en proyectos, en la inclusión de ellos en la toma de decisiones”, añadió.

Dabroy opinó que el mandatario trató de abordar “los principales temas”, como la institucionalidad pública y la credibilidad de las instituciones en este “juego democrático”.

El especialista recordó los otros asuntos mencionados, como por ejemplo en de salud, el presidente habló de los precios de los medicamentos, de universalizar el acceso a ellos, de la educación, y otros temas en los que Guatemala ha tenido una deuda histórica.

“Son temas que iban dirigidos a la población de a pie, que espera recibir algo a cambio de pagar sus impuestos”, resaltó.

Dabroy también valoró que Arévalo dijera que se enfocará en “mejorar la infraestructura del país, desde carreteras primarias, secundarias y caminos rurales”. “Habló sobre el metro que uniría la Ciudad de Guatemala con Mixco, por ejemplo. Eso son temas importantes”, recalcó.

De acuerdo con el analista de Asíes, el hecho de que Arévalo haya hablado de la comunidad internacional fue “inteligente de su parte en reconocer que la democracia en varias partes del mundo no se salva”.

“Habla de un proceso de transformación en el que pide que no se les deje solos. Abre el debate para abordar temas como la migración, en la que se debe articular con otros países”, comentó.

Las generalidades sirven porque se sobreentiende que está dispuesto a abordar temas como “la lucha contra el crimen organizado, la trata de personas, el narcotráfico, la migración y el tráfico de armas”, según Dabroy.

“El apoyo de Estados Unidos, aunque cueste comprenderlo y aceptarlo, siempre ha estado. Ha sido un socio político y económico relevante para el país”, expresó el analista.

Agenda ambiciosa

Daphne Posadas, analista política y económica, opinó que el discurso del presidente Arévalo reflejó “su compromiso con la juventud y los retos hacia el futuro, proponiendo una agenda pragmática y con la intención de tender puentes con los actores locales e internacionales que harán posible su agenda”.

“Dentro de los ejes de trabajo se habla sobre educación, medio ambiente, energía, integración centroamericana, salud, seguridad, economía, migración, entre muchos otros. Es, sin duda, una agenda ambiciosa para cuatro años de gobierno y parece que hay poca consciencia sobre las limitaciones que enfrentará este gobierno”, externó.

Posadas consideró: “El andamiaje institucional de la política guatemalteca está oxidado y con poca, si no es que nula capacidad de implementar todas las reformas de las que se habló en el discurso”.

“Si bien es cierto, son cambios que la ciudadanía tiene esperanza de ver. Es importante entender el contexto institucional que asume el nuevo gobierno para moderar las expectativas del electorado”, reflexionó.

Para Posadas, un tema a destacar es la intención de hacer hincapié en el estado de la democracia en el país. “Sin duda el 2023 fue un año en donde las elecciones pusieron en evidencia el debilitado estado de nuestras instituciones, donde la incerteza jurídica fue la orden del día”.

“Por eso fue oportuno que Arévalo hablara sobre el espíritu autoritario al que pretende, desde su gobierno, hacerle frente. Esto sobre todo cuando a nivel regional es una preocupación latente”, refirió.

La especialista expuso que Arévalo y su equipo, sin embargo, “parecen estar conscientes que la única manera para operar e implementar su agenda requiere de alianzas estratégicas, evidenciadas en la Junta Directiva del poder Legislativo, además de incluir al sector privado y actores internacionales dentro de las propuestas”.

“Sin duda, serán cuatro años diferentes para los guatemaltecos y que luego de un período como el del gobierno de -Alejandro- Giammattei será muy sencillo superar si se encaminan las reformas importantes para que mejore la economía del país y exista certeza jurídica, ambos pilares esenciales en la libertad y desarrollo humano”, puntualizó.

ESCRITO POR:

Raúl Barreno Castillo

Periodista de Prensa Libre especializado en temas de seguridad y justicia con 25 años de experiencia.