Guatemala

Hay tres millones de pobres más, según informe de PNUD

Cada día hay más pobres y Guatemala ha superado a Haití en índices de desnutrición crónica.

El país está en franco deterioro si no atiende la problemática de la pobreza desde su etapa inicial. (Foto Prensa Libre: Hemeroteca PL)

El país está en franco deterioro si no atiende la problemática de la pobreza desde su etapa inicial. (Foto Prensa Libre: Hemeroteca PL)

Según Gustavo Arriola, coordinador del informe de Desarrollo Humano de Guatemala, en el último presentado el 14 de septiembre de este año, en Nueva York, en el índice de desarrollo humano Guatemala ocupa el lugar 127 de 189 países y en el caso de América Latina solo Haití y Honduras tienen un valor más bajo que nuestro país.


En el caso de la pobreza multidimensional, que es un indicador que resume los niveles de pobreza en diferentes aspectos del bienestar, Guatemala ocupa el penúltimo lugar, solo después de Haití, y en el caso de la desnutrición crónica, está peor que Haití, pues el 46 por ciento de los niños sufren desnutrición de este tipo, mientras que en Haití el 22 por ciento.

“El dato más vergonzoso que tiene Guatemala en el hemisferio es el de desnutrición crónica ya que está debajo de Haití”, comenta el investigador del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), quien, a la vez, afirma que 3 millones de personas han ingresado al mundo de la pobreza, durante la última década.

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¿Cuál es su análisis de las carencias del país?

Los Acuerdos de Paz dieron la esperanza de comenzar una nueva etapa democratizadora en el país, a lo cual hay que sumarle la agenda global de objetivos de desarrollo del milenio, lo cual daba una esperanza de que el país avanzara en temas muy rezagados desde la década de los 80. Guatemala se caracterizó por socialmente estar más rezagado que otros países de América Central, a pesar de que, en los años de 1970, tuvo la mayor producción económica, pero lamentablemente el conflicto armado impactó, junto con las grandes brechas históricas que dejaron un país con bastantes rezagos.

Entre los avances que hubo casi se logró la universalización de la educación primaria y algunos en el sistema de salud, pero a partir del 2009 comenzó a retroceder en lo poco que se había logrado, tanto que los últimos registros de los índices de pobreza se agudizaron y, no es un dato que solo nosotros tengamos, sino que hay varios análisis de entes internacionales que han medido la pobreza y todos muestran que Guatemala ha retrocedido en los últimos 10 años. En estos mismos estudios también se calcula que la pobreza se incrementó en tres millones de personas.

¿Cuáles son las causas?

Una de las causas es que tenemos un sistema económico que ha sido excluyente, que no logró democratizarse. El 70 por ciento de las personas que trabajan en el sector informal están excluidas del modelo económico y eso perpetúa esas desigualdades y no permite que la gente acelere la reducción de la pobreza.  Ese sistema económico y un modelo de Estado que no logró consolidar la institucionalidad, permiten que haya una concentración del poder, que ya existía, y que no ha permitido democratizar el país y al Estado. A mediados de la década pasada se fue debilitando, se volvió permeable a la corrupción y a otros vicios y cayó en una profunda crisis en el 2015.

Gustavo Arriola, coordinador del informe de desarrollo humano de Guatemala (Foto Prensa Libre: Francisco Mauricio Martínez)

El último informe global presentado en Nueva York, que contiene datos comparativos de 189 países, se observa que Guatemala sigue estando muy rezagado y que Honduras es el país que más rápido se está deteriorando, por lo cual mucha gente excluida intenta salir del país debido a que la situación es insostenible. Sin embargo, los indicadores nos muestran que vamos en la misma trayectoria de ese país y si las condiciones no cambian es muy probable que tengamos un retroceso importante en los próximos cinco años. Estamos en un periodo crítico que debería ser una bisagra para propiciar cambios sustantivos de forma. La energía ciudadana que había en el 2015 se desaprovecho, más bien hubo un retroceso, pues se consolidó la forma de hacer política y no hubo cambios sustantivos y la problemática se expresa en la pobreza. El dato más vergonzoso es el de desnutrición crónica del hemisferio, donde nos gana Haití. 
También tenemos un abandono escolar progresivo, a los 12 años más del 10 por ciento de los niños abandonan la escuela y a los 18 años el 65 por ciento de los jóvenes también dejan la escuela. Dentro de esta problemática también está el caso de las mujeres, porque un buen porcentaje de niñas abandonan sus estudios por estar embarazadas.

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Se habla mucho de la situación de la niñez, pero nunca cambia nada

La situación está complicada en términos de desigualdades, pero tampoco se le mira futuro a nuestros jóvenes y niños, porque desde su primera edad están en desventaja y si no se hace algo para transformar esta realidad el país se va a deteriorar más, por lo que es urgente atender la problemática de la pobreza, principalmente la de las nuevas generaciones. Es necesario plantear reformas sustantivas en el modelo de Estado, porque todas las teorías muestran que vivimos en un Estado que se está ‘desmocratizando’. Cada vez se está excluyendo más a la gente del poder y de la toma de decisiones. Los mecanismos electorales y la forma como se designan a los funcionarios y el servicio civil debilitan profundamente las instituciones del Estado y no le permiten cumplir su función de promover el desarrollo. Tenemos un Estado que es débil para promover el desarrollo, pero fuerte para otras cosas, como proteger el status quo, porque reprime a la población cuando quiere cambios.

¿Qué opina de los programas sociales?

Han sido mal diseñados y son clientelares, entonces no atienden de raíz los problemas, porque un buen diseño implicaría que la gente participe, que se empodere, se sienta representada y sepa hacia dónde van los objetivos. La gente sabía que eran programas sociales condicionados, porque debían llevar a los puestos de salud y a la escuela a los niños, lo cual logró desencadenar mayor cobertura, aunque no más calidad educativa, pero ahora todo eso se desvirtuó durante los últimos años. Bajo ese mismo principio es posible diseñar programas mucho más eficaces que logren reducir la pobreza y la pobreza extrema, porque muchos países están demostrando que la pobreza extrema sin asistencia no es posible salir de ella, es tan grave y dramática que la gente no tiene las herramientas para salir, no es así el caso de la pobreza más general donde sí hay oportunidades económicas para que la gente logre sobresalir, debido a que tiene algún nivel educativo o acceso a la tierra, pero la gente que está en pobreza extrema si está excluida de todo.

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¿Cuál es la línea que divide la pobreza general de la extrema?

Hay criterios técnicos para definirla, pero generalmente la extrema se entiende cuando las personas no logra ni siquiera cumplir con la canasta de alimentos, es decir no pueden alimentarse durante los tres tiempos diarios. En la última medición económica el 23 por ciento de la población vive en pobreza extrema.

¿Qué opina de los gastos de funcionamiento que asignó el presupuesto aprobado por el Congreso? ¿Ayudan a reducir esas brechas?

Existen calidades distintas. Hay agujeros en algunas entidades como el Ministerio de Desarrollo Social, que no ha logrado hacer eficiente el gasto y que puede tender a ser, en determinado momento, clientelar. Es un ministerio que está consolidándose y con una adecuada participación y reforma podría llegar a hacer bastante, porque es necesario una política social que se discute, en otros países, si debe ser multisectorial o si debe ser un ministerio el que esté a cargo de la política social.

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