Política

Elección de autoridades electorales ha ido perdiendo su pureza por intereses políticos

Expertos coinciden que la proliferación de universidades privadas que aspiran a cuotas de poder han ido mermando las Comisiones de Postulación.

El actual TSE fue electo por la novena legislatura, liderada por el oficialismo, Vamos. Fotografía: Prensa Libre.

El actual TSE fue electo por la novena legislatura, liderada por el oficialismo, Vamos. Fotografía: Prensa Libre.

La actual magistratura del Tribunal Supremo Electoral (TSE) fue electa para el periodo 2020 – 2026. Entre sus filas se encuentran dos exmagistrados de Corte Suprema de Justicia (CSJ), una exmagistrada de Corte de Apelación, un antiguo ministro de Estado y una excandidata a la vicepresidencia.

Los cinco magistrados titulares tienen una historia dentro de la administración pública, no pueden negar su pasado, pero esto no es impedimento para que hagan un trabajo objetivo, apuntan expertos.

Pero el mal que existe para la elección de este TSE, los pasados y otras elecciones de segundo grado, lo son el debilitamiento paulatino que han ido recibiendo las comisiones de postulación, según analistas.

Retrocederemos a marzo de 2020. Guatemala enfrentaba dudas y miedo por el ingreso de la pandemia, y un Congreso renovado, liderado por el oficialismo, consiguió consensos para la elección de las autoridades electorales.

Buena parte de la población civil se desentendió de los nombramientos. Su única preocupación era protegerse de la pandemia, no enfermar, tener recursos para llevar alimentos a casa, y sobretodo, sobrevivir.

Ese primer año, la presidencia del TSE estuvo bajo el mando de Mynor Franco, antiguo magistrado de la CSJ, quien tuvo  a su cargo la dirección de la Cámara de Amparo y Antejuicios.

Poco más de un año después, la presidencia fue delegada a Rafael Rojas, quien también fue magistrado de CSJ, incluso ocupó la presidencia del Organismo Judicial (OJ).

Actualmente, la presidencia del TSE se encuentra en manos de Irma Palencia, antigua magistrada de Corte de Apelaciones, quien tiene a su cargo la dirección del órgano electoral para las elecciones generales.

Le seguirán en la presidencia, Blanca Alfaro, exalcaldesa y excandidata a la vicepresidencia por Prosperidad Ciudadana; y Gabriel Aguilera, exministro de trabajo durante la administración de FCN – Nación.

Requieren objetividad

Aunque todos han desfilado en instituciones públicas, esto no es impedimento para que hagan un trabajo “honorable”, apunta Gabriel Medrano, exmagistrado titular del TSE.

“Estimo que el tema de inclinación política, todos los ciudadanos tenemos derecho a tenerla, el tema escriba en que las personas electas para un cargo tan delicado cumplan su función con independencia e imparcialidad”, señaló.

El TSE, a la fecha, no pasa por su mejor momento. La inconformidad de partidos políticos por la inscripción de candidatos y hasta por la definición de qué es campaña anticipada, es una muestra de ello.

A esto se le suma las dudas que a finales de 2022 la sociedad civil manifestó, por la aparente compra de un sistema biométrico, que en aquel momento, generó inquietudes entre diversos sectores, sin contar la aparente falta de transparencia en procesos de compras.

La elección

Las autoridades del TSE son electas mediante una Comisión de Postulación, que es integrada de la siguiente manera:

  • Rector de la USAC, presidente.
  • Decano de la facultad de Derecho de la USAC.
  • Representante del CANG.
  • Represente del Foro de Rectores.
  • Representante de los decanos de Derecho de las universidades privadas.

Usualmente, los primeros tres puestos llegan a estar en manos de la Universidad de San Carlos (USAC), dos por mandato legal y el tercero por el “poderío” que llegan a acumular en el Colegio de Abogados y Notarios de Guatemala (Cang), según ha documentado la organización fiscalizadora, Movimiento Pro Justicia.

“Obliga a los políticos ir a negociar con la USAC la integración de la nómina de 40 candidatos (…) la mayoría de candidatos entran con el voto de los tres que dominan la USAC, y son muy pocos los que entran con el voto de cuatro o de los cinco”, explicó Carmen Aida Ibarra, directora de la organización.

Esa es la primera fase del “problema” que han tenido las recientes comisiones de postulación, según Ibarra, ya que la otra parte recae en un Congreso de la República, que tiene que elegir cinco titulares y cinco suplentes dentro de una lista “amplia” de 40 candidatos.

“El elemento político es imposible de eliminar, porque el Congreso es un ente político. Lo que sí se puede hacer vía reformas a la ley electoral y a los reglamentos que norman las Postuladoras, es ir eliminando espacios para la arbitrariedad y discrecionalidad, para tener evaluaciones más técnicas”, agregó Ibarra.

Las posibles soluciones

El exmagistrado Medrano, califica la postuladora para TSE como “la mejor”, por la integración que mantiene, lo que permite alcanzar consensos de manera óptima, por  ser una de las de menor cantidad de integrantes.

“Siempre he considerado que el sistema de Comisiones de Postulación fue un muy buen sistema, y los legisladores lo instauraron en el entendido de que la academia iba a escoger a los mejores profesionales para el cargo”.

Pero visualiza un problema, que no fue puesto sobre la mesa de los antiguos congresistas: “Yo creo que el legislador no previó, en aquellos años, que iba a haber una proliferación de universidades privadas que hay hoy en día”.

Esto genera un problema complejo para la razón de ser de las comisiones de postulación, “se ha politizado mucho la academia, y por lo tanto hay más influencia de intereses políticos que académicos para presentar a los mejores candidatos. No es fácil encontrar una alternativa”, señaló Raquel Zelaya, presidenta de la Asociación en Investigación y Estudios Sociales (Asies).

Medrano y Zelaya, coinciden que para disipar los inconvenientes que han ido a las Comisiones de Postulación, que inciden en la elección de autoridades, como la del mismo TSE, tendrían que irse colocando “filtros” a cada una de las nuevas universidades.

“Ojala se pudiera tener en Guatemala una medición de las universidades y que participen las mejores. También en alguna oportunidad decía que por antigüedad, que participen las universidades con más de 50 años en sus funciones formando profesionales”, resaltó Medrano.

Por su parte, Ibarra, estima que una comisión multipartidaria, es decir, con un integrante de cada bloque representado ante el Congreso sería una mejor opción, ya que actualmente recae demasiado “poder” en la USAC.

La fiscalizadora, estima que con un proceso de elección similar al utilizado para la elección de Procurador de los Derechos Humanos (PDH), permitiría, al menos, limitar todas las cuotas de interés que se mueven en cada renovación del TSE.

El actual TSE finalizará su mandato en 2026, que también es el último año de Walter Mazariegos como rector de la USAC, donde quizá presidir la postuladora para las siguientes autoridades electorales será una de sus últimas tareas como representante de la única universidad pública.

ESCRITO POR:

Douglas Cuevas

Periodista de Prensa Libre especializado en temas políticos y del sector justicia, con 15 años de experiencia en periodismo escrito, televisivo y radial.