Política

Epsy Campbell: “El 53% de quienes estamos sentadas todas las semanas tomando decisiones somos mujeres”

La vicepresidenta de Costa Rica, Epsy Campbell, se reunió con funcionarias guatemaltecas y mujeres de organizaciones sociales en su visita a Guatemala en busca de alianzas que garantizan más espacio para las mujeres en el poder público.

Epsy Campbell, vicepresidenta de Costa Rica. (Foto Prensa Libre: Carlos Hernández)

Epsy Campbell, vicepresidenta de Costa Rica. (Foto Prensa Libre: Carlos Hernández)

Reconocida como la primera mujer afrodescendiente que llega a un puesto tan alto de gobierno en Latinoamérica, en un país con mayoría de población ladina, la vicepresidenta de Costa Rica, Epsy Campbell, visitó Guatemala para reunirse con la comunidad garífuna de Puerto Barrios y con el sector de mujeres del país.

Invitada también por la Organización de las Naciones Unidas para las Mujeres (Onu Mujeres), Campbell compartió las experiencias de trabajar en un gobierno paritario, donde el 53 por ciento de los miembros del gabinete son mujeres y cómo esto debe ser aprovechado para impulsar políticas que favorezcan a la mitad de la población.

Siendo Costa Rica y Guatemala países que se ubican en la misma región, la realidad de las mujeres es muy distinta. Aquí los niveles de femicidios, embarazos en adolescentes y violencia de género son más altos, mientras en Costa Rica ya pueden enfocarse en trabajar por la paridad en los espacios políticos

Tiene razón, yo soy de un gabinete de gobierno que es más que paritario, es decir, el 53% de quienes estamos sentadas todas las semanas tomando decisiones somos mujeres. Tenemos un parlamento que tiene el 46% de participación femenina y el país redujo el año pasado en un 17% el embarazo adolescente. Obviamente no tenemos solucionado el tema de la inclusión, el desempleo femenino es mucho mayor que el masculino, hay una brecha de 10 puntos porcentuales. El tema de violencia contra la mujer ni aquí, ni en Costa Rica, ni en el mundo entero están resueltos, pero hay lugares donde la situación es más aguda que lo que usted plantea. Pero creo que para eso deben servir mucho más las alianzas estratégicas para visibilizar y buscar acciones de reparación y acciones concretas que vayan en el camino de la reducción y la eliminación de la violencia contra las mujeres. Esa violencia que empiezan desde niñas, cuando están quedando embarazadas, niñas pequeñas menores de 14 años que es una violación a todos sus derechos y a los derechos de las criaturas que están naciendo. Creo que la agenda regional de las mujeres a veces es más fácil construirla de afuera para dentro, porque adentro hay mucha más resistencia. Creo que debemos evidenciar esas brechas que existe, trabajar conjuntamente, apoyarse en organismos internacionales, ponerse metas desde lo local a lo nacional y además debemos romper el estigma que existe y romper esos techos que no le permite a las mujeres indígenas participar y esto pasa porque la discriminación es institucional y pasa no solo para las mujeres indígenas sino para las garífunas y afrodescendientes. Pero teniendo una participación de pueblos indígenas tan notorias como aquí hay que hacer acciones afirmativas, yo soy de las que piensa que mucho de los estructural hay que romperlo con acciones concretas afirmativas.

¿Qué acciones afirmativas podría liderar un Congreso o Ejecutivo como el nuestro, conformado en su mayoría por hombres?

Voy a contarle desde la experiencia nuestra. Una de las primeras acciones afirmativas del presidente Carlos Alvarado fue comprometiéndose a nombrar el 50 por ciento de mujeres en gobierno, esa es una acción afirmativa. El Congreso de la República tiene la posibilidad de generar leyes y ahí incorporar, por ejemplo si hay participación política, hacer una acción política en favor a las mujeres indígenas. No solo hacer una ley de paridad, sino una ley de paridad que reconozca que al menos un porcentaje de las mujeres que van a llegar a los puestos de elección popular, que tengan la identidad de pueblos originarios. Hay muchas acciones que se pueden hacer, hasta en los programas de formación y capacitación, en acceso a recursos financieros, uno puede reservar una parte para las mujeres de los pueblos originarios. Aquí están discutiendo la ley de alternabilidad y paridad, una espera que aprueben ese tipo de leyes pronto porque cada vez hay una demanda mayor en ese sentido.

¿Cree que la paridad en los espacios de poder es una mejor opción para que se presenten soluciones a problemas relacionados a la violencia de género y exclusión de los pueblos indígenas?

Creo que eso es un paso muy importante. No sé si es la respuesta, pero es una de las respuestas porque la verdad es que si usted tiene a las mujeres al frente, ellas van a luchar por esos temas, hay una sensibilización mayor de los operadores de justicia, hay un cambio de la fotografía donde usted ve a las mujeres proponiendo y haciendo, hay un mayor oportunidad de denuncia de lo que está pasando y hay una mejor capacidad de respuesta a todos los problemas, porque si la mitad de la población es mujer, para tener la perspectiva de esa mitad, tienen que estar ahí compartiendo el poder. Este no es un tema de hombres contra mujeres es una representación de la sociedad que está integrada de esa manera. No me cabe la menor duda que cuando hay más mujeres al frente, están más presentes esos temas como prioritarios. Además, si usted no tiene a una mujer indígena, nunca se van a plantear los temas de los pueblos originarios, esto es un pasito porque usted ya no puede obviar esa realidad porque la gente que tiene voz lo está planteando de manera directa.

Usted habla mucho de hacer referentes para que más mujeres, niñas y jóvenes vean que se puede llegar a espacio de poder. Pero qué pasa si esas mujeres que llegan juegan a la misma forma de hacer política. Entonces ¿cree que no solo es de poder ocupar esos puestos, sino de hacerlos con otra visión?

Las dos cosas. Pero también los hombres deben tener un cambio de visión porque no le podemos endosar a las mujeres la responsabilidad de transformarlo todo. En efecto, debe haber un cambio de la política, es necesario que haya más mujeres con una mejor visión, pero también más hombres con otra visión. Más hombres que tengan los ojos más abiertos, que entiendan los problemas de esta sociedad. Por eso es que le apuesto más a los jóvenes, porque creo que la gente más joven y los hombres más jóvenes son más empáticos, tienden a comprender más, sienten que tienen menos que perder. No solo es entrar a la política, enfrentar las reglas y reproducirlas, hay que transformar esa política pero hay que incentivar a más mujeres para que lo hagan y a lo hombres para que se sientan motivados a desafiar las reglas tradicionales y pensar en los impactos que tienen sus decisiones para toda una población en la que la mitad es mujer.

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