Durante la gira se reunió con los secretarios generales de la OEA, Luis Almagro, y de la Organización de Naciones Unidas (ONU), Antonio Guterres; así como con la administradora de la
Agencia de EE. UU. para el Desarrollo Internacional (Usaid), Samantha Power, y el secretario de Seguridad Nacional de EE. UU., Alejandro Mayorkas.
También llamó la atención que el ministro de Relaciones Exteriores de Guatemala sostuvo reuniones con importantes dirigentes del Partido Republicano, específicamente con Marco Rubio, senador por el estado de Florida, y con el congresista Michael McCaul, representante de Texas.
Al primero se recuerda por el apoyo que brindó al expresidente Jimmy Morales en plena crisis por expulsar del país a la Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala (Cicig). En redes sociales, incluso, se identificó como su “amigo”.
Ya en octubre del año pasado, una misión de diputados guatemaltecos viajó a EE. UU. a hacer cabildeos con el ala más radical del Partido Republicano. En diciembre, fue el presidente Alejandro Giammattei quien en aquel país llegó a criticar al Gobierno de EE. UU. en un discurso que ofreció en la conservadora fundación Heritage.
En marzo pasado se concretó el nombramiento del país como “Capital Pro-vida de Iberoamérica”, título que obtuvo de la organización religiosa internacional llamada Congreso Iberoamericano por la Vida y la Familia. El Gobierno de Guatemala apoyó enteramente la iniciativa, en otroa acto de simpatía con sectores conservadores.
Un día antes de la declaratoria, el Congreso había aprobado penas más duras contra el aborto y cerrado la puerta al matrimonio homosexual. Finalmente esta ley ya no se concretó por vicios legales señalados por el propio presidente.
Recurrencia
El que el Gobierno de Guatemala busque acercamientos con sectores conservadores republicanos en EE. UU. después de los primeros dos años de gestión no es nuevo, y es algo que se verá con más fuerza ahora que no congenia con la actual administración de la Casa Blanca, consideran analistas.
Los primeros dos años de gestión del presidente Jimmy Morales transcurrieron entre el último de Barack Obama y el primero de Donald Trump como presidentes de EE. UU.
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Carlos Raúl Morales, su primer canciller, mantuvo una postural sobria y normal sobre los asuntos internacionales y la relación con la potencia del norte. Sin embargo, cuando la coyuntura comenzó a cambiar con la revelación de investigaciones por parte de la Cicig que señalaban a familiares del exmandatario, las posiciones diplomáticas comenzaron a cambiar.
Sandra Jovel sustituyó a Morales en la dirección del Ministerio de Relacioenes Exteriores y asumió una posición más beligerante frente a actores internacionales como la ONU, de quien dependía la Cicig, entidad cuyo mandato finalmente ya no fue extendido y culminó en septiembre de 2019.
Ya con Trump en el poder, el Gobierno asumió posturas acordes a una línea conservadora, como el traslado de la embajada de Guatemala en Israel, de Tel Aviv a Jerusalén, en concordancia con lo que había hecho el gobierno republicano en EE. UU.
También adoptó posiciones de defensa de la soberanía nacional como el rechazar el trabajo de la Cicig, nombrar non grato al comisionado Iván Velásquez y amenazar con hacer lo mismo al entonces embajador de Suecia, Anders Kompass, e incluso pidieron al país nórdico su remoción.
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El Comité de Asuntos Externos del Partido Republicano tuiteó la reunión con fotografías de los políticos.
LR @RepMcCaul: “I was pleased to meet yesterday with the Foreign Minister of Guatemala @MarioBucaroGT to discuss Guatemala’s efforts against human traffickers and smugglers. Guatemala is an invaluable partner in addressing the root causes of migration.” pic.twitter.com/20uurB87Na
— House Foreign Affairs GOP (@HouseForeignGOP) March 31, 2022
Qué se espera
Tomando en cuenta estos antecedentes ¿qué rumbo adoptará la diplomacia guatemalteca en estos dos años que le restan al Gobierno de Alejandro Giammattei?
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Para Úrsula Roldan, directora del Instituto de Ciencias Socio Humanistas de la Universidad Rafael Landívar, el Gobierno de Guatemala le está apostando a hallar aliados contrarios a la administración Biden ya que le ha hecho muchos reparos, tanto a su gestión como al sistema de justicia.
Guatemala, dijo, le apuntaría a que los republicanos retomarán el control de ambas cámaras en noviembre próximo, en las elecciones de medio término, y que harán lo mismo con la Casa Blanca en el 2024.
Sin embargo, Roldán considera que los esfuerzos no darán los resultados esperados para el gobierno guatemalteco, incluso si el Partido Republicano triunfara en ambos procesos electorales.
A su juicio, poco a poco comienza a haber un consenso entre ambos partidos en EE. UU. de que el deterioro institucional y democrático en Centroamérica es generalizado y que esto es una amenaza seria para la seguridad del país que ningún político, sin importar de qué partido es, toma a la ligera.
“Mire la incursión del narcotráfico en la institucionalidad de los países, eso es una preocupación de fondo”, dijo Roldán. Los gobiernos en EE. UU. deberán sopesar en algún momento si siguen permitiendo el socavamiento del estado de derecho o se comportan complacientes con las administraciones de turno en Centroamérica, agregó.
Aviva desconfianza
El analista político Renzo Rosal dijo que la tendencia a tener acercamientos con líderes republicanos no es nueva, pero que es parte de una “pobre” visión que aviva más la desconfianza y que es muy riesgosa para el país, que depende altamente de EE. UU. en todos los aspectos.
“Además de esta desconfianza, se incrementa la posibilidad de quitar apoyos sustantivos al país y las calificadoras de riesgo nos pueden ver peor por la desconfianza que nos tiene nuestro principal socio comercial”, expuso Rosal. “Recuperarnos va a requerir de una década. Estos errores nos hunden más y retrasan las posibilidades de estabilizar la política exterior”, sostuvo.
El analista enfatizó en que, incluso, la posición crítica de Guatemala ante el informe anual de la CIDH puede obedecer a que la administración de Giammattei cree que dicha información está altamente influenciada por EE. UU. y que por lo tanto está parcializada lo cual es “el error de errores”.
“No hay una mirada estratégica, sino una mirada solo de la coyuntura y por eso tengo —tiene el Gobierno de Guatemala— esos arrebatos. Es una actitud primitiva, de un país berrinchudo que cree que tiene mucho más poder del que realmente tiene”, añadió.
“El trabajo de un canciller es tratar de estabilizar la situación y no erosionarla más, actuar de esa forma sería ir en contra de la naturaleza de cualquier cancillería”, precisó Rosal.
El internacionalista Alexander Sandoval considera que de los resultados de las elecciones de medio término en EE. UU. dependerá la estrategia que implemente Guatemala. “Si los republicanos se reposicionan con más escaños tendría más beneficios políticos para el gobierno de Giammattei”, remarcó.
A su juicio los acercamientos con sectores republicanos son válidos y parte de un juego político en donde Guatemala toma medidas de presión a las que tiene derecho como parte de su estrategia. “El distanciamiento con Biden está más que claro; entonces, si no le escucha, no le queda más que recurrir a los republicanos”, expuso el analista.
Sandoval recordó que el cabildeo político con los republicanos le trajo beneficios al expresidente Morales, “ya que internacionalmente Guatemala tuvo una mejor posición política” y el gobierno de Giammattei parece ser de “la misma línea”.
Postura
El Ministerio de Relaciones Exteriores (Minex) difundió una nota en la cual informó de que en la reunión entre Rubio y Búcaro se habló de migración, inversiones y el contexto por la guerra en Ucrania.
Aseguró que el senador estadounidense reconoció los esfuerzos de Guatemala para reducir los incentivos a la migración irregular y que en la reunión se concluyó que es necesario que las inversiones de EE. UU. en Asia se reorienten a la región.
Además, la oficina de Comunicación destacó que la gira del canciller Búcaro incluyó una “amplia agenda” de trabajo con funcionaros de la ONU, del Gobierno de EE. UU. y del Congreso, de ambos partidos, no solo del Partido Republicano. Dijo que en dichas reuniones se abordaron asuntos bilaterales y multilaterales.
“La intensa serie de reuniones permite apreciar que se trataron temas de relevancia de la política exterior de Guatemala, con énfasis en el papel de Guatemala en sus compromisos ante los organismos internacionales visitados, así como el seguimiento a temas específicos como migración irregular, cambio climático, seguimiento a proyectos en ejecución y su financiamiento y la coyuntura mundial con el respaldo irrestricto a Ucrania”, explicó el Minex.