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Los 10 riesgos que enfrentará América Latina en 2023 y cuáles amenazan más a Guatemala

El retroceso democrático, el narcotráfico y la gobernabilidad se perfilan como las grandes amenazas para el país que, además, tendrá elecciones este año.

Una protesta en Guatemala de 2020 frente al Congreso que degeneró en vandalismo. Estas muestras de inconformidad podrían acentuarse en 2023. (Foto Prensa Libre: Hemeroteca PL)

Una protesta en Guatemala de 2020 frente al Congreso que degeneró en vandalismo. Estas muestras de inconformidad podrían acentuarse en 2023. (Foto Prensa Libre: Hemeroteca PL)

Aunque con muchas diferencias entre sí, los países latinoamericanos enfrentarán este año una serie de riesgos que pondrán a prueba la capacidad de respuesta de sus gobernantes, algunos que empiezan su mandato en 2023 y otros que están por finalizarlo.

Los pronósticos para la región no son alentadores. Con un crecimiento económico insuficiente, una inflación en alza en la mayoría de los países y ciudadanías con muchas de sus necesidades insatisfechas, analistas no descartan que se produzca una serie de estallidos sociales.

El Centro UC de Estudios Internacionales (Ceiuc), de la Universidad Pontificia Católica de Chile, presentó recientemente el informe Riesgo Político América Latina 2023, en el cual enumera 10 amenazas para la región.

Desde el crimen organizado, el retroceso democrático, la crisis migratoria, y la gobernabilidad compleja, hasta la probabilidad de nuevos estallidos sociales por malestares generalizados en los países.

También, la inseguridad alimentaria, la polarización y noticias falsas, así como pérdida de la competitividad de los países, el aumento de los ataques cibernéticos y el debilitamiento de la integridad regional.

Guatemala fácilmente podría identificarse con todas estas amenazas; sin embargo, algunas podrían ceñirse con más fuerza.

El análisis del Ceiuc comienza haciendo la diferenciación de que en Latinoamérica hay diversas democracias, desde regímenes autoritarios, como Cuba, Venezuela y Nicaragua, democracias más sólidas, como el caso de Uruguay, y otras consideradas híbridas. El informe encaja a Guatemala dentro de estas últimas.

Mayores amenazas

De los riesgos enumerados por el Ceiuc resaltan varios en los que Guatemala es más vulnerable y que incluso ya son problemas históricos que, en todo caso, podrían profundizarse.

En cuanto al crimen organizado la institución académica enfatiza en que crece donde el Estado es relativamente débil y las instituciones son corruptas, asimismo donde predominan economías informales con altas tasas de desigualdad y pobreza.

En Guatemala las tasas de pobreza se encuentran arriba del 50, mientras que un aproximado de siete de cada 10 personas vive de la economía informal.

El análisis que los sistemas judiciales sin independencia e instituciones públicas con altos índices de corrupción contribuyen a una mayor percepción de inseguridad e impunidad.

Los datos de Transparencia Internacional al 2021 revelan que Guatemala ocupa uno de los últimos lugares de América en cuando al índice de percepción de corrupción. Es el puesto 28 de 32 nacionales evaluadas.

Retroceso democrático

El debilitamiento de la democracia es otro de los aspectos que amenazan a Guatemala, algo que se ha deteriorado progresivamente en toda América Latina, señala el Ceiuc.

Ha habido un deterioro de las instituciones democráticas en favor de ciertos sectores”, comenta Williams Álvarez, internacionalista guatemalteco y profesor universitario.

“Guatemala tiene todos los síntomas de un régimen híbrido, donde hay una democracia parcial y un autoritarismo parcial, aunque no centrada en una figura presidencial, sino en una especie de pacto de gobierno”, añadió.

La analista política Geidy de Mata coincide en que la democracia en Guatemala “es frágil” porque prevalecen “actitudes de retroceso del modelo democrático”.

El Ceiuc destaca que la complejidad de la gobernabilidad es otro de los grandes riesgos debido a “la incapacidad creciente de los gobiernos de cumplir con las expectativas y demandas ciudadanas”.

Las protestas podrían derivar en estallidos sociales. Una manifestación en Perú donde parte de la población exige la vuelta al poder del expresidente Pedro Castillo. (Foto Prensa Libre: EFE)

En Guatemala, las condiciones de la población llevan años sin mejoría, durante los cuales han pasado muchos gobiernos.

Desde la pobreza en las áreas rurales, carreteras, salud y acceso a la educación, son los señalamientos recurrentes de analistas.

La insatisfacción de estas necesidades puede conducir a otro de los riesgos que se menciona en el análisis del Ceiuc: los estallidos sociales.

América Latina se aproxima a una nueva tormenta perfecta, que eleva el riesgo de nuevos estallidos de malestar social”, refiere el informe del Ceiuc, impulsada por el elevado costo de la vida en las naciones, el bajo crecimiento económico y la creciente informalidad.

Guatemala alcanzó el año pasado una inflación anual del 9.24%, la más alta desde 2008. Y aunque la economía creció un 4%, en buena parte se vio beneficiada por las remesas familiares que ingresaron al país, provenientes de guatemaltecos que han tenido que migrar a EE. UU. por falta de oportunidades.

Las necesidades insatisfechas pueden ser foco de conflictividad, consideran expertos. Una familia de escasos recursos en Chiquimula. (Foto Prensa Libre: Hemeroteca PL)

Guatemala tampoco escapará de la crisis migratoria, sobre todo porque no se prevé que en el corto tiempo disminuyan los flujos desde países al sur y de otras partes del mundo que transitan por el país, para lo cual tendrá que destinar recursos para seguridad y asistencia humanitaria.

En cuanto a la inseguridad alimentaria, otro de los riesgos enumerados por el Ceiuc, se trata de un problema que ya afecta al país y que se agudizó desde el 2020 por fenómenos climáticos. Se estima que en actualidad hay unos 7.6 millones de guatemaltecos que ya enfrentan problemas para alimentarse y 3.2 millones en crisis o emergencia alimentaria.

Esto más los impactos de la guerra Ucrania-Rusia y un estancamiento del crecimiento económico podrían agravar la situación del país.

“Frente a la incapacidad de los estados y un escenario internacional cada vez más incierto y complejo, el riesgo de agravamiento de la crisis en los países puede terminar deteriorando más aún la calidad de vida de sus habitantes”, refiere el Ceiuc.

Líderes con visión

Álvarez y De Mata coinciden en que Guatemala tiene todas las condiciones para que se genere un incremento de la conflictividad, estallido social o crisis política y que parte de la población puede estar a una gota de que se derrame el vaso.

Se espera una exacerbación de la migración en el continente lo que implica que cada Estado debe destinar más recursos para la atención humana, pero también para impedir su paso. (Foto Prensa Libre: Hemeroteca PL)

Actualmente hay tres crisis combinándose, considera Álvarez, los efectos de la pandemia, los cuellos de botella al comercio mundial y el conflicto en Ucrania. “Agarre eso combínelo con elecciones y se vuelve un caldo de cultivo que puede derivar en extremos”, alertó.

De Mata afirma que la inflación, los bajos ingresos y elevada informalidad hacen más proclive al país a ingobernabilidad, por lo cual se requieren líderes políticos que tengan la visión de ese descontento y que le apunten a dinamizar la economía, con el apoyo del sector privado, para generar fuentes de empleo que mejoren los niveles de ingreso de la población.

La politóloga subrayó en que el proceso electoral puede convertirse en un foco de ingobernabilidad, ante lo cual el Tribunal Supremo Electoral tiene la responsabilidad de garantizar un proceso transparente, legal y legítimo. De lo contrario, expuso, “entraremos a un proceso de crisis y conflictividad”.

Noticias falsas

Uno de los riesgos que se expone en el análisis del Ceiuc es el de la desinformación. En ese sentido Álvarez coincide en que esto es una de las causas del retroceso democrático en el mundo. “Cualquiera puede poner un canal de Tik Tok y decir lo que quiera”, argumentó.

Muchos con tal de monetizar sus medios buscan ser controversiales y eso degenera en espacios que difunden desinformación y una población mal informada toma decisiones equivocadas”, añadió Álvarez, que cree que algunas de estas prácticas pueden ser planificadas con intereses políticos.

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