Hernández Mack asumió el control del Ministerio de Salud el pasado 28 de julio, después de haber sido juramentada por el presidente Jimmy Morales, y lleva 16 días en el cargo. Ya la han citado dos veces al Congreso.
¿Cuál es el asunto que se debe solucionar de manera urgente?
El financiamiento es necesario irlo aumentando de forma paulatina y gradual, con base en planes que se vayan definiendo, para fortalecimiento de red de servicios y otras áreas del ministerio.
Sin embargo, desde ya hemos identificado varios aspectos de gestión y de administración de recursos que son necesarios de mejorar.
¿Cuáles son esos aspectos específicos?
Particularmente los procesos de licitaciones, cotizaciones y otro tipo de compras. Así como también todo lo que tiene que ver con contratación de personal y condiciones laborales de los trabajadores y trabajadoras de Salud.
Son aspectos importantes por fortalecer, además de procurar un mayor financiamiento.
¿Qué se puede hacer para ordenar el gasto, si casi el 90 por ciento del recurso financiero se usa para pagar planilla?
Hay que entender que el Ministerio de Salud, precisamente porque es un prestador de servicios, atiende gente y va a tener mucho más personal que otros ministerios, que son más de rectoría o de regulación.
En este caso, nosotros prestamos servicios y vamos a necesitar una gran cantidad de personal, pero deberíamos tener más personal brindando atención que personal administrativo.
¿Qué ha pasado o a qué se debe esa situación?
Lo que se ha visto en los últimos años es un aumento del personal administrativo, y es ahí en donde tenemos que identificar las razones por las cuales ha habido este aumento.
Sí tenemos una macrocefalia administrativa, y tenemos que hacer un proceso de reordenamiento.
¿Qué se conseguiría con ese método?
Disminuir esos niveles, ponerlos en términos proporcionales y fortalecer la parte operativa del ministerio.
¿Cuáles son las cifras de personal administrativo frente al clínico?
En este momento, el nivel central, que es principalmente el administrativo, ocupa alrededor del 45 por ciento, y utiliza esa misma parte del financiamiento, dejando menos de eso para hospitales y áreas de salud.
¿Cuál sería el ideal?
Una proporción adecuada sería entre 35 por ciento —administrativo— contra 65 por ciento operativo: la atención misma.
¿Cómo va a reaccionar si se le pide contratar personal por pago de favores políticos, por ejemplo?
El aumento de personal administrativo, y en ciertos renglones, nos hacen creer de casos de clientelismo político y nepotismo.
En el caso nuestro, no hemos tenido ninguna solicitud ni ningún tipo de presión.
En el caso que se diera, espero que no; hemos tratado de dar el mensaje de que el Ministerio de Salud no es una agencia de empleo.
¿Denunciaría ese tipo de hechos?
Tenemos que hacer la denuncia, si así procede.