Hace unas semanas, el secretario en funciones del partido, Óscar Argueta, anunció que la organización pidió querellarse en el proceso penal en contra de Sandra Torres Casanova, “en virtud que, si se comprueban los señalamientos en contra de la señora Torres, faltó a sus obligaciones, traicionó la confianza de sus 92 mil afiliados, pero, además, puso en riesgo a la institución”.
Las acciones de Argueta, como secretario de la UNE, según la opinión de algunos politólogos, es evidencia clara que el poder lo quiere retener un grupo de diputados que, desde hace varios años y en los últimos meses más, han tomado distancia de la figura de Torres y ahora que ella está en medio de un proceso penal, quieren despegarse de la figura política que representa la dos veces candidata a la presidencia por esa agrupación.
Torres no es espectadora y desde su limitada injerencia, ya que por orden judicial no puede involucrarse en el partido, ha señalado que las acciones de Argueta y otros diputados como Orlando Blanco, Mario Taracena y Carlos Barreda solo buscan quedarse con un partido que ella reclama como propio. Del lado de Torres hay un segundo grupo de diputados liderados por Jorge Vargas, que, incluso, tiene participación en la actual Junta Directiva del Congreso y ha apoyado las alianzas parlamentarias que dirige el partido oficial, muy distantes del resto del bloque que dirige el diputado Barreda.
En twitter, donde es más activa Torres y envía mensajes sobre la dirección del partido que tiene a su cargo Argueta y Barreda, a quienes señala de traidores y sinvergüenzas que se han hecho “archimillonarios” y malversan fondos del Congreso para pago de fiestas.
Después de que los hice diputados, los desparasité y se hartaron, diputados traidores sinvergüenzas me denuncian. Les guste o no, soy Secretaria General de UNE electa y confirmada por TSE máxima autoridad en tema electoral. ¡Cría cuervos y te sacarán los ojos! pic.twitter.com/O1m1xkubaj
— Sandra Torres (@SandraTorresGUA) September 5, 2020
Oposición dividida
Había un acuerdo de palabra en la UNE: Sandra Torres se apartaría del partido independientemente de cuál fuera el resultado de las elecciones presidenciales del 2019. Eso no sucedió y su decisión de seguir al frente del partido y con el control de la recién electa bancada mayoritaria en el Congreso aceleró la ruptura ya anunciada.
Mientras Orlando Blanco perdía la presidencia del Congreso por 7 votos, la alianza oficialista lograba colocar al novato diputado de Sololá Allan Rodríguez como presidente del Organismo Legislativo, capitalizando los siete votos de diputados de la UNE que, públicamente ese 14 de enero se declaraban desertores de la bancada de Barreda. Este grupo, a cambio de apoyar a Rodríguez, consiguió ocupar la quinta secretaría de la Junta Directiva.
El jefe de la bancada UNE, Carlos Barreda tiene claro por qué la división del partido: por Sandra Torres.
“La traición de apoyar a Giammattei (en la elección de la Junta Directiva del 2020), y tener plegados a diputados con una alianza oficialista y articulando con gente muy cuestionada como Gustavo Alejos la elección de cortes por la urgencia de solucionar su situación personal”, dice Barreda sobre el distanciamiento con Torres, tan solo meses después de apoyar su candidatura presidencial.
Pero más atrás en el tiempo ya había oposición, desde la nominación de Torres como candidata presidencial se mostraba una corriente que se oponía.
“La población debe entender que hay una lucha por la renovación política, por profundizar la democratización y la construcción de un proyecto que ha logrado excelentes resultados electorales a partir de su propuesta política, pero el liderazgo de Torres está agotado y ya no da más si el partido quiere ganar las elecciones presidenciales”, sentencia Barreda.
Pero a la lista de fracasos que tiene la UNE en escasos ocho meses de la nueva legislatura resaltan sus incontables peticiones para priorizar la elección de Cortes, pero no logran conseguir los votos necesarios. Escenario que tal vez sería diferente si el bloque tuviera un voto unificado.
Las pequeñas derrotas que tiene la UNE a causa de sus propias disputas, de no ser resueltas, terminaran por aniquilar al partido político de mayor antigüedad del país, que resulta joven al compararlo con vehículos electorales de la región Centroamericana que superan los 30 años de operación, según explicó Hans Quevedo, politólogo y analista independiente.
“Yo visualizo a la UNE como aquel partido de la Democracia Cristiana (DC) que tuvimos hace muchos años, que costó que desapareciera, pero desapareció al final, pero ya en sus últimos procesos se mantuvo con dos o un diputado, entonces eso se podría generar propiamente en la UNE si no van a llegar a un acuerdo, que es lo que ve”, refirió.
Todos los caminos llevan a Torres
El partido UNE ha tenido tres rupturas durante los 18 años de vida política, episodios de su historia que dieron paso al extinto partido Libertad Democrática Renovada (Líder) y al partido Todos. Manuel Baldizón y Roberto Alejos, los fundadores de estas agrupaciones, respectivamente, salieron de la UNE por diferencias con Sandra Torres.
“Gana Colom, y desde la campaña Sandra prohíbe que nadie puede tener vallas en el país, y nadie pueda poner sus fotos, solo las de Álvaro Colom. La UNE nació bajo el dominio de Sandra. Crece durante el gobierno de Colom, gracias al trabajo de los programas sociales, y empieza ahí el primer problema, porque cuando quiere ser presidenta y la Constitución se lo prohíbe y se plantea como plan B mi candidatura, ella prefiere que el partido no tenga candidato a acceder a que haya otro del mismo partido”, recuerda Roberto Alejos, actualmente retirado de la política partidaria.
Barreda, convencido que el partido todavía tiene una verdadera posibilidad de conseguir la presidencia, tiene claro que no es Sandra Torres el camino para conseguirlo.
“Los resultados electorales y el liderazgo de Torres llegan a su fin, es el ocaso de una etapa de la UNE que arrancó con la llegada de Colom al poder y las candidaturas de Sandra Torres. Lo ideal hubiera sido una transición de manera ordenada, donde los liderazgos que están agotados fueran dando paso a un lado y nuevos liderazgos puedan asumir la conducción del partido político más exitoso de la democracia reciente”, dijo Barreda.
Según los resultados electorales del 2015 y los del 2019, el voto de rechazo de Torres es fuerte y aunque el apoyo rural que consigue la UNE le han permitido pasar a segunda vuelta, la candidata ya no crece más ni capitaliza ningún endoso político. “Es momento de cambiar ese liderazgo”, dijo Barreda.
“Es evidente, en esta tercera campaña, que, a pesar de meter diputados en todos los distritos, el antivoto es demasiado fuerte, la gente de la capital sale a votar en contra de ella”, dice Alejos.
Quevedo, a partir del análisis político de la situación del partido concluye que, aunque “se puede ser muy idealista, si un partido político quiere sobrevivir, se debe dar cuenta de que, si su candidata no ha ganado las elecciones, pues debe dar un paso atrás y quizás ser candidata a diputada, donde sí puede llegar, pero parece ser que esa ambición (en el caso de Sandra Torres) está muy fuerte”, concluyó.
Lo último, la esperanza
Mientras Sandra Torres siga ligada al proceso penal por financiamiento ilícito del partido UNE y mantenga la prohibición judicial de tener cualquier acercamiento con diputados y la agrupación, el secretario general es Óscar Argueta, quien antes del proceso de Torres era el secretario adjunto.
Argueta apoya a Blanco y Barreda en renovar el partido y marcar una distancia sana con Torres, por eso pidió querellarse en el proceso en contra de la expresidenciable y ahora que el país relajó las restricciones por la pandemia también las actividades políticas se reactivarán y con eso las asambleas partidarias donde, asegura Barreda, se buscará tomar el control del Comité Ejecutivo.
Hasta ahora en lo único que Barreda y Vargas coinciden es en que las diferencias son irreconciliables. El partido se dividió y cualquier cosa que quede después de esta batalla no será el mismo que impulsó a Torres a la presidencia en la campaña del 2015.
“Hablar de reconciliación es muy complicado porque los temas ya trascendieron a lo penal”, dice Vargas al preguntarle si podría volver a acercarse al grupo liderado por Barreda.
Vargas explicó que son 21 diputados que creen en Torres y pone “en tela de duda una posible reconciliación con el otro grupo”.
A diferencia de Barreda, Vargas cree en el liderazgo de Torres y ve en ella la figura que el partido necesitará siempre: “tiene una buena imagen a nivel rural, la gente la recuerda mucho por su apoyo al tema social, definitivamente el voto de la UNE es en un 80% de origen rural, y el otro grupo, lastimosamente, solo tienen la imagen a nivel de la ciudad, que hasta cierto punto manejan muy bien sus redes. Lo dicen muchos politólogos, pero al no estar ella en el ruedo político de la UNE si se vería mermada la imagen de la misma UNE. No estamos diciendo que ella podría perfilar a un futuro como una candidatura nuevamente presidencial, pero su imagen sí es importante dentro del partido”.
Alejos, sobre el futuro de la UNE es más pragmático: “El partido que no entienda que hay un odio a la clase política de los últimos 15 años, el que no se suba a ese barco se va a hundir, y eso está pasando a lo interno en la UNE. Si no se renueva ni el candidato a la presidencia, eso lo tienen que entender todos los partidos, tienen que renovar cuadros, promover cuadros jóvenes, y ella no es amiga de los sectores. No es capaz de hacer alianza con sectores, no es una mujer de alianzas, sino de buscar votos”.
Barreda sigue firme en que pelearán por la dirigencia del partido y confía que la UNE sin Torres será más fuerte: “Sandra torres debe presentar su dimisión de la secretaría general, debe retirarse de la política, su momento ya pasó y eso es fundamental para de alguna manera darle posibilidades a que el partido pueda trabajar en armonía y buscar su renovación y nuevos liderazgos”.
Quevedo ve bien la actitud de Barreda y el grupo de diputados que se separan de Torres: “se dieron cuenta que Sandra Torres no ganaría un proceso electoral y es mejor encontrar un nuevo liderazgo que lleve al partido a un objetivo presidencial”.