Guatemala

Se debe fomentar desarrollo integral

Aunque tienen opiniones encontradas sobre la iniciativa de la ley de juventud, dos representantes de iglesias y una delegada del sector juvenil coincidieron, durante una discusión sostenida en el programa Diálogo Libre en que en que el Gobierno debe priorizar temas como salud, educación, pobreza y desarrollo social, pero no solo para los jóvenes, sino para todos los guatemaltecos

Juan Manuel Medina, María Luisa Méndez y Pablo Ortega, durante el Diálogo Libre. (Foto Prensa Libre: Edwin Bercián)

Juan Manuel Medina, María Luisa Méndez y Pablo Ortega, durante el Diálogo Libre. (Foto Prensa Libre: Edwin Bercián)

Para abordar el tema fueron invitados Juan Manuel Medina, vicepresidente de la Alianza Evangélica; María Luisa Méndez, presidenta de la Asociación Paz Joven Guatemala; y Pablo Ortega, delegado de la Conferencia Episcopal de Guatemala.

¿Cuál es la importancia de que el Congreso apruebe la Ley de Juventud?

Méndez: Hay mucha desinformación en el ambiente, hay temas que no se abordan en la iniciativa de ley que es importante aclarar. Somos mayoría de población joven en el país y actualmente no existe un marco jurídico de reconocimiento como sujetos del Derecho. Creemos importante que este marco va a garantizar el tema de los derechos específicos de este sector. La ley se caracteriza precisamente porque es sectorial, en ningún momento es una ley temática, tal y como se ha dado en el ambiente. No solo es el tema de derechos sexuales, aborda muchos más temas y va en función del desarrollo.

¿Cuál es la postura de la Alianza Evangélica?

Medina: La Alianza no se opone a que el Gobierno regule y mejore las condiciones socioeconómicas, políticas y culturales de la juventud. Nos oponemos, sí, a que la dignidad del ser humano sea denigrada mediante actitudes y leyes que vengan a causar una deformación.

De por sí la población guatemalteca sufre ya una terrible deformación social. Necesitamos encauzar a esa sociedad, encauzar a los jóvenes, pero no con leyes que los deformen, sino con leyes que de manera sustanciosa eleven la calidad del ser humano.

¿Cuál es la postura de la Iglesia Católica respecto de las enmiendas?

Ortega: La Conferencia Episcopal actúa cuando se conocen en tercera lectura enmiendas que no se habían conocido durante ocho años, porque antes que eso sencillamente no estaba pasando nada.

La Iglesia Católica acciona y saca el comunicado donde claramente se opone a dos enmiendas que dañan la dignidad de las personas, que dañan a los jóvenes porque sencillamente los están viendo como incapaces de poder dominarse, de poder tomar control de sus decisiones; y por otro lado, la ley solo habla de derechos, pero no de obligaciones para los jóvenes, cuando ellos tienen que aprender a tomar responsabilidades.

¿Contraviene la integridad o la moral la enmienda al artículo 11?

Méndez: Efectivamente hubo dos artículos, por así decirlo, controversiales. Uno fue el tema de los métodos, que no aparece como una enmienda aprobada. El otro artículo va en la línea de la prevención y la información. Como organizaciones estamos preocupadas por la realidad nacional; en ningún momento estamos imponiendo, sino que estamos dando los elementos para que los jóvenes tomen la mejor decisión.

¿Cómo atender la problemática de cifras alarmantes de niñas y adolescentes embarazadas?

Medina: En primer lugar, hay que entender que las cifras son alarmantes, pero no son atinentes a la juventud en sí. Está considerado que la mayoría de embarazos en adolescentes no es causado por adolescentes. Hay violación, hay padres irresponsables violadores de sus hijas, casi siempre hay parientes involucrados. Entonces, si hablamos de educar, no dejemos de pensar necesariamente en eso. A la juventud no hay que darle libertad de medios anticonceptivos solo por el hecho de que hay mucho embarazo en adolescentes. Hay que analizar claramente que la ley debe regular otros aspectos de la vida cotidiana de ese adolescente. Por ejemplo, la protección hacia el menor, castigar de manera más fuerte a aquellos que la infringen; es decir, si vamos por el castigo y la prevención, estaríamos bien.

Como Iglesia Católica, ¿creen que se debe abordar la educación social y castigar a quienes violenten los derechos de los jóvenes?

Ortega: El enfoque de que el Estado sea el que provea la educación contraviene completamente la Constitución de la República en el artículo 73, en donde los padres tienen la potestad de escoger la mejor educación para ellos; entonces la educación es en la familia. Entonces , lo que yo quiero enseñar a mis hijos en el tema de educación sexual es una educación en el amor, en la que ellos puedan entregarse a su pareja completamente en cuerpo y en alma, no una cosa pasajera, genital, en la que, por promovido anticonceptivos, vayan a utilizar a mis hijos o hijas.

¿Es el camino correcto dotar de fondos a una institución estatal dedicada a la juventud?

Méndez: Para nadie es un secreto que el Conjuve actualmente tiene siete millones —de quetzales— para ejecutar, y el 80% se va a gastos administrativos, por lo tanto tenemos pocos recursos destinados para los jóvenes. Actualmente de cada Q100 se destinan Q2.73 en los jóvenes y eso no significa desarrollo; y hablamos de derechos, no de moral. Y si creemos en el tema de los valores, uno de ellos es la libertad. Creemos necesario que la secretaría daría estos elementos para que el Estado garantice toda la gama de derechos.

Medina: En Guatemala hay una no adecuada distribución de los recursos en todas las áreas, hay que analizarlos, hacer cambios radicales. No extraña que la juventud tenga problemas. Dárselo a una institución no creo que sea lo adecuado.

Ortega: Los jóvenes son muy importantes para la Iglesia, como parte de la familia, de la sociedad. Asignar recursos a una secretaría específica para la juventud con estos temas definitivamente no es prioridad para el país.

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