Guatemala

Soldados beliceños se defendieron de ataque afirma OEA

Luego de varios meses de una investigación sobre la muerte de un menor en la zona de adyacencia con Belice, el informe basado en testimonios se inclina a que los soldados dispararon después de ser atacados.

Refuerzos militares fueron enviados al río Sarstún luego del incidente donde murió el menor de 13 años. (Foto Prensa Libre: Hemeroteca PL)

Refuerzos militares fueron enviados al río Sarstún luego del incidente donde murió el menor de 13 años. (Foto Prensa Libre: Hemeroteca PL)

Las pesquisas de la Comisión Independiente convocada por la Organización de Estados Americanos (OEA), comenzaron a petición de Guatemala y Belice, para aclarar la muerte del niño guatemalteco Julio Alvarado, de 13 años, y donde resultó herido su padre Carlos y otro menor de 11 años, el 20 de abril pasado.
El informe está basado en las declaraciones de miembros de las Fuerzas de Defensa de Belice (BDF, en inglés) y Amigos para la Conservación y el Desarrollo (FCD, en inglés), quienes dispararon; e informes forenses y casquillos encontrados en el lugar del incidente. Además de la versión del padre del fallecido y otro guatemalteco que ese día había sido detenido y que estaba con los militares.
El hecho habría sido en el lugar conocido como “El Sapote”, a unos 562 metros de la zona de adyacencia, del lado que administra Belice.
Benjamín Cal, miembro de FCD, es el primero en narrar los hechos dentro del informe: “Aproximadamente a las 19 horas a cinco metros de distancia avanzaba la luz de una linterna intermitente. Debido a la oscuridad no se podía distinguir los rostros. En consecuencia, prendió su propia linterna y dio la voz de “alto”. Inmediatamente comenzó a disparar después de que dispararan las personas desconocidas que usaban un arma calibre .22”, relató.

Derry Alden Harris, también del FCD, explicó que había sido asignado por el Teniente Rodríguez para servir como guardia mientras este último trataba de comunicarse con la base para informar el arresto de José María Antonio Reyes, un agricultor guatemalteco.
“Justo antes de las 19 horas, cuando estaban ubicados a la entrada del mismo camino, donde la patrulla había recién parada, escuchó a alguien que se acercaba. Cuando las personas desconocidas estaban a una distancia de 15 metros, Cal prendió la linterna y dio la voz de alto”.
Vio que las personas abrieron fuego en su dirección. Temiendo por su vida se echó al suelo y devolvió el fuego con dos disparos de su escopeta calibre 12. Benjamín Cal disparó primero y luego lo hizo Derry Alden. El Teniente Rodríguez apareció inmediatamente y disparó en dirección general.
A cargo de los dos hombres estaba el teniente Erwin Rodríguez, de BDF, quien contó a los investigadores de la OEA que  una hora después del arresto del agricultor, ordenó que su patrulla realizara trabajos de seguridad en el perímetro mientras él establecía contacto por radio.
Indicó que había redoblado la seguridad porque recientemente se habían encontrado con problemas de drogas y gente armada. “Cuando logró ponerse en contacto con la base, oyó que un miembro de su patrulla dio la voz de alto y escuchó disparos de un arma de fuego calibre .22. Abandonó la radio y corrió al lugar desde donde se habían escuchado los disparos y donde estaban los dos guardias. Preguntó qué había ocurrido y si estaban bien y luego comenzó a disparar “hacia la amenaza” para despejar el área. El Teniente Rodríguez dijo también que él disparó nueve veces en una dirección general con su M4 5.56 y que los disparos duraron pocos segundos”.

Eso no es cierto

Contrario a eso, está la versión de Carlos Alvarado -padre del menor fallecido-. Indicó a los expertos que caminaron a su lugar de trabajo a 40 minutos de distancia de su casa para sembrar semillas de calabaza y frijoles. “Después de finalizar el trabajo, cuando regresabamos a casa sobre una colina y antes de llegar a un campo con cultivo de maíz, aparecieron tres hombres y dijeron: “No se muevan”, y enseguida comenzaron a disparar”.

En las declaraciones de prueba también está la del campesino que había sido detenido ese día. Únicamente dijo que no presenció el incidente, pero si escuchó los disparos y vio cuando los soldados llevaban la camilla con el cuerpo.
El médico forense de Belice, Mario Bran, afirmó que el cuerpo de Julio tenía ocho perforaciones de entrada y siete de salida. De esas, seis tenían trayectoria de atrás hacia adelante y dos en el hombro izquierdo, de enfrente hacia atrás.
Además determinaron que murió principalmente por los disparos en el cuello de la escopeta 12, que Derry Alden describió que portaba en su testimonio.

Julio ya había sido detenido

La declaración de Marco Díaz, reveló que el 2 de marzo pasado cuando patrullaban, vieron a tres individuos caminar hacia ellos y les marcaron alto; los tres huyeron pero uno pudo ser detenido.
Se trataba de Julio Alvarado, ahora fallecido. “Portaba una bolsa de carga que contenía dos tepezcuintles que había cazado. Después que la guardia de la BDF llamó a la sede para comunicar la detención se le indicó que lo dejaran en libertad porque era menor de edad. Julio informó que los otros dos que se habían escapado tenían un rifle que utilizaron para cazar”, afirmó el beliceño.

Analizan el informe

El embajador de Guatemala en Belice, Estuardo Roldán, afirmó que el documento será analizado con apoyo de personal técnico debido a los términos que emplea el investigador estadounidense y la mexicana. Roldán aclaró que hasta el momento le parece un informe no concluyente para el país y con falencias en las que no están de acuerdo.

Roldán señaló que existió una mala cadena de custodia de las pruebas, que en algunos casos estaban a la intemperie o pudieron ser alteradas.
Además el embajador remarcó que el informe se basa en la declaración de las personas involucradas. “Cada quien tiene su versión de lo ocurrido. No dice quién disparó”.

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