Eso, en el mejor de los casos, pues en otros, algunos parlamentarios denuncian compra de voluntades, con dinero en efectivo, a cambio de plazas o adjudicaciones en dependencias estatales u obras.
Este trueque, que en la mayoría de ocasiones ocurre bajo la mesa, terminó de evidenciarse la semana pasada, cuando de manera sorpresiva se lograron votos para aprobar, en primera lectura, la Ley Electoral y de Partidos Políticos, y de urgencia nacional, el primer paquete de leyes de transparencia —con varios artículos dudosos— e institucionalizar el frente parlamentario contra el hambre.
Todo ello fue a cambio de que esta semana se apruebe un préstamo por US$200 millones con el Banco Mundial, que tiene como destino la inversión en el Ministerio de Comunicaciones, pese a que antes de renunciar el ministro de Finanzas, Pavel Centeno, buscara aprobar otro por US$237 millones que serviría para pagar casi Q2 mil millones en letras de Tesorería.
Legisladores denunciaron que una parte del crédito, que estaría por aprobarse, se usará para “estimular” con Q150 mil a los diputados que aprobaron las normativas que entraban en el paquete pactado.
Pero el trueque no solo es con dinero, también se hace con iniciativas, ya que, para aprobar los créditos, los bloques de oposición establecieron como condición las leyes que le interesaban a cada uno.
La agrupación Todos impulsó las reformas a la ley de Aduanas y, al principio, la Electoral y de Partidos Políticos. Luego esta última fue adoptada por la Unidad Nacional de la Esperanza (UNE).
Bancadas minoritarias como Encuentro por Guatemala, Winaq e incluso Compromiso, Renovación y Orden impulsaron las de Transparencia.
El Partido Patriota ha insistido en los créditos, el Presupuesto para el 2014 y la Junta Directiva a cambio de apoyar.
Lo ven normal
“El Congreso es para ponerse de acuerdo. Se escucha muy feo que se haga cambio de una por otra ley. Lo que realmente se hace es poner prioridades a negociar”, manifestó el jefe de Todos, Mario Barrios.
Carlos Barreda, diputado de la UNE, reconoció en días pasados que en el Legislativo es válida la negociación para lograr el respaldo para las normativas, de lo contrario, no se podría incluir ningún tema de la oposición.
Lamentan acción
Manfredo Marroquín, presidente de Acción Ciudadana, indicó: “Existen negociaciones que son legítimas y necesarias cuando son de bien común. El problema es que las últimas se hacen para buscar intereses particulares que luego serán utilizados como mercancía en las campañas políticas”.
Agregó: “El problema es que esto viene en forma progresiva, y en esta legislatura ha sido peor. Si no se hace algo para cambiar el rumbo, seguiremos viendo clase política mercantilista que daña a todo el país”.