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TSE bajo fuego: el desafío de implementar un modelo biométrico previo a la convocatoria a elecciones

La biometría es un sistema que busca evitar fraudes, pero implementarlo a menos de un año de elección parece una misión cuesta arriba.

El TSE pretende implementar modelos biométricos para las próximas elecciones. (Foto Prensa Libre: Hemeroteca PL)

El TSE pretende implementar modelos biométricos para las próximas elecciones. (Foto Prensa Libre: Hemeroteca PL)

El Tribunal Supremo Electoral (TSE) puso un plan para implementar un modelo biométrico en las elecciones 2023 con la idea de modernizar el sistema electoral. Pero para implementarlo antes se debe adquirir el equipo tecnológico, comprobar su seguridad e informar a la población sobe su uso. Todo, en poco más de medio año.

“Si tenemos esta tecnología, se podrá saber a las 12:00 del mediodía cómo va la afluencia de votantes en cualquier lugar. Cuántos hombres, cuántas mujeres y de qué edades. La biometría nos puede dar todo eso en tiempo real”, expuso la magistrada presidenta del TSE, Irma Palencia en una entrevista con Prensa Libre.

Afirma que el TSE necesita dar un salto cualitativo y por ello le apuestan a la biometría, un modelo que se usa para autenticar la identidad de personas a partir de características físicas únicas, como la huella, el rostro o la lectura de la retina.

“Esto impactaría porque aquí se ha hablado de que hasta los muertos votaban. Eso ahora será imposible. Su voto y su huella ya quedó registrada, entonces lo bloquea en todo el país. Nadie con su huella o con su reconocimiento facial puede volver a votar por usted”, argumenta la presidenta del TSE.

Pero, aunque suene bien, implementarlo sin considerar las complejidades y desafíos que implica podría generar tropiezos.

Chrystian de León, experto en soluciones de tecnología y seguridad, explica que un primer reto es que sea amigable para la población, que la gente esté anuente a usar este método de autenticación. Aunque esto, quizá, es lo menos complejo porque ya hay bancos en todo el país que usan la huella dactilar.

El segundo desafío es a nivel logístico y tiene que ver con dos factores. En principio, con la escasez de componentes electrónicos que hay actualmente en el mercado. Si esto se logra superar, lo segundo es corroborar que el sistema es rápido y antifraude.

“El sistema biométrico es rápido, pero está sujeto a sistemas de seguridad, se debe tener equipo de cómputo y sistemas antifraude porque esto tampoco está libre de fraude. En el plazo que quedan para las elecciones, se debe probar el sistema y se debe contar con evidencia que funciona en otros países”, dice el experto.

Para probar la seguridad de un sistema, a menudo se hacen pruebas piloto. “Se hace una maqueta, que es la reproducción en pequeño con un grupo de personas prueba el sistema”, explica. Luego se apoyan con “hackers éticos” que generan ataques coordinados para ver si hay alguna vulnerabilidad del sistema.

“Tiene que ser una solución probada en otros países donde la corrupción no es el común denominador. Lo segundo es si el TSE va a considerar contratar a una empresa, debe tener subcontratado personal especializado en herramientas. No hay expertos

Y para todo esto, queda menos de un año.

Escepticismo

Mientras tanto, las organizaciones de sociedad civil ven con recelo la forma en cómo el TSE pretender adquirir estos equipos de cómputo, ya que lo pretende hacer por medio de compras por excepción. Acá los eventos no se publican en Guatecompras sino hasta que la oferta ya fue adjudicada, lo cual resta transparencia y competitividad.

“Es importante que las contrataciones se realicen de forma transparente y con la debida participación y competencia de empresas reconocidas y con la experiencia necesaria.  Se recomienda que el TSE garantice que las empresas que se contraten no sean controvertidas en el país o internacionalmente y que, aunque sean compras por excepción se publiquen desde el inicio en Guatecompras”, expuso Guatemala Visible.

En ese sentido, el argumento del tribunal ha sido que al tratarse de compras por excepción, la legislación no les obliga a publicar los concursos previo a adjudicarlos.

Pero, además, hay otras preocupaciones que tienen que ver con riesgos de seguridad del evento electoral.

“No es conveniente hacer cambios al modelo electoral de Guatemala que está basado en el trabajo cívico que realizan las Juntas Receptoras de Votos y Juntas Electorales que garantizan y resguardan el voto.  Es inviable que se realicen estos cambios tan cerca del evento electoral y sin el debido análisis y discusión en la sociedad”, afirma Guatemala Visible.

Por su parte, el politólogo Renzo Rosal dice que si bien el TSE es una institución obsoleta en tecnología y es importante una modernización, esto no debe hacerse en año electoral, sino dos o tres años antes y debe ir acorde a un plan estratégico que refiera qué procesos se prevén realizar ahora de manera digital.

“Hay mucha duda e incertidumbre que genera. Parecería que todo esto no obedece a un plan estratégico, se carece de fundamento. No hay capacidad de implementación y no hay garantía de que se pueda capacitar al personal ni que todo ocurra antes de convocatoria de enero que está a tres meses”, afirma Rosal.

Prensa Libre intentó consultar a la magistrada presidenta del TSE sobre estas dudas, pero al cierre de esta nota no fue posible contactarle vía telefónica ni por medio de mensajes.

De momento, solo se informó que las compras del equipo tecnológico continúan en marcha y que se adquirirá por lotes.

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