Política

Un análisis sobre cómo el covid-19 cambia el sistema económico que conocemos

En medio de la pandemia por el coronavirus, el periodista y politólogo Moisés Naim, reflexiona sobre cómo las grandes potencias económicas han abordado el problema y las consecuencias que esto traerá.

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Nueva York es el Estado que más contagios reporta en EE. UU. y el mundo. (Foto Prensa Libre: EFE)

Nueva York es el Estado que más contagios reporta en EE. UU. y el mundo. (Foto Prensa Libre: EFE)

Moisés Naím, uno de los intelectuales mundiales más influyentes y con una amplia carrera profesional, desde el periodismo hasta la política, dice que “la reactivación de América Latina dependerá de en cuánto tiempo se descubra una vacuna o medicamento contra este virus, “pero que a pesar de que —el mundo— salga del coronavirus, no se va a resolver el legado de devastación económica que dejó en el camino”.

¿Cuál es su análisis de la situación mundial a raíz de la propagación del covid-19?

El impacto en la economía por el cierre de empresas, negocios y servicios está generando una de las situaciones más difíciles, retadoras y peligrosas que hemos tenido en las últimas décadas.
Esto va a ser más grave que la crisis financiera del 2007 al 2009 y que las guerras al terrorismo en Irak y Afganistán. Es muy peligroso lo que está pasando.

¿Quiénes recibirán el mayor impacto?

Una de las cosas de esta pandemia es que no respeta rango social ni nivel económico, porque ya vimos que el hijo de la reina de Inglaterra está infectado, así como gente muy prominente del mundo de los deportes, los negocios y las universidades. O sea que el virus no respeta ni fronteras ni chequeras, pues se puede tener mucho dinero en el banco, pero no se está protegido. En este sentido, el virus ha sido igualador.

¿Qué necesitarán los países para después levantarse?

Depende de cuándo aparezca una vacuna o una cura y pueda ser administrada a miles de millones de personas.

La reanimación será diferente si pasa dentro de unos meses o un año o más tiempo, pero a pesar de esto, salir del coronavirus no va a resolver el legado de devastación económica que dejó en el camino.

En esta carrera por la vacuna, ¿cómo ve la lucha verbal que mantienen EE. UU y China?

Es una locura que va en contra de los intereses de los ciudadanos de sus países; ambos son culpables, pero hay excesos. Por ejemplo, durante la reunión por teleconferencia del G-7, donde participaron los cancilleres de los países más industrializados del mundo, no llegaron a acuerdos porque Mike Pompeo, ministro de Relaciones Exteriores de Estados Unidos, exigió que el comunicado que emitieran hiciese referencia al “virus de Wuhan” o “virus chino”, con el deliberado interés propagandístico de echar la culpa a los chinos. Eso es una tontería que atranca el juego, en estos momentos en que necesitamos coordinación internacional de solidaridad.

¿No están siendo solidarios los países?

Están creando, por ejemplo, proteccionismos con los materiales médicos para enfrentar la crisis, como ventiladores y mascarillas, están creando obstáculos a las exportaciones, pues Estados Unidos no está permitiendo que se exporten ciertos respiradores y los países europeos están haciendo lo mismo con ciertos medicamentos, lo que quiere decir que estamos viviendo un momento en que necesitamos mucha sincronización internacional, pues hay muchas dificultades.

¿Considera que este virus está creando xenofobia?

Depende de los países. El presidente Donald Trump ha sido muy agresivo al descalificar a los mexicanos, a los centroamericanos, a los chinos y los europeos. Del único que no habla mal es de Vladimir Putin, —presidente— de Rusia.

¿Todo esto provocaría una crisis política posterior?
Una variable muy importante es qué pasará en las elecciones presidenciales de EE. UU en noviembre de este año. Si Trump gana, que es un escenario, el mundo se dirige hacia una dirección, pues estaría empoderado. Ahora, si ganan los demócratas, que pareciera que el candidato será Joe Biden, será diferente.

¿Como ve el hecho de que EE. UU. haya puesto poca atención a la pandemia, y ahora es uno de los países con mayores contagios?

Hay dos partes. Lo que está pasando en Estados Unidos y lo que sucede en América Latina.

En EE. UU. claramente hubo un error de parte del Gobierno en ignorar y minimizar el riesgo. No entendieron que la pandemia en China era un problema de todos y no solo de los chinos, y ahora lo tienen ahí, donde el lugar más infectado es Nueva York, y eso es porque llegaron tarde, esperaron demasiado, no tomaron las medidas con la eficiencia y la severidad necesaria.

Trump, varias veces, y hay grabaciones, dijo que no era un problema, que este virus no era difícil, que podía desaparecer por sí solo. Ahora están pagando las consecuencias de esa irresponsabilidad.

En América Latina hay diferentes circunstancias. Tenemos los países que están haciendo bien las cosas, entre ellos Guatemala, donde el presidente Alejandro Giammattei, con sus medidas severas y agresivas, ha tenido uno de los mejores manejos en Latinoamérica, al igual que Colombia, Argentina, Perú y Chile.

Uno de los países que peor ha manejado la crisis es México, donde el presidente Manuel López Obrador ha dado muestras de irresponsabilidad, pues ha exhortado a la gente a salir, a abrazarse y besarse, y dice que no hay que preocuparse y hasta tiene unos amuletos que dice que lo protegen y, además, miembros de su Gobierno dicen que el virus no ataca a su país, porque son de una etnia que está protegida. En fin, lo está haciendo muy mal, al igual que el de Brasil.