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Un libro que refleja la historia de Guatemala

El empresario, abogado y escritor retrata seis conflictos políticos que moldearon la sociedad y la forma de hacer política en Guatemala.

 El empresario guatemalteco, Roberto Ardón, concedió una entrevista para hablar de su tercer libro, Rivalidades.(Foto Prensa Libre:  Juan Diego González)

El empresario guatemalteco, Roberto Ardón, concedió una entrevista para hablar de su tercer libro, Rivalidades.(Foto Prensa Libre: Juan Diego González)

El empresario, abogado y escritor Roberto Ardón publicó en fecha reciente su tercer libro titulado Rivalidades, en el cual describe los enfrentamientos políticos que, según él, han moldeado el curso de la sociedad y la política de Guatemala.dom

Historia

La nueva publicación se suma a una trilogía en la que Ardón interpela la historia oficial de Guatemala y la explora a partir de seis “confrontamientos” entre destacados políticos que desde el siglo XIX hasta el presente han generado impacto en el imaginario social.

Rivalidades es el tercer libro que publica Ardón. Hace ocho años debutó con Los debates políticos en Guatemala, en el cual analizó tres conversaciones entre actores políticos de 1976, 1977 y 1990. En su segundo libro, Triunviratos, publicado hace cuatro años, el autor se ubicó frente a la construcción del poder Ejecutivo.

¿Qué descubrirá el lector en este nuevo libro?

Se va encontrar con una historia narrada de una manera muy amena y entretenida, sin perder nunca la rigurosidad, porque la historia se puede contar con mayor proximidad. Lo segundo es que se van a encontrar con mucho material gráfico. Alguno que no se ha publicado en los libros, y algún otro que estaba perdido en la historia y que vuelven agradable la lectura de cada capítulo.

¿Cuáles son los retos que enfrentó para escribir este libro?

El primer reto para un historiador siempre es poder tener acceso a las fuentes directas o documentales que hay que consultar. Muchos de los personajes que incluyo en Rivalidades ya fallecieron. Entonces, tuve que recurrir a familiares, gente que les conoció o fuentes de historiadores. El primer gran reto es cómo acceder a las fuentes directas. Creo que es lo más difícil para todos los que escriben historia.

¿Desde cuándo comenzó a trabajar en el libro?

En enero del 2020, pero el covid-19 descarriló el trabajo porque todo se cerró, costó que se volvieran a abrir los archivos, pero tuve el reto de superar este problema para volver a hacer el trabajo de identificación de información y de fuentes fidedignas.

¿Cómo dar credibilidad a lo que se lee en su nueva publicación?

El reto es más de contenido editorial y cómo preservar la objetividad y el balance necesario cuando uno analiza una contienda entre dos personajes políticos, que es lo que se presenta en Rivalidades. Mi intención es que el lector tenga toda la compresión y objetividad posible del enfrentamiento que tuvieron estos personajes.

El autor tiene que ser un ejercicio de autocrítica para tratar de mantener la objetividad cuando uno presenta estas contiendas. Esos fueron los grandes obstáculos que encontré en el camino.

¿Qué aprende el lector al leer libros con este contenido?

Básicamente es la historia política del país contada en seis acontecimientos. Si uno quiere entender la historia política del país, estas seis rivalidades acortan el trabajo de entender todas las complejidades de la política porque resumen los enfrentamientos ideológicos, los momentos históricos y las personalidades que han influido en la dirección de la historia.

Me gusta decir que leer este libro es como cuando uno viaja a un país y tiene pocos días para conocerlo. Entonces uno siempre pide referencia de los lugares que se pueden visitar en dos días. Si hacemos una analogía, si uno quiere entender la historia política del país, estas seis estampas permiten entender toda la dinámica política que hemos tenido en la vida independiente.

¿Estas seis rivalidades cambiaron el curso de la sociedad y la política guatemalteca?

Con esa premisa inicié el trabajo de investigación, y al relatar los acontecimientos de cada una de las rivalidades llego a la conclusión que sí, que las rivalidades son capaces de mover la brújula de la historia de un país, en una dirección o en otra. Ya toca al observador de los acontecimientos evaluar si los resultados de las rivalidades fueron positivas para el país.

¿Hay enfrentamientos que se quedaron sin resolver?

Lo que sucede es que cuando he presentado el libro, invito siempre a las personas que me escuchan que propongan rivalidades que no fueron incluidas en el libro, aunque he tenido reacciones interesantes y me han mencionado pasajes históricos. Creo que ninguna de las rivalidades que me mencionan tienen las características de estas seis, que son las que explico en el capítulo 1 del libro, porque aplicando estos criterios me ayudan a descremar e identificar cuáles son las rivalidades que cambian el curso de la historia y cuáles no. Por supuesto hay personajes políticos muy importantes, pero no encontré otros que hayan librado en el mismo tiempo y en el mismo escenario una lucha tan descarnada contra otro personaje como ocurre en estas seis rivalidades que analizo.

¿Dentro de sus fuentes se encontró con familiares u otras personas que se negaron a dar información?

No, colaboraron mucho. La familia del expresidente Estrada Cabrera y la familia Piñol, que son los que se enfrentan en la segunda rivalidad, colaboraron muchísimo, aun sabiendo que la familia del rival me estaba colaborando también, y lo hicieron con el afán de que no se perdieran piezas históricas. Fueron muy accesibles y sin ningún tipo de rencor.

¿Quedaron algunas fuentes o personajes pendientes de entrevistar?

Sí, hubo algunas fuentes que me hubiera gustado citar, pero por las circunstancias no se pudo. Es el caso de Sandra Torres. La busqué para poder tener su versión, pero no fue posible. No obstante, siempre manifesté que guardaría la imparcialidad del caso en el libro y creo que lo he logrado, incluso cuando ella no aportó su testimonio. En el caso del comisionado Iván Velásquez ya estaba en Colombia, en su función como ministro. Entonces, no fue fácil acceder a él, pero tuve gente alrededor de estos personajes que me hablaron y las fuentes documentales.

¿Qué protagonistas de los conflictos que describe pudo entrevistar?

Entrevisté directamente a Alejandro Maldonado Aguirre. Fue una entrevista muy larga, al igual que con Dionisio Gutiérrez, y tuve tres sesiones con el expresidente Álvaro Colom. No tuve el testimonio de Torres, pero Colom tuvo que ver con muchos acontecimientos de la primera década del siglo XXI, cuando fue presidente.

¿Podría decirnos cuáles son esas rivalidades?

La primera es la que ayude a definir qué tipo de Estado queremos ser, porque después de la Independencia no estaba muy claro qué modelo de Estado queríamos. Esa sería la primera rivalidad, que se resuelve por la vía militar. Ahí se enfrentan Francisco Morazán y Rafael Carrera. Uno que era abogado y defendía que Guatemala fuera parte de una federación, y Carrera que era partidario de declarar la independencia de Guatemala.

La segunda enfrenta al presidente más prolongando de nuestra historia, Manuel Estrada Cabrera, cuya presencia imponía mucha autoridad y control político, pero de repente se encuentra frente a un religioso que utiliza como arma los sermones y pone en marcha un movimiento social que termina por deponer a Estrada Cabrera.

El tercer conflicto es Guatemala en la Guerra Fría, porque después de la Segunda Guerra Mundial vivió estampas muy dramáticas con la revolución y la liberación, que la sitúan en un conflicto mayor y con dos personajes importantes de nuestra historia que se enfrentan, el coronel Jacobo Arbenz Guzmán y Carlos Castillo Armas.

La cuarta rivalidad que califico como una de las más decentes y en la que se libran combates políticos pero siempre con mucho respeto, es la de Alejandro Maldonado Aguirre y Manuel Colom Argueta, como representantes de una nueva generación de políticos, uno de la centro izquierda y el otro de la centro derecha. La última rivalidad, breve, pero la más intensa, es la que libró el representante del liderazgo político, Álvaro Arzú, con el comisionado de la Cicig, Iván Velásquez que estaba investido de mucho poder.

¿En el siglo XXI que rivalidades se pueden documentar?

Es el enfrentamiento que sigue teniendo consecuencias, entre Dionisio Gutiérrez, que es un empresario comunicador, y Sandra Torres, que es una política que ha tenido por lo menos cuatro capítulos de lucha tan recientes como en estas elecciones del 2023, pero que no alcancé a documentar porque el libro estaba terminado. No obstante, ambos se enfrentaron públicamente.

¿Publicará otro libro?

Sí, y es como cuando uno tiene un hijo y preguntan cuándo viene el siguiente. Sin duda ya tengo una idea y luego la estructuro, se van armando los capítulos y temas, pero tengo retos que todavía no puedo compartir, porque es un tema sensible.

ESCRITO POR:

José Manuel Patzán

Periodista de Prensa Libre especializado en temas de seguridad, con 18 años de experiencia en periodismo escrito, radial y televisivo. Reconocido con el premio Periodista del Año de Prensa Libre en 2016.