Las alertas de autoridades y comunitarios se activaron, todos se preguntan ¿qué está pasando? y la respuesta parece ser la misma: la lluvia no ha llegado.
Investigadores del Instituto de Agricultura, Recursos Naturales y Ambiente (IARNA) de la Universidad Rafael Landívar explican que este fenómeno, pese a ser natural, no es normal.
Según explicó el ingeniero Raúl Maas, las lluvias empiezan normalmente a mediados de mayo, por lo que éste atraso de mes y medio ha sido significativo. A esto se le llama “trastorno en el ciclo de las lluvias” y no es nada nuevo.
Maas explica que durante la década de 1960-1970, la dinámica del clima era bastante estable. Pero de 1990 a la fecha, ha ido cambiando el ciclo de la lluvia con variaciones cada vez más fuertes. Esto se observa más a nivel local en los valles y ríos, como lo vemos ahora en el área de las Verapaces, Izabal, Quiché y en el sur de Petén, una región bastante húmeda pero que ha detectado decaídas en el nivel de los caudales de los ríos.
Según dice el experto, esta región del país tiene unas características muy particulares por cómo se movilizan las aguas subterráneas. Los suelos tiene poca capacidad para retener el agua de lluvia ya que son kársticos, es decir, son muy calcáreos (con mucha cal) y con pocas posibilidades de retener el agua.
Es por esto, que el agua que se moviliza en los ríos está muy asociada con la lluvia y al prolongarse la época seca, los ríos pueden desaparecer.
Otro situación que se ha reportado en la zona es que el nivel de los pozos ha disminuido. El problema con estos dos fenómenos es que afecta a las comunidades que se abastecen con el agua de lluvia (en su mayoría).
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“Sin lluvia no hay vida”
Con la desaparición de estos ríos, también ha desaparecido la vida silvestre que crece. se reproduce y convive en estas aguas. “En el 2013 visité el río San Simón y recuerdo que vi nutrias y ahora no sabemos si estas nutrias migraron o si simplemente desaparecieron”, explica Maas.
Si bien, la época prolongada de calor ha afectado las comunidades, el experto explica que hay que tener cuidado cuando la lluvia se presente. “Después de un fenómeno del Niño muy fuerte, casi siempre se presentan dos Niñas muy intensas, esto está asociado a mucha humedad y exceso de lluvia que puede provocar desbordes, deslaves y derrumbes”.