Guatemala

Pequeñas empresarias de Retalhuleu luchan pese a falta de oportunidades

A la falta de empleo y oportunidades en Retalhuleu, tres mujeres emprendedoras decidieron asociarse y abrir una fábrica de cuquitos en sus viviendas en la zona 4 de la cabecera departamental, la cual ha sido su fuente de ingresos para sus familias.

Jaqueline Zepeda (con gorra) acomoda las bolsas de "cuquitos" en una canasta plástica para salir a vender en motocicleta. (Foto Prensa Libre: Rolando Miranda)

Jaqueline Zepeda (con gorra) acomoda las bolsas de "cuquitos" en una canasta plástica para salir a vender en motocicleta. (Foto Prensa Libre: Rolando Miranda)

La dedicación y esmero ha sido la clave para Jaqueline Estrada de 36 años, su hija Kimberly Zepeda Estrada de 20, y su cuñada Jaqueline Zepeda de 29, quienes todos los días inician sus labores de madrugada para vender uno  mil cuquitos diarios.

La jornada inicia con la preparación del producto para después venderlo en las calles a un costo de Q10 por una bolsa de 30 unidades.

Jaqueline Estrada, indicó que su hija se graduó de perito en administración de empresas y a la falta de empleo decidieron emprender el reto, y con la ayuda de su cuñada, lograron organizarse y dirigir un negocio que les ha servido para solventar sus gastos económicos.


“La situación laboral está difícil y por eso buscamos otra alternativa,  esto nos ha funcionado y nos hemos dado cuenta que con esfuerzo y dedicación podemos sobresalir, y cada vez más sumamos clientes que confían en nuestro producto”, expresó Estrada.

Jaqueline  Zepeda, comentó que ella es la encargada de repartir el producto en las tiendas de la cabecera de Retalhuleu, San Sebastián y San Felipe, se transporta en una motocicleta para llegar lo más pronto posible pese a los riegos.

“En las calles y carreteras hay peligro y me he escapado de ser atropellada por vehículos, sin embargo, a pesar que me da miedo conducir motocicleta tengo que seguir trabajando porque somos un equipo”, expresó Zepeda.

Kimberly Zepeda, indicó que decidió ayudar a su mamá y a su tía porque no encontraba trabajo, y aprendieron rápidamente la elaboración de los cuquitos.

“Yo tengo sueños de seguir estudiando en la universidad una ingeniería de alimentos, y estoy segura que si sigo trabajando en la fábrica de cuquitos podré pagar las mensualidades; además me gusta trabajar al lado de mi madre porque ella ha sido un ejemplo de superación”, dijo Zepeda.

La vecina Norma Macal, indicó que ve mucha valentía en las tres mujeres, porque desde muy temprano comienzan sus labores, y se arriesgan a salir para vender en las calles.

Eufemia Galindo, comerciante, comentó que ella compra el producto y por la calidad que tiene les gusta a los niños y adultos, cuando les hace el pedido de cuquitos llegan con mucha prontitud y eso “es de aplaudir”.

“Con este ejemplo nos damos cuenta que todas las mujeres tenemos capacidades y cada vez podemos ser mejores en lo que hacemos, e invito a las mujeres que no nos detengamos porque vemos ejemplos a seguir y les va muy bien” expresó Galindo.

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