En una crónica escrita de su puño y letra el fotógrafo comenta cómo realizó la expedición: “Salí de Cobán, caminando hacia el norte por diez días a través de la casi inhabitada selva hasta llegar al río La Pasión en donde el gobierno guatemalteco tiene canoas para cruzarlo. Catorce millas al norte del ferry está la aldea Sacluc, o La Libertad”.
Templo de las Màscaras. (Foto: Hemeroteca PL)
Un día después el explorador continuó su travesía hacia la isla de Flores y posterior recorrido nocturno en el lago Petén Itza, rumbo a un lugar llamado El Remate. Al llegar observó un rancho semidestruido desde donde partirían a pie en un viaje de casi 60 kilómetros entre la espesa jungla en búsqueda de Tikal.
Descubrimiento
Los indígenas hablaban de una “ciudad antigua” en la selva de Petén y fue el corregidor Modesto Méndez en compañía del gobernador del departamento norteño, Ambrosio Tut, quienes reportaron por primera vez el hallazgo de las ruinas de Tikal, en 1848. Sus informes fueron publicados de inmediato, primero en Guatemala y más tarde en Alemania.
Parte del informe redactado por Méndez decía: Destine al señor Lara a que tanto de las circunferencias de las estatuas de piedra, cuanto de las dibujadas en las vigas de chicozapote, que forman la puerta principal de tres palacios, acabase de copiar, con el posible esmero las letras que contienen, cuyas inscripciones algo de importancia deben revelar, mas solo en la corte podran encontrarse anticuarios, profesores del idioma y sino, yo debo de cumplir con este deber, pues me seria sensible que otros curiosos extranjeros, vengan a dar publicidad a los objetos que estoy viendo y palpando.
Vengan en buena hora esos viajeros con mayores posibilidades y facultades intelectuales, hagan excavaciones al pie de las estatuas. Rompan los palacios y saquen curiosidades y tesoros que no podran llevar sin el debido permiso; jamas podran nulificar ni eclipsar el lugar que me corresponde al haber sido el primero que, sin gravar a los fondos publicos, les abri el camino”.
A partir de 1875, las superficies esculpidas de varios dinteles de los edificios de Tikal fueron robadas por visitantes extranjeros y también por pobladores locales; muchas de estas aún se encuentran en museos de Europa y Estados Unidos.
A partir de 1881, el inglés Alfred P. Maudslay viajó por la región maya y reprodujo estelas, moldes, esculturas y edificios prehispánicos en placas fotográficas de alta calidad. Las publicaciones de Maudslay hicieron accesible un corpus extenso del arte maya.
Las primeras leyes de protección fueron emitidas en 1893 y 1894, durante el gobierno de José María Reina Barrios. Se prohibió la exportación de bienes arqueológicos, así como efectuar alteraciones en los sitios.
Entre 1956 y 1970 tuvo lugar el Proyecto Tikal, con la dirección de Edwin M. Shook y William Coe. Hasta ahora continúa siendo la ciudad maya más visitada. En conmemoración al descubrimiento de Tikal se proclamó el día 26 de febrero como “Día del Patrimonio Cultural de la Nación en Guatemala”.