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Luto en las artes: fallece Humberto Garavito en 1970

Fue noticia dentro de las páginas de Prensa Libre el 1 de junio de 1970 el fallecimiento del célebre pintor quetzalteco, Humberto Garavito.

Retrato de Humberto Garavito en sus años de juventud. (Foto: Hemeroteca PL)

Retrato de Humberto Garavito en sus años de juventud. (Foto: Hemeroteca PL)

“Conocido pintor sucumbió minado por grave enfermedad. Dedicó su vida a la pintura, actividad artística en la que obtuvo muchos éxitos” indicaba la nota periodística del día 2 de junio.

El artista guatemalteco, Humberto Garavito, uno de los pintores nacionales más conocidos, falleció ayer a las 16.30 horas, después de una prolongada enfermedad. La desaparición del artista que tanto renombre diera a Guatemala, constituye una pérdida irreparable no sólo nacional, sino internacionalmente. 

Sobreviven al pintor Garavito su esposa, señora Berta Josefina Pontacq viuda de Garavito; sus hijos, Rafael Garavito y Lucrecia Gordillo de Garavito; Jorge Estrada y María Garavito de Estrada; Raymond Ymbert y Marta Garavito de Ymbert y sus nietos.

Los restos del pintor Garavito están siendo velados en su residencia, de la 8a. calle 2-32 zona 10 de esta ciudad y de allí saldrán hoy hacia la parroquia Inmaculada Concepción (Ciudad Vieja), a las 9 horas, donde se oficiará una misa de cuerpo presente. Después del acto piadoso, sus restos serán trasladados a su tierra natal, Quetzaltenango, donde recibirán cristiana sepultura.

Medio siglo dedicado al arte

Garavito nació el 26 de enero de 1897 en la ciudad de Quetzaltenango. Se dedicó por completo a la pintura desde los quince años de edad. Su primer maestro fue Joaquín Gutíerrez. En 1916 realizó su primera exposición en Quetzaltenango.

En esa exposición el crítico y escritor catalán Jaime Sabartés, (quien por ese entonces residia en Guatemala y más tarde sería el secretario privado de Picasso), señaló: “Humbert Garavito, hace poco vestía pantalón corto, indumentaría de la corta edad. Humberto Garavito ha pasado su niñez pintando.

Ahora ya se le acepta como una esperanza en el arte y algunos reciben ya sus obras como abono de sus promesas de antes: quiero decir que para muchos ya no es el niño que promete sino el artista que devuelve”. En 1919 viajó hacia México en donde estudió pintura en la Academia de San Carlos.

Humberto Garavito expuso en la ciudad de Oaxaca, Mexico, una serie de paisajes urbanos como el “Monumento a la Independencia”, “Iglesia de la Santísima”, “Interior del convento de Churubusco”, y en el género paisaje, “El Popocatépetl desde Amecameca”, “El Ixtacthuatl” y “El Canal de Xochimilco”.

De esta exposición mexicana sólo se conserva en Guatemala un cuadro: “La plaza de Amecameca”; el resto se conoce por una serie de reproducciones tamaño postal realizadas en México (1920). En ellas se puede admirar las características de este pintor, como la viveza del color, la calidad de los tonos y el movimiento que crea el viento y que está retenido en las nubes o en la vegetación. También se nota el cuidado de los planos para lograr profundidad o perspectiva.

De regreso en Guatemala, en la exposición conmemorativa del primer centenario de la Independencia (1921), obtuvo el primer premio, que incluía una beca que le permitió viajar a Europa. Estudió en la Academia de San Fernando en Madrid, y consideró como su principal maestro a Daniel Vásquez Díaz.

Más tarde se estableció en París (1924-1927). En esta ciudad estudió a los maestros de las diferentes escuelas francesas, en especial la Impresionista, e hizo suya la libertad de interpretación que proporcionaba este movimiento pictórico. A los 28 años de edad (1925) Garavito expuso en París en la Galería Carmin. Los comentarios de la prensa francesa muestran que esta exposición no pasó inadvertida.

De regreso en Guatemala tomó bajo su cargo la dirección de la Academia Nacional de Bellas Artes (1928-1935). Perteneció al grupo Arcada, cuyos integrantes (Antonio Tejeda F., Ovidio Rodas C., Rigoberto Iglesias, Leopoldo Alcaín, Oscar Murúa, Jaime Arimany, Federico Schaffer, José Luis Álvarez, Alfredo Gálvez Suárez y Enrique De León C.) fueron influidos por Garavito.

La homogeneidad y representatividad de este grupo se perdió, en parte, con la caída de Jorge Ubico (1944) y la consecuencia directa para la plástica fue la creación de la “Generación del 40”, con la cual la plástica guatemalteca tomó un nuevo rumbo.

Garavito expuso en forma constante en la galería Arcada y también, año tras año, lo hizo en forma individual en la Escuela Nacional de Artes Plásticas, así como en el exterior. Las décadas comprendidas de 1930 a 1950 fueron probablemente las más fructíferas en la vida de Garavito como pintor. Pintó de manera notable el rico paisaje de Quetzaltenango y Atitlán, en donde se puede admirar las perfectas equivalencias entre luz y color.

Una faceta menos conocida es su obra como retratista. En ésta realizó, al crayón, la galería de directores de la Escuela de Artes Plásticas (1920-1970), así como la mayoría de los arzobispos de Guatemala, desde 1926 hasta 1964. También pintó los retratos de los creadores de la unidad monetaria nacional, el Quetzal, y uno de Jorge Ubico Castañeda. Pintó en forma idealizada el retrato de Pedro de Alvarado, del cual hizo algunas copias y también el de doña Leonor de Alvarado.

Probablemente uno de sus mejores retratos sea el de la señora Richter (óleo sobre tela, 94 X 61.5 cm., Museo Nacional de Arte Moderno). En él se admira la discreta belleza de esta joven. Entre otros personajes ilustres también realizó los retratos de Rafael Arévalo Martínez, Luis Cardoza y Aragón y Enrique Gómez Carrillo.

En la década de los 60, en unión con el pintor hondureño Arturo López Rodezno, se dedicó al estudio de la técnica de esmalte. Dejó relativamente poca obra con esta modalidad. Realizó un mural al óleo de grandes proporciones (15 metros de altura) en la Catedral Metropolitana, el cual, por carecer de columnas de sostén, se destruyó con el terremoto de 1976. 

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