“Miles de capitalinos se desplazaron ayer hacia el interior del país, haciendo insuficiente el transporte del servicio extraurbano, para disfrutar del feriado de la Semana Santa” indicaba la nota periodística.
La mayoría de personas cargando maletines, bolsas, canastos y hasta con “el chucho” se dirigieron hacia la 19 calle y 9a. avenida de la zona 1, en donde abordaron autobuses que circulaban hacia el sur y norte de la capital.
Se pudo observar el entusiasmo de hombres, mujeres y niños, corriendo de un lado a otro con el propósito de alcanzar lugar en los autobuses que llegaban a esa terminal; pero como característica del guatemalteco, siempre lo hicieron desordenadamente.
Según se informó en aquella oportunidad, la empresa de transporte “Fortaleza” puso en servicio 25 autobuses pullman para poder transportar a los veraneantes que hicieron viaje hacia Mazatenango, Retalhuleu, Coatepeque, Tecún Umán, Malacatán y Talismán.
A pesar de ello, quienes se dirigían hacia esos puntos del país eran bastantes y el transporte no alcanzó para llevarse a todos. Apenas llegaba una unidad a la terminal, como torbellino se abalanzaban sobre el mismo, para introducirse y hacerse de un lugar.
Hubo quienes no utilizaban las puertas sino saltaban para introducirse por las ventanas y luego pedían a sus hijos para meterlos también por ese lugar, situación que no fue vista con agrado por los transportistas, porque podían arruinar los vehículos.
La misma situación sucedía por parte de los viajeros que se dirigían a Puerto Barrios, y otros lugares del norte del país. Se formaron enormes colas en espera de los autobuses, en número escaso por cierto y por eso los pasajeros se introducían por las ventanas.
Propietarios de autobuses, ante el peligro de que sus vehículos podrían ser dañados por la turba de viajeros, solicitaron la colaboración de la policía nacional, que en pocos minutos llegó para imponer orden. La policía pidió a las personas que hicieran cola y así en forma ordenada fueron abordando los autobuses, y también se cercioraron que los mismo no fueran recargados de pasajeros y que todos fueran cómodamente sentados.
Cuando el autobús salía deseaban buen viaje a todos y al piloto recomendaban prudencia en el camino. Transportes Fortaleza cobraba en ese entonces, por pasaje: Para Mazatenango, Q3.50; a Retalhuleu, Q.4.50; Coatepeque, Q5.00; Tecún Umán, Q6, y Malacatán, Q.6.50; mientras que “Rápidos del Norte” y otras empresas que cubren la ruta a Puerto Barrios, cobraban por el pasaje Q6.
Policías que llegaron a la 19 calle manifestaron a quienes viajaron que en las carreteras encontrarían policías de la institución quienes están advertidos por el Director General de la institución a que controlen el tránsito. Añadieron que esos policías estarían velando porque los autobuses no fueran recargados, y si la tarifa del pasaje era adulterada por los pilotos y ayudantes podrían denunciarlo a los policías, quienes tenían orden de sacar los autobuses de ruta.