“Fuiste tú”. “No, fuiste tú” parecía ser la frase infantil que flotaba en el ambiente.

Mientras el MP defendía que había actuado en coordinación con el Minsterio de Gobernación, la PNC alegaba que no había recibido órdenes de Gobernación.

Ana Lucía Alejos, vocera del Fiscal General, Carlos de León, dijo entonces que había 20 fiscales que trabajaban en la investigación, y que se utilizarían como pruebas la fotos e imágenes de los medios de comunicación, en las cuales se podía identificar a miembros del Frente Republicano Guatemalteco (FRG).

Sin embargo, Raúl Manchamé, entonces director de la PNC, comentó públicamente: “No podemos actuar mientras no recibamos una orden del MP; eso es cosa de los fiscales”.

Uno de los fiscales, Cándido Bremer, puntualizó en aquella oportunidad que la Policía podía detener a cualquiera que estuviera cometiendo un delito, sin orden de un fiscal.

Lo anterior reforzó el argumento legal de que cualquier persona que altere el orden público, dispare al aire, intimide o agreda, debe ser capturada de inmediato.

La PNC observó en forma pasiva a los ecapuchados cuando cometieron los ilícitos, pero no efectuó ninguna captura.

Además, el artículo 245 de la Constitución de la República prohíbe la organización de grupos armados.

Lo anterior refuerza el hecho de que durante la protesta los manifestantes portaban armas de fuego, palos y machetes.

“Profeta”

Como una especie de profeta de su tiempo, Ríos MOntt había asegurado que la Corte de Constitucionalidad votaría cuatro en contra y tres a favor de su inscripción, y así fue.

Además, aseguró que habrían protestas a su favor, y que podrían ser violentas, lo cual también se cumplió.