El personal del periódico, que a esa hora se encontraba en plena labores, al escuchar la explosión salió corriendo a la calle, pues el atentado ocasionó daños a la Redacción, la cual quedó cubierta de fragmentos de vidrios y muebles destruidos.
Los daños
La explosión dejo un boquete en la pared y también rompió las gradas donde fue colocada la carga explosiva, el rótulo de gas neón y los vidrios del tragaluz, sobre la puerta; así mismo, se rompió uno de los vidrios de las oficinas de la Administración.
En el Hotel León, que quedaba a la par de Prensa Libre, se quebraron los vidrios de las ventanas , y el vehículo del propietario, Julio César de León, el cual estaba frente al negocio, quedó con daños.
Además, las oficinas de los abogados Rogelio Hernández, Evaristo García Merlos, José Pantaleón Chávez y Hernán Hernández quedaron con severos daños debido a la onda expansiva.
La seguridad
Aparte de la vigilancia interna del periódico, a esa hora de la noche no se encontraban agentes de la Policía Nacional (PN) en los alrededores.
Hacía un año y medio que Prensa Libre había sido víctima de otro atentado, luego de que personas no identificadas lanzaron dos granadas de fragmentación de las cuales solo una estalló sobre el techo.
Luego de la explosión llegaron varios autopatrullas de la PN, vehículos de la Policía Judicial y unidades de los Bomberos Voluntarios.
Los agentes policiales comenzaron con los interrogatorios de rigor para iniciar las investigaciones y poder dar con los responsables.
Luego de conocerse la noticia sobre el atentado que sufriera Prensa Libre, se recibieron cientos de llamadas de personas que manifestaron su preocupación por el atentado y expresar su descontento por el atentado terrorista, el cual no causó muertes. Muchos decían que grupos que se sentían afectados por algunas publicaciones hechas por este matutino habían atentado contra la libre emisión del pensamiento.
Condenan atentado
Amigos e instituciones se solidarizaron en esa época con Prensa Libre, entre ella la Asociación de Periodistas de Guatemala (APG), por medio de su presidente, el periodista Víctor Hugo de León, quien emitió un documento en el cual condenaba el hecho contra uno de sus agremiados.
“El atentado que sufrió Prensa Libre no persigue otra cosa que coartar el ejercicio de la libre expresión, dijo Adolfo Molina Flores, presidente en funciones del Congreso de la República.
El caso no debe verse desde el punto de vista de los daños materiales, sino desde lo que implicaba para la libertad de información, dijo el congresista.
“Tampoco creo que se trate de un atentado personal en contra de alguno de los personeros, sino sencillamente se pretende limitar la opinión de los periodistas”, indicó.
Molina Flores condenó el atentado, ya que indicó que jamás podría estar de acuerdo con prácticas de esa clase como medio de censura a la prensa.