En los días previos al golpe de Estado, en el país se vivía un ambiente de inestabilidad debido a los atentados de la guerrilla y el acoso del Ejército contra poblados civiles, sobre todo en áreas rurales. El conflicto armado interno que vivía el país era más intenso en la provincia, pero pocas noticias llegaban a la metrópoli.
La tensión subió al conocerse que las elecciones presidenciales las había ganado el candidato oficialista, el exministro de la Defensa, general Aníbal Guevara. El descontento fue generalizado de distintos sectores, incluido el poder económico, que presionaron para evitar la continuidad del gobierno de Lucas García, considerado como uno de los más represivos de la historia contemporánea del país.
Descontento
Ese descontento, que irónicamente surgió dentro de las filas del mismo Ejército, puso contra la pared a gran cantidad de líderes militares. El poder civil era casi nulo.
Hubo manifestaciones en que participaron los líderes políticos de ultrataderecha Mario Sandoval Alarcón y Leonel Sisniega Otero, que empujaron el derrocamiento de Lucas García, ya que se oponían a que Guevara asumiera.
En esa época existía presión para que los militares ganaran la guerra a la insurgencia, pero también para que cedieran el poder a civiles, lo cual todavía estaba lejos de suceder.
Los dirigentes de los alzados buscaron al general Efraín Ríos Montt para que encabezara la junta militar golpista. Para entonces, Ríos Montt, excandidato presidencial que había perdido las elecciones en 1974, supuestamente por un fraude, era ministro religioso de una iglesia evangélica.
Oportunidad
Ríos Montt vio en el golpe de Estado una oportunidad para reivindicarse en el poder, ya que prácticamente había sido apartado de toda la esfera política y orillado a puestos de segunda categoría.
Aquel 23 de marzo, unidades militares salieron a las calles y una vez montada la junta de gobierno, formada por Ríos Montt, el general Horacio Maldonado Schaad y el coronel Francisco Luis Gordillo, se anunció que convocaría a nuevas elecciones, pero sin precisar fecha.
A las 17 horas de ese día, Ríos Montt dio su primera conferencia de prensa como jefe de Estado. En ella indicó que el golpe era exclusivamente militar y remarcó que el Ejército llegaba como “salvador” de los valores morales del pueblo.
La junta de gobierno disolvió el Congreso y abolió la Constitución. Días después esta junta militar queda desintegrada y deja al mando a Ríos Montt.
Exclusivo
El movimiento armado “es exclusivamente institucional para revitalizar las instituciones y rescatar los valores morales que se han quebrado y los hombres han ensuciado”, dijo entonces Ríos Montt, presidente de la junta militar que a las 10 horas había depuesto al gobierno de Lucas García. Junto a él estaban Maldonado Schaad y Gordillo Martínez, quienes inmediatamente asumieron quienes asumieron las carteras de Gobernación y de Comunicaciones y obras públicas, respectivamente.
Ríos Montt también se desempeñaría en la cartera de la Defensa Nacional.
Al rescate
La conferencia de prensa fue ofrecida en el salón de banquetes del Palacio Nacional, donde Ríos Montt se expresó en los siguientes términos:
“Señores periodistas: la institución armada por mi medio presenta a ustedes un atento y cordial saludo y a la vez quiere aprovechar los medios de comunicación para que este saludo lo hagan extensivo a un pueblo que tiene conciencia de que en una u otra forma el ejército es parte del pueblo”.
“Quería informarles: el día de hoy se llevó a cabo un movimiento armado que tuvo por objeto desconocer al gobierno. Lo hemos hecho y hemos controlado la situación. En este momento integramos la junta de gobierno tres personas, el general Horacio Maldonado Schaad, el coronel Francisco Gordillo Martínez y yo”.
“Los propósitos que animan a la junta son los siguientes: en primer lugar, decirle a Guatemala que tiene una institución; la respaldará su calidad de ciudadanos”.
“En segundo lugar, queremos manifestar al pueblo que el movimiento es exclusivamente institucional, para revitalizar las instituciones y para revalorizar los valores”.
“Los valores morales se han quebrantado, las instituciones se han quebrado y los hombres las han ensuciado”.
Quince meses después, Ríos Montt fue depuesto por su ministro de la Defensa, Óscar Mejía Víctores, el 8 de agosto de 1983.
Comunicado del Ejército
A las doce y treinta minutos, por cadena nacional de radiodifusión, el 23 de marzo de 1982 fue dado a conocer el siguiente comunicado:
“Comunicado urgente al pueblo de Guatemala: El ejército de Guatemala, ante la crisis política, económica y social que un grupo de inescrupulosos guatemaltecos de manera continuada han sometido al país, ha tomado la decisión de reencauzar el camino de Guatemala por la ruta de la verdadera democracia que exigen de manera total todos los sectores ciudadanos”.
“Respetuoso de la institucionalidad del país, esperábamos que el proceso electoral fuera el instrumento adecuado para culminar satisfactoriamente las aspiraciones populares”.
“Al ser manipuladas las elecciones burlando la decisión del pueblo, que pretendía fortalecer las instituciones democráticas, el ejército de Guatemala ha tomado la determinación de levantarse en armas atendiendo el clamor popular”.
“Pueblo y ejército no podían permitir que en beneficio de una minoría corrupta se continúe mancillando la dignidad de Guatemala y el honor de la institución armada. Este movimiento cuenta, y debe contar, con el respaldo de todos los sectores, militares, obreros, campesinos, estudiantes, profesionales, comerciantes, industriales, hombres y mujeres de todos los ni veles sociales que hoy, como en el pasado, en jornadas similares, unidos le han devuelto la tranquilidad y auténtica democracia a Guatemala”.
Imágenes para la historia: golpe de Estado de 1982. (Video: tomado de Youtube)