Funcionarios del gobierno de Obama dijeron que el presidente estadounidense apoyará a grandes rasgos el acuerdo de los senadores, pero grupos que abogan por los inmigrantes dijeron confiar en que el presidente plantee propuestas propias que vayan más allá que las de los senadores, como por ejemplo una vía más rápida hacia la obtención de la ciudadanía.
Las campañas simultáneas hacia una reforma del sistema de inmigración fueron estimuladas por las elecciones presidenciales de noviembre, en las que Obama obtuvo una mayoría abrumadora de los votos hispanos.
Los resultados hicieron que los legisladores republicanos, quienes se habían opuesto previamente a una reforma migratoria, a reconsiderarla con el fin de reconstruir la reputación del partido entre los hispanos, una fuerza política cada vez más poderosa.
La mayoría de las recomendaciones que hará Obama el martes más tarde no son nuevas.
El presidente esbozó un plan de reforma migratoria en mayo de 2011 pero no hizo lo suficiente para presionar por su aprobación en el Congreso, para decepción de muchos latinos.
No obstante, Obama “cree que ahora estamos en un momento en el que parece haber apoyo a nivel bipartidista a los mismos principios que él siempre ha promovido y a los principios que ya han contado con apoyo bipartidista”, dijo el lunes último el secretario de prensa de la Casa Blanca Jay Carney. “Eso es algo muy positivo”, agregó.
El presidente lanzará su campaña en Nevada, un campo de batalla político que ganó en los comicios de noviembre, en gran parte por el apoyo de los hispanos del estado.