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“Nunca hubo tanto daño económico por un evento climático”: las colosales pérdidas causadas por las inundaciones en el sur de Brasil

El Rio Grande do Sul es una de las potencias de la agricultura brasileña: el estado representa el 12.6 % del PIB agrícola de Brasil.

Para evaluar el impacto económico de las inundaciones en Rio Grande do Sul, en Brasil, es necesario buscar en el exterior algo similar, como la destrucción causada por el huracán Katrina en los Estados Unidos en 2005.

Y es que en Brasil, nunca hubo tantos daños económicos causados por un evento climático. La evaluación es del economista Sergio Vale, de MB Associados, una consultora que monitorea los impactos de las recientes inundaciones en la economía.

En Estados Unidos, el Katrina hizo que la economía del estado de Luisiana se contrajera un 1.5 %, en un año, cuando se pronosticaba que creciera un cuatro por ciento.

En el caso de Rio Grande do Sul, MB Associados predice que la economía se contraerá un 2 %, en lugar del crecimiento del 3.5 % que venía registrando en los últimos 12 meses hasta abril.

Además, el impacto a nivel nacional será mucho mayor que el ocurrido con el Katrina en Estados Unidos, ya que la economía de Rio Grande do Sul corresponde al 6.5 % del PIB brasileño (Luisiana representa el 1% de la economía estadounidense).

MB Associados pronosticaba que el crecimiento de Brasil para este año fuera de hasta 2.5 %. Después de la tragedia de Rio Grande do Sul situó su proyección de crecimiento en el 2 %.

Brasil ya ha enfrentado otras crisis importantes que afectaron el crecimiento de su economía.

En 2001, por ejemplo, una sequía contribuyó a una crisis de racionamiento energético y apagones.

La economía nacional, que había crecido un 4.4 % el año anterior, se desaceleró hasta el 1-4 %. Pero a pesar de la contribución de la sequía, el núcleo de la crisis de 2001 no fue el clima, sino más bien los cuellos de botella en las líneas de distribución, que impidieron que se distribuyera energía por todo el país.

La tragedia de Rio Grande do Sul de este año, que ya ha causado al menos 149 muertes, tendrá un impacto en al menos tres frentes de la economía brasileña: el crecimiento del PIB, el sector agrícola y las cuentas públicas.

Rio Grande do Sul
La tragedia de Rio Grande do Sul tendrá un impacto en todo el país. FOTO: DIEGO VARA/REUTERS

Los economistas y estudios consultados para este artículo apuntan que aún no se puede cuantificar con precisión la magnitud exacta del impacto económico, porque las lluvias continúan y ni siquiera se ha realizado todavía una evaluación precisa de los daños.

Esta falta de definición también tiene implicaciones políticas. Las autoridades han hablado de diferentes medidas y montos para asignar a Rio Grande do Sul, pero esta ayuda aún se está discutiendo y las cifras no están claras.

A continuación explicamos cómo se espera que las inundaciones afecten a la economía brasileña en 2024.

Impacto en el crecimiento y la industria

Las inundaciones afectaron al 94.3 % de toda la actividad económica de Rio Grande do Sul, según un estudio publicado el 14 de mayo por la Federación de Industrias del Estado de Rio Grande do Sul (Fiergs).

“Las localidades más afectadas incluyen los principales polos industriales de Rio Grande do Sul, impactando importantes segmentos de la economía del estado”, afirmó el presidente interino de Fiergs, Arildo Bennech Oliveira.

Tres de las mayores regiones afectadas (Región Metropolitana de Porto Alegre, Vale dos Sinos y Serra) aportan R$220 mil millones (US$42 mil 830 millones) a la actividad económica brasileña.

Estas tres regiones concentran 23 mil 700 industrias que emplean a 433 mil personas.

La Región de la Sierra (con ciudades como Caxias do Sul, Bento Gonçalves y Farroupilha) es famosa por la producción en los segmentos de la metalistería (vehículos, máquinas, productos metálicos) y muebles.

La Región Metropolitana de Porto Alegre también produce metalistería (vehículos, autopartes, máquinas), además de petróleo y productos alimenticios. La región de Vale dos Sinos es famosa por su producción de calzado.

Pero otros sectores de la economía también se vieron afectados, como el tabaco y los productos químicos.

Porto Alegre
Calles comerciales del centro de Porto Alegre quedaron inundadas. FOTO: SEBASTIAO MOREIRA/EPA-EFE/REX/SHUTTERSTOCK

Un estudio realizado por Bradesco predice que el impacto de la crisis en Rio Grande do Sul podría reducir el crecimiento del PIB nacional entre 0.2 y 0.3 puntos porcentuales.

“A modo de comparación, cuando el estado fue azotado por un ciclón en 2008, el crecimiento del PIB estatal ese año fue del 2.9 %, en comparación con el crecimiento de Brasil en su conjunto del 5.1 %”.

Otro estudio, realizado por la Confederación Nacional de Municipios, estima las pérdidas financieras por las inundaciones en más de R$8 mil 900 millones (US$1 mil 732 millones).

Según el CMN, de esta pérdida US$ 467 millones corresponden al sector público, US$ 370 millones al sector productivo privado y US$ 895 millones específicamente a viviendas destruidas.

Brasil
FOTO: EPA

Impacto agrícola

Rio Grande do Sul es una de las potencias de la agricultura brasileña: el estado representa el 12.6 % del PIB agrícola nacional.

En su conjunto, la agricultura brasileña será uno de los sectores de la economía más afectados por las inundaciones, según Bradesco.

“Considerando tales impactos, el PIB agrícola en Brasil podría caer un 3.5 % (nuestra estimación anterior era una caída del 3.0 %). Las pérdidas en la agroindustria podrían verse incrementadas por la logística, que afecta tanto el flujo de la cosecha como la llegada de los insumos. Esto parece ser un problema importante para los sectores lácteo y cárnico”, afirma un informe del banco.

Rio Grande do Sul representa el 70% de la producción de arroz de Brasil, el 15 % de la carne (12 % de la producción de pollo y 17 % de la producción de cerdo), el 15 % de la soya y el 4.0 % del maíz.

Las inundaciones provocaron impactos en algunos precios internacionales: el precio mundial de la soya en la Bolsa de Chicago aumentó un 2.0 % la semana pasada.

En Brasil, el precio del arroz ya subió y el gobierno anunció la importación del producto para evitar un shock aún mayor. Se teme que los precios del pollo y del cerdo también puedan subir pronto.

 campo de maíz en Guaíba
Un agricultor muestra daños en campo de maíz en Guaíba. FOTO: REUTERS/AMANDA PEROBELLI

Por suerte, ya se había recogido el 70 % de la cosecha de soya y el 80 % de la cosecha de arroz.

Ahora quedan dos preguntas: qué parte del resto de la cosecha se vio afectada por las inundaciones y si la cantidad ya cosechada y almacenada en silos se vio comprometida o no.

Bradesco estima que el 7.5 % de la producción de arroz y el 2.2 % de la producción de soya en Brasil podrían verse comprometidos si se confirman los peores escenarios.

Vale, de MB Associados, recuerda que la agroindustria de Rio Grande do Sul ya había sufrido mucho en los últimos tres años con los extremos climáticos.

“En Rio Grande do Sul, la cuestión agrícola de los últimos años ha colocado al estado en un nivel de gran inseguridad. Fueron tres años consecutivos de La Niña, con sequías muy profundas y pérdidas de cosechas muy severas. El año pasado, el estado incluso celebró la llegada de El Niño, que traería lluvias. Pero cuando pensábamos que tendríamos un año normal, de repente sucede esto”, dice el economista.

Todavía existe la posibilidad de que se produzca un nuevo fenómeno de La Niña este año, con potencial de provocar nuevas sequías en Rio Grande do Sul.

Plantación de lechugas
Una plantación de lechugas fue destruida por inundaiones en Guaíba. FOTO: REUTERS/AMANDA PEROBELLI

Impacto fiscal

Otro impacto importante de las inundaciones en Rio Grande do Sul se verá en las cuentas públicas.

Durante años, Brasil ha estado tratando de equilibrar su situación fiscal; es decir, el gobierno ha hecho un esfuerzo por recaudar más dinero del que gasta, produciendo lo que se llama un superávit fiscal.

Este superávit fiscal se utiliza para reducir la deuda pública del gobierno, que es un elemento fundamental de la economía de cualquier país.

Una deuda elevada tiene el potencial de producir inflación elevada, bajo crecimiento económico y desempleo.

En 2023, el gobierno de Lula lanzó lo que llamó el “marco fiscal”: el conjunto de reglas para gastar recursos públicos y realizar inversiones. Este marco fue esencial para calmar a los mercados y señalar que Brasil no gastaría dinero desenfrenadamente.

Pero el mes pasado, ante problemas presupuestarios, el gobierno desistió de lograr superávits en 2025.

Los economistas señalan que las cuentas públicas de Brasil ya atravesaba un momento delicado antes de las inundaciones en Rio Grande do Sul.

Sin embargo, la situación empeorará mucho ahora que el gobierno federal tendrá que proporcionar una importante ayuda financiera al estado.

Por ejemplo, ya se anunció un plan que se enviará al Congreso para suspender durante tres años el cobro de la deuda que el estado de Rio Grande do Sul tiene con el gobierno brasileño.

La norma permitiría la creación de un fondo “contable” de US$2 mil 141 millones al año para ayudar a reconstruir la infraestructura del estado devastada por las inundaciones, según el ministro de Finanzas, Fernando Haddad.

La medida también incluye la condonación de los intereses de la deuda, con un impacto de US$2 mil 336 millones.

El gobierno federal ya había anunciado la semana pasada un paquete de medidas que podría alcanzar los US$9 mil 928 millones.

Esta semana el gobierno federal anunció una ayuda para la reconstrucción por valor de US$973 por familia registrada, lo que costará a las arcas US$234 millones.

Parte del gasto público quedará fuera de las reglas fiscales del gobierno, debido a que Rio Grande do Sul se encuentra en un estado de calamidad.

Todas estas medidas son fundamentales para reconstruir Rio Grande do Sul, pero tienen el potencial de empeorar la situación fiscal brasileña, que ya estaba sufriendo antes de la crisis causada por el evento climático.

Sergio Vale, de MB Associados, advierte que a lo largo del año es posible que se envíe más dinero a Rio Grande do Sul a través de créditos extraordinarios aprobados por el Congreso, y que esto podría empeorar el equilibrio fiscal brasileño.

Dice que es difícil cuantificar exactamente cuán grande será el problema fiscal de Brasil, porque aún no se sabe cuánto dinero se necesitará para reconstruir Rio Grande do Sul.

Para Caio Megale, economista jefe de XP, parte de la ayuda estará fuera del marco fiscal del gobierno, pero incluso si fuera necesario incluir estos gastos en el presupuesto, sería posible acomodarlos.

“Nadie sabe realmente cuál será el importe total del apoyo. Se habla de US$14 mil millones o US$19 mil millones. Aún no podemos saberlo, hay que esperar a que bajen las aguas. Pero el marco fiscal tiene margen para que se tomen estas medidas”, afirmó Megale esta semana.