Si Biden se presentara ahora, casi medio año después que Clinton, entraría en la campaña como un “underdog” : el candidato que, teóricamente, tiene menos posibilidades y desafía al favorito. Lo que fue Barack Obama en 2008.
El gran reto de Biden sería reunir los fondos y el equipo necesarios para lanzar una campaña que pueda competir con la maquinaria de Clinton, en la que trabajan los asesores que llevaron a Obama a la Casa Blanca en 2008.
La eventual entrada del vicepresidente en la contienda electoral puede romper, además, el esquema de cara a las elecciones presidenciales de 2016, hasta ahora marcadas por un Partido Demócrata que cierra filas en torno a la gran favorita Hillary Clinton y un Partido Republicano dividido entre 17 candidatos en las primarias más concurridas de su historia.
La irrupción de Biden evidenciaría la división que también existe entre los demócratas, un partido en el que el ala más progresista busca desde hace tiempo una alternativa a Clinton, a la que consideran demasiado moderada.
Si Biden se presenta, muchos en el partido tendrán el corazón dividido entre apoyar a un político que se ha ganado con su carácter afable a todos los que han trabajado con él, o respaldar a Clinton, hasta ahora el “caballo ganador” de estas elecciones.
Postura de Obama
El presidente Barack Obama no descarta apoyar a uno de los candidatos demócratas en las elecciones primarias de 2016, según anunció hoy su portavoz, Josh Earnest, tras ser preguntado en su rueda de prensa diaria por los rumores sobre las intenciones del vicepresidente.
La candidatura de Biden, algo que muchos habían descartado ya, puede, además, sacudir una campaña que está demostrando ser mucho menos previsible de lo esperado y suponer el desafío más serio hasta ahora para la gran favorita del partido, Hillary Clinton.
años de edad tiene el vicepresidente Joe Biden, quién lleva décadas de servicio público. Además en 1988 y 2008 intentó, sin éxito, llegar a la Casa Blanca.
Tanto Biden como Clinton compitieron con Obama por la nominación de 2008 y ambos acabaron en puestos claves de su Gobierno: como vicepresidente y jefa de la diplomacia (2009-2013), respectivamente.
Si los dos se presentan a las primarias para lograr la nominación demócrata, Obama se verá en la disyuntiva de apoyar a su vicepresidente o respaldar a la candidata favorita del partido, con la que trabajan hace meses los asesores que lo auparon a la Casa Blanca.
A Obama y Biden les une una muy estrecha relación personal y han exhibido durante estos siete años una gran lealtad política, pese a que el vicepresidente, fiel a su carácter franco e impulsivo, no ha dudado en discrepar públicamente en asuntos clave.
Obama ha dicho incluso que elegir a Biden como su “segundo” ha sido su mejor decisión política.
Con la ex secretaria de Estado la relación es más compleja: en los círculos políticos se dice que los recelos de las primarias de 2008 nunca se disiparon del todo, pese a que aprendieron a trabajar juntos y al papel clave de los Clinton en la reelección de Obama.
Biden, de 72 años y con cuatro décadas de servicio público como aval, estudia desde hace tiempo la posibilidad de volver a competir por la Casa Blanca, como ya hizo sin éxito en 1988 y en 2008.
El pasado 30 de mayo, en plena ebullición de anuncios de candidaturas, su hijo mayor, Beau, murió a los 46 años de cáncer cerebral.
Beau era una de las personas de su entorno que más le animaban a competir por la Presidencia, algo que cambiaría el rumbo de una campaña que dista de ser la “coronación” de Hillary Clinton que muchos esperaban.