El 747 se dirigía con un cargamento de piezas para ensamblaje de aviones a la Base Aérea de McConnell, en Wichita, donde las pistas de aterrizaje son dos veces más largas que la única pista de 1,85 kilómetros de Jabara, a 12 kilómetros de distancia del destino original.
Las conversaciones de la cabina del avión con los controladores de la base área de McConnell muestran la total confusión de los pilotos, que pidieron varias veces que se les repitiera y se les deletreara el nombre del lugar donde habían aterrizado.
Pese a que el aterrizaje pudo acabar mal, no se registraron daños personales o materiales y los controladores llegaron a bromear con los pilotos que sin darse cuenta demostraron una gran destreza al mantener la pesada aeronave, de más de 180 toneladas, dentro de los confines de la pista.
Según la cadena CNN el aparato logró despegar en horas de la tarde utilizando una pista de mil 800 metros de largo, cuando ese tipo de aeronaves necesita una de dos mil 800.