“Las operaciones de rescate siguen en marcha ya que hay muchas personas atrapadas bajo los escombros”, añadió el funcionario.
La policía, los servicios de socorro y los transeúntes intentaban levantar los bloques de cemento y de metal para rescatar a sobrevivientes.
Al principio la gente acudió a ayudar con las manos descubiertas, mientras llegaba el ejército para coordinar el rescate. Después, los residentes seguían trabajando junto a los rescatistas, armados de palos de bambú, con el objetivo de encontrar sobrevivientes.
Los familiares de personas desaparecidas también acudían desesperados al lugar.
“Todo se terminó”, gritaba Parbati Mondal, cuyo marido, un vendedor de fruta, está desaparecido.
O.P. Singh, jefe de la agencia de manejo de desastres, dijo que la operación era una “tarea muy, muy complicada”.
Los equipos de rescate empleaban perros rastreadores y cámaras de localización para dar con las posibles víctimas atrapadas, dijo Singh a periodistas.
Más de 70 heridos fueron llevados a dos hospitales de la ciudad, la capital del estado de Bengala Occidental, según fuentes médicas.
“La zona estaba muy, muy concurrida. Microtaxis, taxis (…) había mucho tránsito”, dijo uno de los testigos a la televisora de Nueva Delhi, NDTV.
Imágenes de televisión mostraban las piernas ensangrentadas de algunas de las personas atrapadas, sobresaliendo entre los hierros y losas de concreto derrumbados.
El contrato para el paso elevado se firmó en 2007 y se esperaba que se completara en dos años. Banerjee acusó al anterior gobierno comunista de Bengala Occidental de no haberse adscrito a las regulaciones de construcción.
Los derrumbes de edificios son habituales en India, donde los constructores emplean materiales precarios y no aplican las leyes vigentes.