Zuluaga -que pasó a la segunda vuelta con 29,3% de los votos, frente a 25,7% obtenido por Santos- suavizó su discurso sobre las negociaciones con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) , buscando conquistar electores de centro en una reñida campaña para el balotaje que se celebrará el 15 de junio.
El candidato derechista había expresado que suspendería las conversaciones de paz iniciadas por Santos, para exigirle a las FARC, como requisito para seguir negociando, un cese unilateral de sus acciones e imponer penas de un mínimo de seis años para quienes cometieran delitos graves.
Pero en una rueda de prensa el miércoles, Zuluaga dijo que continuará con los diálogos, aunque buscará una paz basada en la justicia.
Tras recibir el apoyo de la candidata conservadora Marta Lucía Ramírez, que en la primera vuelta del domingo recién pasado obtuvo el tercer lugar con 15.5%, Zuluaga dijo que “le dará un espacio al actual proceso” de paz, del cual su partido, Centro Democrático, liderado por el expresidente lvaro Uribe (2002-2010) , ha sido el más duro crítico.
En el caso de Santos, un economista de centroderecha de 62 años, su esperanza radica en poder abrirse espacio en la izquierda, a pesar de que este sector critica su política económica liberal, en un país que pese a un crecimiento de más de 4% anual, un tercio de sus 47 millones de habitantes es pobre.
Santos ha colocado el tema de los diálogos de paz para poner fin a un conflicto que en 50 años ha provocado cientos de miles de muertos como el eje de su campaña para la reelección, y el domingo pasado llamó a los colombianos a elegir entre “el fin de la guerra” o la “guerra sin fin” .
“En el fondo todo gira en torno al proceso de paz. Al tema de la paz y la guerra” , dijo a la AFP el académico Carlos Medina, del Centro de Pensamiento y Seguimiento al Proceso de Paz de la Universidad Nacional.
– “Alianzas controvertidas” –
La primera encuesta publicada después de la primera vuelta, difundida el jueves, mostró a Santos en primer lugar con 38% de las adhesiones frente a 37% para Zuluaga, un empate técnico en términos estadísticos que hace que las alianzas sean clave.
Esta semana, Santos sumó apoyos de importantes figuras de la izquierda, como el alcalde progresista de Bogotá, Gustavo Petro, de la exsenadora Piedad Córdoba y de su contendiente en la segunda vuelta electoral de 2010, Antanas Mockus, quienes destacaron que apoyarlo equivale apoyar el actual proceso de paz que el mandatario adelanta desde noviembre de 2012 en Cuba.
“Apoyar al presidente Santos es la mejor opción, no es el momento de cambiar de timonel” en los diálogos, dijo Mockus el jueves.
Sin embargo, estos endoses de la izquierda también pueden perjudicar las opciones de Santos, según la directora del Instituto de Ciencia Política Hernán Echavarría, Marcela Prieto.
“Estas alianzas públicas con personas que son controvertidas como Petro (alcalde de Bogotá que lucha contra un intento de destitución) y Piedad Córdoba (que fue destituida e inhabilitada como senadora) le pueden restar a Santos porque polarizan las tendencias” , dijo Prieto.
Según un funcionario de gobierno, que pidió no ser identificado, el apoyo de sectores cercanos a la guerrilla es “un tema delicado” para Santos.
Por su parte, el partido de izquierda Polo Democrático Alternativo, cuya candidata Clara López obtuvo el 15.3% de los votos en la primera ronda, dejó en libertad a sus simpatizantes para la segunda vuelta, un mensaje que también emitió el aspirante de centro Enrique Peñalosa, que obtuvo un 8%.
Para la politóloga Franco, más allá de las alianzas, persiste la pregunta de si el apoyo partidista implica la efectiva movilización de votantes.
“Las alianzas se han dado por un lado pero no se puedes esperar que la totalidad de los votantes los siga porque la gente en las elecciones presidenciales suele ser más independiente” , dijo la académica.