Para obtener café o tofu, por ejemplo, se arrasaron bosques en Mato Grosso, Brasil, o Sumatra, Indonesia, agravando la situación de las especies ya en peligro de extinción.
Los productos manufacturados, desde los iPhones hasta los muebles de Ikea, también contribuyen al declive de la vida salvaje, según este estudio publicado en la revista Nature Ecology & Evolution.
Un estudio previo había concluido que el 30% de las especies amenazadas lo estaban debido al comercio internacional.
El nuevo informe, que se centró en casi siete mil especies marinas y terrestres amenazadas, señala a los países que ponen más en peligro la biodiversidad debido a los productos que importan.
The trade routes that cause the most devastation to wildlife @IBTimes https://t.co/k9h0zfwfVM https://t.co/PZFYnDIvYy
— NatureEcoEvo (@NatureEcoEvo) January 4, 2017
Así, el consumo en Estados Unidos amenaza a especies en la costa este y oeste del sur de México, en América Central, el sur de Europa, el Sahel, el sureste de Asia o Canadá.
Una de las revelaciones es que la producción de aceite de oliva en España y Portugal que se exporta a Estados Unidos tiene un efecto directo sobre el lince ibérico – en peligro de extinción -, debido a la construcción de presas para controlar la irrigación.
Otro dato: alrededor del 2% de la amenaza que pesa sobre la rana arlequín en Brasil puede ser atribuida directamente a la explotación forestal relacionada con la producción de bienes destinados a Estados Unidos.
En el sur de Brasil, la deforestación para los pastos destinados al vacuno pone en peligro al mono araña, una especie también amenazada en América Central por la producción de café.
Extinción masiva
“Hemos identificado lugares amenazados sobre todo por un pequeño número de países”, explicó uno de los autores del estudio, Keiichiro Kanemoto, profesor de la Universidad japonesa de Shinshu.
El mapa “debería facilitar que se iniciara una colaboración directa entre productores y consumidores”, añadió.
Actualmente, el 90% de los más de seis mil millones de dólares movilizados cada año para la conservación de las especies es invertido en las naciones ricas donde precisamente se recauda ese dinero.
Para los expertos, es urgente hallar nuevas soluciones ante la pérdida de biodiversidad.
La Tierra ha entrado en un momento de “extinción masiva”, en el que animales y plantas están desapareciendo mil veces más rápido que hace algunos siglos, según científicos.
En los últimos 500 mil años sólo ha habido seis fenómenos como este y algunos de ellos acabaron con 95% de todas las formas de vida.
Los cálculos de este estudio no cubren el impacto del comercio ilegal en la vida salvaje, como por ejemplo la caza de elefantes para obtener marfil, o la captura de pájaros y réptiles exóticos para venderlos como mascotas.
Muchos animales y plantas están protegidos por la Convención de la ONU sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas y Fauna y Flora Salvaje.
Pero el tráfico ilegal, valorado en US$150 mil millones por año, sigue viento en popa.