Internacional

Creciente pobreza en España

El aumento del desempleo, deudores hipotecarios que siguen perdiendo sus casas por impago y el crecimiento de pedidos de asistencia social forman un caldo de cultivo en España para que la pobreza se eleve tanto como la desigualdad.

Las protestas por los recortes sociales y contra el gobernante Partido Popular, presidido por Mariano Rajoy, se han vuelto cotidianas en Madrid y otras ciudades de España, sumida en una crisis económica. (Foto Prensa Libre: EFE)

Las protestas por los recortes sociales y contra el gobernante Partido Popular, presidido por Mariano Rajoy, se han vuelto cotidianas en Madrid y otras ciudades de España, sumida en una crisis económica. (Foto Prensa Libre: EFE)

España, cuarta economía de la zona euro, se vio sacudida en el 2008 por el estallido de la burbuja inmobiliaria, coincidiendo con el comienzo de la crisis financiera internacional, y ahora está aplicando unas políticas de austeridad sin precedentes.

Inmersa en la recesión desde hace dos años, tiene una tasa de desempleo récord del 26.3%, que todavía seguirá alta durante mucho tiempo, según economistas y organismos internacionales, aunque ese país debería retomar pronto el camino del crecimiento económico.

Los drásticos recortes en los presupuestos de sanidad y educación “han llevado a un desarrollo inquietante de la pobreza de las familias” en España, afectando especialmente a niños y personas minusválidas, según un reciente informe del Consejo de Europa.

En el informe, el comisario de los Derechos Humanos del Consejo, Nils Muiznieks, declara “su preocupación por el incremento de la tasa de pobreza infantil, que alcanzó el 30.6% en el 2011 y que tiene unas repercusiones potencialmente devastadoras tanto en los niños como en ese país”.

“Los niños se han visto desproporcionadamente afectados por los recortes en los presupuestos sociales, de salud y educativos, y la disminución de las prestaciones familiares ha conducido a que algunos niños vivan en la indigencia y tengan problemas de nutrición”, subraya el Consejo de Europa.

Llamado a gobierno

Nils Muiznieks “insta a las autoridades españolas a que adopten y pongan en práctica unas estrategias más rotundas y coordinadas, con el objetivo de afrontar las causas originarias de la pobreza infantil, y prevenirla”.

El comisario también declaró su “inquietud por las repercusiones sumamente desfavorables que los recortes presupuestarios han tenido en las condiciones de vida de estas personas y en su inclusión social”, recordando que este colectivo representa 3.8 millones de personas en España.

La organización católica Cáritas también lanzó la semana última un grito de alarma sobre la pobreza y la progresión de las desigualdades, subrayando que tres millones de personas viven en España con menos de US$420 al mes.

Cáritas advierte especialmente de un “proceso de empobrecimiento” de la sociedad española, con una tasa de pobreza del 21.1% —incluidas las personas con rentas inferiores a los US$10 mil anuales—.

En ese contexto de asistencia social, la Cruz Roja lanzó hace una semana una nueva petición de ayuda para las personas afectadas por la crisis en España.

Esa organización humanitaria decidió en el 2012 hacer una excepción a su regla de recoger donaciones solo para las víctimas de catástrofes naturales, conflictos y guerras, lanzando la campaña “Ahora + que nunca”, destinada a asistir a las personas tocadas por la crisis económica, particularmente virulenta en España.

La operación, prevista para funcionar únicamente en el 2012 y 2013, se ha prolongado “como consecuencia del gran incremento de las demandas de ayuda que la Cruz Roja está recibiendo”, dijo José Javier Sánchez Espinosa, subdirector de inclusión social de esa ONG.

Solicitan apoyo

La Cruz Roja destaca “la creciente precarización de la situación socioeconómica de las personas que solicitan apoyo, porque la red familiar se está agotando y las prestaciones por desempleo y otros subsidios se están consumiendo”.

Gracias a este programa, la organización afirma haber cubierto en el 2012 las necesidades fundamentales de más de 1.4 millones de personas: más de un millón se beneficiaron de alimentos, 352 mil de productos de limpieza, ropa y una ayuda puntual para pagar las facturas; 40 mil obtuvieron ayuda para conseguir un empleo, y 56 mil accedieron a un programa de apoyo escolar —distribución de meriendas, material académico—.

Regresan a casa

España es también uno de los países europeos en los que los jóvenes abandonan el hogar familiar a mayor edad: 29 años en promedio. Con la crisis, esta tendencia se ha acentuado y muchos han tenido que regresar a vivir con sus padres después de haberse emancipado, señala el sociólogo Ernesto Ganuza.

“La crisis ha afectado de lleno a la clase media. Las familias ya no pueden cubrir las necesidades de sus miembros y tienen que apretarse el cinturón, apagar la calefacción y reducir la compra de alimentos”, precisa el sociólogo José Félix Tezanos.

La sociedad civil se organiza y la lucha contra los desahucios inmobiliarios es un símbolo de esa organización civil. La Plataforma de Afectados de la Hipoteca (PAH) surgió en el 2009 en Barcelona, para salir en ayuda de numerosas familias que estaban por ser expulsadas de sus viviendas por falta de pago. Ha establecido una red de psicólogos y abogados voluntarios y también organiza manifestaciones.

“Cuando había recursos, no se abordó el problema de la pobreza estructural, ni se consolidó la protección social ni se aumentó la proporción de inversión en gasto social del PIB”, cita el informe Crisis, desigualdad y pobreza, de la organización humanitaria Intermon-Oxfam.

Cada vez menos personas pueden recuperarse del empobrecimiento cuando pasa la contracción económica, alertan los expertos. Cada vez crece la brecha entre los pocos más ricos y una mayoría que menos ingresos tiene.

Varían Indicadores

El indicador de ingresos diarios de la Unión Europea es unas 10 veces más alto —US$26 para España— que el que mide la pobreza en Latinoamérica y los países del llamado “tercer mundo”, para los que el umbral general baja de los US$2.50 diarios, según lo estableció el Banco Mundial.

Aunque hay grandes diferencias entre los pobres del mundo, hay quienes aseguran que se siente igual de mal.

Si bien en España no puede hablarse de supresión total de los derechos sociales o pobreza masiva, porque todavía “hay una clase media importante” y funcionan prestaciones públicas básicas, sí hay unas “líneas rojas” que se están pisando en las políticas de austeridad —educación, salud, pensiones—, afirma Luis Ayala, profesor de Economía de la Universidad Rey Juan Carlos, y una de las autoridades en el tema.

Ayuda familiar

Economistas, sociólogos y políticos dan la misma explicación: si España no se ha hundido en el caos es gracias a la economía subterránea, que podría representar hasta 20% del producto interno bruto. Pero también, y sobre todo, al “colchón familiar”.

La solidaridad sí es determinante.  Cuando sus hijos pierden su vivienda, embargada por el banco, los padres no vacilan en abrirles las puertas  para alojarlos, a veces con todo y cónyuge y prole. Cuando el negocio de sus hijos anda de capa caída, los ancianos recurren a sus ahorros. Y si la familia sale de vacaciones, por lo general es gracias a ellos.

Los padres constituyen una auténtica red de seguridad que impide el hundimiento de numerosas familias. La pensión de retiro de los abuelos es el único recurso de sus descendientes.

Se quedan sin vivienda

Ester, de 52 años, está desempleada desde hace tres años, y  recibe  una ayuda social del Gobierno de US$575 al mes. Eso le permite apenas subsistir no sólo a ella sino también a sus dos hijos. El mayor, de 32 años, exempleado en la construcción, y sin trabajo  desde hace cuatro años; el menor, 28, desempleado desde hace dos años después de haber trabajado ocho años en un hotel. 

“Mi hijo mayor siempre ha vivido conmigo. Y cuando el menor se quedó sin empleo, le abrí las puertas de mi casa. No quería que se quedara en la calle”, relata Ester. “No hay opción”, agrega.

El movimiento de los “indignados”, surgido el 15 de mayo del 2011,  moviliza a miles de personas en toda España. En el momento en que se enteran de una expulsión inminente por falta de pago de vivienda, sus voluntarios se colocan ante la puerta de las familias afectadas. También impiden la intervención de los carabineros y de la Policía que, por lo general, acaban yéndose del lugar.

Es normal ver ante la sede del banco Bankia, a dos pasos de la Puerta del Sol, en Madrid, decenas de personas que acampan en apoyo a las personas amenazadas de expulsión de sus casas, debido a falta de pago de hipotecas.

Byron Rodríguez, de 42 años y padre de un niño de 12, tuvo problemas porque sus ingresos se redujeron y ya no pudo seguir pagando la renta. Pero se tranquilizó cuando varios voluntarios  se hicieron cargo de su caso para evitar la expulsión. 

María José, 53,  tiene tres hijos  de 22, 24 y 27 años, todos  desempleados. “Tengo vivienda pero apoyo a una vecina que va a ser expulsada y la ley no es justa. La vivienda es un derecho”.

*Información de  agencias de noticias AFP, EFE, Banco Mundial y sitios oficiales en internet. 

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