El altar estaba ubicado a los pies de la Basílica de San Pedro y los puestos privilegiados fueron para el papa emérito Benedicto XVI —muy aplaudido por la multitud—, para cardenales, obispos, sacerdotes y delegaciones oficiales.
Los polacos, el grupo más notable, que llevaban consigo sillas plegables, mochilas con comida y colchoncitos, se hicieron un espacio para arrodillarse cuando la ceremonia de canonización lo exigía.
“Hemos venido por los cuatro papas, los dos vivos y los dos canonizados”, contó feliz la joven italiana y estudiante de ingeniería, Letizia Montironi.
Venidos de México, Argentina, Perú, Guatemala, Ecuador, Chile y Costa Rica, entre otros países, los latinoamericanos dijeron sentirse más cercanos a Juan Pablo II, al que conocieron en sus viajes a América Latina, ya que Juan XXIII, poco viajero, falleció en 1963.
Cansados por largas horas de espera, pero felices, los peregrinos comenzaron a abandonar la plaza después de que el papa Francisco recorriera en papamóvil, de manera excepcional, Vía de la Conciliazione para saludar de cerca y despertar entusiasmo, alegría y vivas de los creyentes llegados de todas las partes del mundo.
ALEGRÍA
América Latina sale a celebrar. América Latina, la región con el mayor número de católicos del mundo, celebró con vigilias y misas masivas la canonización de Juan Pablo II y Juan XXIII.
PRESIDENTES
Invitados Los pedidos de autorretratos con Francisco era elocuente en los jefes de Estado. Los presidentes de Honduras, Ecuador y Polonia destacaron la canonización.
RÍO DE JANEIRO
Iglesia Una pequeña iglesia del barrio pobre de Alagados, en Salvador de Bahia, Brasil, se convirtió en la primera del mundo en adoptar el nombre San Juan Pablo II.
COBERTURA
Periodistas Un total de dos mil 259 periodistas, procedentes de 64 países, cubrieron la misa de canonización de Juan Pablo II y Juan XXIII, informó la oficina de prensa del Vaticano.
