Internacional

Putin visita Egipto para intentar aumentar la influencia de Rusia

El presidente ruso, Vladimir Putin, inició el lunes una visita a Egipto para intentar reforzar la influencia de Rusia en este país, que pasa por un momento de relaciones tensas con su aliado estadounidense por la sangrienta represión de la oposición.

EL CAIRO. – Los expertos estiman que el más poblado de los países árabes, aliado tradicional de Estados Unidos, es uno de los Estados en los que Rusia -aislada y criticada por la crisis de Ucrania- intenta avanzar peones en los planos diplomático y económico.

Esta visita de Estado es la primera de Putin en diez años. En 2005, se había reunido en El Cairo con el ‘rais’ Hosni Mubarak, forzado a abandonar el poder a principios de 2011, al término de una revuelta popular en el momento de la denominada ‘Primavera árabe’.

A su llegada al aeropuerto de El Cairo a principios de la noche, Putin fue recibido por su homólogo egipcio, Abdel Fatah Al Sisi, según unos responsables aeroportuarios. Tras conversar durante una media hora, los dos jefes de Estado abandonaron el aeropuerto rumbo a la ópera de El Cairo, según las mismas fuentes. Allí, asistirán a un “espectáculo cultural que repasa la historia de las relaciones entre Egipto y Rusia”, antes de cenar juntos, indicó un comunicado de la presidencia.

El Kremlin indicó el domingo que “los dos dirigentes van a prestar un cuidado especial en reforzar los vínculos comerciales y económicos entre ambos países”. La cooperación también estará en el centro de las discusiones, según Moscú, sobre todo “para luchar contra el terrorismo internacional”. Ambos presidentes hablarán también de los conflictos en Siria, Irak, Libia y de la crisis israelo-palestina, precisó el Kremlin, que anticipa “la firma de acuerdos sobre inversiones”.

– “Puerta abierta a Putin” –

En los últimos días, las principales arterias de El Cairo se decoran con retratos del presidente ruso.

Desde que Sisi, exjefe de las fuerzas armadas, destituyera y detuviera en julio de 2013 al entonces presidente, el islamista Mohamed Mursi, Moscú se ha convertido en la principal capital no árabe en apoyar al nuevo poder.

Aunque las Oenegés internacionales acusan al presidente egipcio de dirigir un régimen más represivo que el de Mubarak, Moscú nunca ha emitido la mínima crítica al respecto.

Tras el derrocamiento de Mursi, primer presidente elegido democráticamente en Egipto, policías y soldados mataron a más de mil 400 islamistas. Más de 15 mil seguidores suyos están en la cárcel y centenares condenados a muerte en procesos masivos y expeditivos.

Sisi fue elegido triunfalmente en mayo de 2014, pero después de eliminar de la vida política todo amago de oposición, islamista, laica y liberal, sobre todo los movimientos de la juventud revolucionaria de 2011.

En 2013, las capitales occidentales denunciaron, a menudo con la boca pequeña, la brutalidad de la represión. Washington, principal proveedor de fondos de El Cairo, congeló su ayuda. Esta aportación, esencialmente militar, fue restaurada en 2014. Y Sisi, una vez alcanzada la presidencia, fue recibido con gran boato en varias capitales europeas, entre ellas París y Roma.

“Putin sigue sacando partido de las ambigüedades y contradicciones de las políticas occidentales respecto a Oriente Medio”, analiza Anna Borshchevskaya, especialista de Rusia en el Washington Institute For Near East Policy. “Mientras Washington critique el paso atrás de Egipto en el plano democrático(…), dejará puerta abierta a Putin (…) para reforzar su influencia en detrimento de los intereses estadounidenses”, concluye Borshchevskaya.

A la sazón ministro de Defensa, Sisi viajó a Moscú en febrero de 2014. Tras su elección, visitó a Putin en su residencia veraniega de Sochi en agosto.

Desde la primera visita, ambos estadistas hablaron de suministros de armas rusas a Egipto, enfrentado a una oleada de atentados sin precedentes contra las fuerzas del orden, cometidos por grupos yihadistas como represalia contra la represión de los manifestantes islamistas. En septiembre, la prensa rusa aseguró que Egipto y Rusia acordaron la entrega de sistemas de defensa antiaérea, helicópteros y aviones de combate por valor de US$3 mil 500 millones, financiada por Arabia Saudí. Desde entonces, no ha filtrado nada sobre este tema.

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