“Cuando una persona comete actos monstruosos, necesita ser encerrada para que nunca más pueda atacar a otro inocente”, dijo el juez Michael Bowman, que dictó “la sentencia máxima absoluta que el tribunal puede imponer según la ley”.
En la corte instalada en una universidad de Sacramento para evitar aglomeraciones en tiempos de pandemia, víctimas y familiares aplaudieron al escuchar la pena que llega más de tres décadas después de su último crimen conocido.
La audiencia de este viernes siguió a tres días en el que las víctimas y familiares de víctimas del llamado “Golden State Killer” (asesino del estado dorado, como se denomina a California) pudieron encarar a su agresor.
DeAngelo, un expolicía y veterano de guerra de 74 años, vestido con una camiseta blanca sobre el traje naranja de presidiario y el rostro cubierto con una mascarilla, mantuvo una expresión neutral mientras escuchaba su historial de terror en los relatos de los afectados.
DeAngelo reconoció haber asesinado a 13 personas y violado a 50 entre 1975 y 1986, además de haber cometido múltiples robos y secuestros, por los que recibió condenas adicionales.
El diablo fue condenado a estar tras las rejas por el resto de su vida. Nunca será libre, gracias a Dios. Todd Spitzer, fiscal del condado de Orange.
Con voz carrasposa y dificultad para levantarse de la silla, dijo antes de escuchar su sentencia: “He escuchado todos sus testimonios, cada una de ellos. Y lo siento mucho por todos los que he lastimado”.
Los fiscales dijeron después de la audiencia, en una rueda de prensa, que esa disculpa era “una falsedad” y mostraron videos del acusado en su celda trepando muebles y moviéndose con facilidad para desmontar la imagen de fragilidad que mostró en la corte.
“No le creo nada”, coincidió Carson-Sandler. “No creo que haya habido nada de verdad en su declaración”.
“El diablo”
Los ataques de DeAngelo, que tiene tres hijas adultas y nietos, comenzaron inicialmente en el área de Sacramento, en el centro de California, antes de extenderse por todo el estado.
“Tendré que vivir todos los días sabiendo cómo atacó y dañó gravemente la vida de cientos de personas inocentes y asesinó a 13 personas inocentes”. Sharon Huddle, esposa de DeAngel por 46 años.
El fiscal Todd Spitzer no ocultó su deseo por la pena capital, la cual está suspendida en California. “Honestamente creo que esta persona, no es siquiera una persona, merecía el castigo máximo de la muerte”, dijo.
Tras su último crimen conocido, en 1986, con la violación y el asesinato de una chica de 18 años, pasaron 32 años hasta su captura en 2018, después de que los investigadores compararan el ADN recogido en la escena de un crimen con perfiles disponibles en sitios web que analizan muestras genéticas de gente que quiere saber sobre su ascendencia.
“Hoy es el diablo quien será condenado a estar tras las rejas por el resto de su vida. Nunca será libre, gracias a Dios”, dijo el fiscal del condado de Orange, Todd Spitzer. “Honestamente creo que esta persona, no es siquiera una persona, merecía el castigo máximo de la muerte”, añadió.