Seungri, cantante de una de las bandas de chicos más famosas del mundo, Big Bang, fue interrogado por la policía tras ser acusado de procurar prostitutas para su negocio y de desfalcar fondos del Burning Sun, un club nocturno que era en parte de su propiedad en el exclusivo distrito Gangnam de Seúl, en Corea del Sur.
BBC NEWS MUNDO
Gangnam: el escándalo por “violaciones y agresiones sexuales” en el lugar donde se divierte la clase alta de Corea del Sur
Este año, el mundo del K-pop -un sector millonario manejado meticulosamente- se vio sacudido por un escándalo.
Otros famosos amigos suyos del mundo del K-pop fueron descubiertos compartiendo videos sexuales y fanfarroneado sobre violar a mujeres.
Uno por uno, rompecorazones coreanos acostumbrados a ser abordados por fans se encontraron sacándose de encima a reporteros mientras se encaminaban a la comisaría de policía para responder preguntas sobre drogas y violaciones.
Pero en los últimos meses, ha emergido una imagen aun más chocante de Gangnam, donde vive, trabaja y se divierte la alta sociedad de Corea del Sur.
La BBC escuchó acusaciones de que en sus pomposas discotecas, mujeres han sido drogadas por orden de hombres poderosos y luego violadas, y que chicas menores están siendo explotadas sexualmente.
La BBC buscó los testimonios de aquellos atrapados en el escándalo sexual de Seúl. Hemos hablado con personas que frecuentan las discotecas, así como con empleados y víctimas, incluidas menores que dicen que fueron reclutadas para mantener relaciones sexuales con clientes. Todos aseguran que el abuso de mujeres en los clubes está extendido y es, con frecuencia, violento.
Nos contaron que clientes de élite, conocidos como VIPs (very important person o persona muy importante) y los más ricos VVIPs (very very important person) estuvieron dispuestos a pagar decenas de miles de dólares para que mujeres que estaban simplemente divirtiéndose una noche fueran drogadas y llevadas a habitaciones de hotel cercanas, donde los abusos quedaban registrados rutinariamente en cámaras.
“Estos hombres son cazadores y pagan para entrar en el juego. Así que necesitan presas”, nos dijo una persona que frecuenta los clubes.
El ‘Beverly Hills’ de Seúl
Nos mostraron imágenes de video horrorosas que muestran supuestamente una agresión sexual. Antes de darle al play, la captura de la imagen me da una idea del horror que se va a producir.
Una mujer desnuda aparece tirada en un sofá rojo con tres hombres que la miran. Le doy a reproducir y los hombres se acercan. Uno de ellos se ríe al levantar una pierna y dejarla caer. Su cuerpo está flácido y ella no responde. El video de dos minutos es demasiado terrible para describirlo con detalle.
Parece que ella es agredida sexualmente por los tres hombres. De forma repetida.
El video fue supuestamente compartido en un chat entre empleados y no he podido verificar independientemente su contenido.
Pero las imágenes son ahora parte de una investigación policial sobre las actividades en varios clubes de Gangnam.
Gangnam ha sido descrito como el Beverly Hills de Seúl. Deslumbrante y a la moda, es un símbolo de prosperidad y estatus.
De noche, es el patio de juegos de neón de los adinerados y de aquellos que quieren vislumbrar cómo es el estilo de vida de los famosos.
El coste de una noche de fiesta no parece importarles. Uno de los clientes de estos clubes, rico y bien conectado, nos dijo que gastó US$17.000 en solo una noche.
Un clip que se hizo viral en redes sociales muestra a un hombre dando vueltas en la pista de baile, lanzando billetes al aire como si fueran confeti.
La decoración es ruidosa y ostentosa. El código de vestimenta es, por supuesto, de diseño chic, y en el caso de muchos de los clubes más prestigiosos, para poder entrar hay que estar en una lista aprobada previamente.
Los DJs son famosos por derecho propio y dirigen a multitudes en la pista de baile. Mujeres hermosas sirven botellas de champagne de miles de dólares.
“Se puso encima de mí y me tapó la boca”
Kim -no es su nombre real- solía frecuentar la escena nocturna de Gangnam. Le gustaba bailar y tenía varios DJs favoritos. Una noche en diciembre pasado la invitaron a una discoteca para tomar unas copas.
En el grupo había un hombre de negocios asiático que, según cuenta, se interesó por ella y empezó a servirle whisky.
“Cuando servía la bebida, no podía verle”, dice ella. “Tenía su espalda contra mí. Bebí tres o cuatro copas. Cada vez que bebía, me daba agua”.
En un determinado momento, explica, se desmayó y se despertó en una habitación de hotel con el hombre mirándola.
“Me forzó a tumbarme pero yo no quería, así que me levantaba cada vez. Cuando me ponía de pie, me agarraba del cuello y me obligaba a echarme en la cama, una y otra vez. Pensé que alguien podría morir de esta forma, con el cuello roto”.
“Empecé a llorar y gritar. Luego se puso encima de mí y con las dos manos me tapó la boca y empezó a empujar con fuerza. Decía ‘relájate, relájate”.
Ella temió por su vida. “No podía resistirme a su fuerza y me dolía tanto que podía morirme, así que desistí y me quedé echada como si estuviera muerta”.
Kim dice que la drogaron en la discoteca y la violaron. Luego vomitó, y suplicó para poder irse a casa.
“Estaba recogiendo mi ropa y mis cosas para irme cuando agarró su teléfono para tomar una foto de su cara y mi cara. Le dije: ‘¿Qué estás haciendo?’ y ‘no, no’. Pero me tomó del brazo y no me soltaba. Así que pensé que era mejor simplemente dejar que tomara la foto e irme, si no podía salir mal parada”.
“Así que tomó la foto y me fui”.
Drogadas con GHB
Kim fue a la policía al día siguiente. No encontraron rastro de drogas en su sangre, pero los fiscales dicen que no es algo raro.
La droga que se usa más frecuentemente para incapacitar a las víctimas es GHB, o ácido gamma-hidroxibutírico, un fuerte sedante que se vuelve indetectable en el cuerpo tras unas horas.
“Por suerte, yo estaba despierta cuando sucedió y puedo describir con detalle lo que me pasó”, afirma.
Pero dice que encontró por internet a otras mujeres que también creen que fueron drogadas y violadas tras ir a clubes de Gangnam, pero no tienen un recuerdo claro de lo que sucedió.
El empresario fue posteriormente encontrado e interrogado, pero mantuvo su inocencia. En un comunicado a la BBC aseguró que ella no se desmayó. Que no la violó, agredió ni asaltó físicamente y que las grabaciones de las cámaras de videovigilancia muestran cómo ella se fue del club con él por voluntad propia y cómo los dos caminan hacia el hotel.
La investigación continúa.
“Tráeme zombis”
En los últimos meses, la policía ha interrogado a casi 4.000 personas, centrándose en las acusaciones de drogas, prostitución, agresiones sexuales y grabaciones ilícitas vinculadas a la escena nocturna que han indignado a la opinión pública.
Entre los interrogados hay varios famosos de la escena del K-pop.
Seungri -su nombre real es Seung-hyun- se ha retirado del mundo del espectáculo, negando haber utilizado nunca a prostitutas pero diciendo que el escándalo “se ha convertido en algo muy grande”.
La polémica, que continúa, provocó la renuncia del presidente de una gran empresa de entretenimiento surcoreana: Yang Hyun-suk, productor jefe de YG Entertainment, la cual estuvo detrás del hit mundial “Gangnam Style”.
Él negó haber hecho nada malo, pero dijo que no podía aguantar más las acusaciones “humillantes” de que participó en un escándalo de drogas, y que renunciaba para poder combatirlas.
Las acusaciones han animado a otros a levantar la voz. Personas con las que hemos hablado que formaron parte integral de la escena nocturna de Seúl han descrito una cultura de explotación, donde procurar mujeres para la gratificación sexual se había convertido en algo casi rutinario para algunos clientes ricos.
Los clubes emplean a anfitriones o facilitadores conocidos como “MDs” para cumplir los deseos de los clientes. Es un papel turbio. Una MD nos dijo que implica construir relaciones con “chicas guapas” para que vayan a los clubes. Las persuaden con la oferta de entrada y bebida gratis.
Los MDs tienen en sus listas a una serie de mujeres hermosas. Muchos las animan a que beban con los clientes, y los MDs se llevan luego alrededor de un 13-15% de la venta de bebidas.
Con los clientes adecuados, algunos pueden ganar hasta US$20.000 al mes. Como explica uno de ellos: “Para conseguir clientes que paguen bien, los MDs tienen que poder proporcionar chicas sexis”.
Hemos oído repetidas acusaciones de que en algunos momentos y tras la petición de los clientes, las bebidas de las mujeres estaban siendo adulteradas, haciendo que perdieran la consciencia.
Sin embargo, un ejecutivo sénior de un club le dijo a la BBC que la sugerencia de que se había distribuido o vendido a los clientes GHB y promovido las agresiones sexuales era ridícula.
Un antiguo MD en un famoso club de Gangnam dijo que un VVIP era conocido por “su apetito loco por mujeres inconscientes”.
“Me ordenó llevarle a dos mujeres totalmente bebidas o inconscientes”, nos contó.
Específicamente, dijo, la petición del cliente fue: “Tráeme zombis”.
“¿Qué pasa si se muere aquí?”
Asegura haber presenciado varios intentos de agresión sexual. “Cada semana veía a varias personas que no parecían bebidas, sino idas de una forma diferente. Puedes ver con tus propios ojos la diferencia entre alguien borracho de alcohol o alguien que está ido por otra sustancia”.
Lee -no es su nombre real- trabajó como MD y dijo que esas mujeres eran “simplemente gente que venía al club”.
Quería asegurarme de que entendía lo que me estaba diciendo, así que le hice la pregunta claramente: “¿Mujeres normales que iban a la discoteca una noche podían enfrentarse a ser drogadas y violadas? ¿Es esto lo que viste?”
“Sí”, contestó.
Tras conseguir a las mujeres, dice, los clientes “las llevaban al hotel que estaba encima de la discoteca o a muchos hoteles cerca de aquí, o moteles”.
No podemos dar el nombre de ninguno de estos trabajadores, porque tienen miedo a sufrir represalias.
Una persona que va frecuentemente a los clubes nos dijo que estuvo en la sala VIP de una discoteca de Seúl cuando un camarero llevó a mujeres inconscientes.
“No sé si alguien la drogó, pero vi a una mujer que estaba claramente alucinando e inconsciente. Pensé si tendría alguna enfermedad mental, especialmente porque estaba babeando y su cuerpo estaba flácido. Me preocupé: ¿qué pasa si muere aquí?”.
Él niega haber drogado o atacado a mujeres y dice que desafió al MD.
“Le pregunté al camarero si ella estaba muy borracha, y contestó: ‘No está borracha. No recordará nada así que puedes hacer lo que quieras”.
“Las mujeres sexis y hermosas son la presa. Estos hombres son los cazadores. Y pagan para entrar en el juego. Así que necesitas presas y los MDs son los que las consiguen”.
Un pastor encubierto
Joo Won-gyu es un pastor eclesiástico que se ha convertido en uno de los activistas más vocales contra la violencia sexual en Gangnam.
Él trabajaba con adolescentes que se habían escapado de casa en 2015 cuando 20 de ellas desaparecieron.
Las buscó y las encontró trabajando como prostitutas en clubes cuando todavía eran eran menores. Decidió convertirse en chofer para algunos de estos clubes para intentar descubrir más sobre cómo eran tratadas y reclutadas estas adolescentes.
Dice que proxenetas o procuradores seducían a estas chicas adolescentes diciéndoles que las ayudarían a convertirse en actrices o artistas tras “trabajar” en el club por dos o tres años. A otras incluso les prometieron cirugías estéticas.
Una de las chicas más jóvenes que trabajaba en los clubes había sido reclutada a los 13 años, cuenta. La edad mínima para el consentimiento sexual en Corea del Sur es 18. Tener sexo con un menor se considera violación.
Dice que vio a mujeres inconscientes ser violadas durante aquel periodo. Nos contó cómo cree que funciona el sistema.
“Los VIPs le decían a los MDs: ‘Quiero dormir con esa chica’. El MD le decía luego a la chica que ‘ese VIP es súper rico’ y la llevaba a la zona privada. Entonces bebían juntos, ponían GHB en la bebida o la emborrachaban con alcohol para violarla o agredirla sexualmente”.
Nos condujo por los callejones de Gangnam donde dejaba a los clientes o a las trabajadoras sexuales, incluidas chicas menores, en hoteles o edificios de apartamentos. Lo describe como un “período difícil”.
“Vi a mujeres ser violadas dentro de los clubes, fuera de los clubes detrás de coches, ser drogadas contra su voluntad, ser golpeadas. Diría que unas tres o cuatro veces a la semana veía esto”.
“Dábamos nuestros cuerpos por turnos”
Joo intentó sacar a varias chicas de estos clubes, pero no lo consiguió. No nos dejó conocer a ninguna, pero nos permitió hacerles preguntas por teléfono a través de él.
Una de ellas, que fue reclutada a los 16 años, fue muy honesta sobre su papel.
“Cuando estábamos allí bebíamos, tomábamos drogas, bailábamos como idiotas y dábamos nuestros cuerpos por turnos”, dijo.
Dijo que los hombres eran como “reyes”. Ambas adolescentes dijeron que el sexo era con frecuencia violento: ellas y sus amigas necesitaban luego tratamiento médico.
Sus clientes con frecuencia la grababan en video. Le decían que actuara inocentemente, y otras veces tenía que actuar como si estuviera siendo violada.
“Con chicas como nosotras hacían porno…yo actúo como si no lo viera, cuando me graban”.
Joo dice que estos videos podían ser utilizados para chantajear a las chicas y evitar que dejaran los clubes o que lo denunciaran a la policía.
Explicaron que en muchas ocasiones no estaban solas con esos hombres en las habitaciones de los moteles.
Una nos dijo que los VVIPs llevaban a mujeres que elegían en los clubes y que habían sido drogadas, y ellas veían cómo eran drogadas y violadas.
A algunas chicas les ofrecían marihuana, cuentan, pero si los hombres “pensaban que podía ser una puta loca que los va a denunciar, entonces las drogaban con GHB y las grababan sin que ellas lo supieran”.
“Ellas están inconscientes. No pueden moverse. O no saben lo que han hecho”.
Ahora que se está llevando a cabo una investigación policial, le pregunté a una de ellas a través del pastor qué le gustaría que pasara con el escándalo sexual.
“Espero que mueran todos”, contestó.
“Solo aquellas con…una mente fuerte sobrevivirán a Gangnam”.
Cocodrilos, leones y lagartijas
La prostitución es ilegal en Corea del Sur, y a pesar de ello el comercio sexual está pujante, se cree que mueve unos US$13.000 millones al año.
No hay escasez de prostitutas para aquellos que buscan estos servicios.
Pero un cliente rico de un club nos dijo que los hombres que él conocía no querían prostitutas. Dijo que comparar a prostitutas con mujeres que no trabajan en este sector es “como tener un coche de trabajo frente a tener el tuyo propio”.
“No puedes tocar a una chica normal tan fácilmente. El sentido de logro lo tienes cuando consigues acceder a algunas cosas a las que no todo el mundo puede acceder”.
Le contestamos que tener sexo con mujeres que no pueden dar su consentimiento es una violación.
“¿Las mujeres normales que beben con normalidad no se quitan la ropa interior? ¿Qué hacen entonces los hombres?”, respondió con indignación. “Intentan emborracharlas, pero ellas no quieren. ¿Qué haces entonces?”
“Dices inocentemente que ‘estoy aquí solo para bailar’. Vale, pero ¿te va a dejar la gente que solo bailes? Esto es una selva. Está bien que estés aquí solo para mirar, pero hay cocodrilos, leones y lagartijas que te quieren agarrar. Las mujeres sexis y bellas son las presas“.
La idea de ser concebida como una presa para los hombres les sonará preocupantemente familiar a muchas mujeres en Corea del Sur.
El año pasado, miles de ellas salieron a las calles de Seúl para protestar por las “cámaras espía” utilizadas para grabar a mujeres, a veces de forma sexualmente explícita, sin su consentimiento.
El escándalo ha provocado otras grandes protestas para pedir justicia. Activistas temen que la policía no sea de fiar para investigar los casos.
Shin Ji-ye, del Partido Verde, se dirigió a la última manifestación masiva en el Día Internacional de la Mujer en marzo y aseguró que estos abusos tienen lugar desde hace “décadas”.
“Hemos oído gritar a las mujeres siendo violadas y agredidas en tantos clubes…”, dijo.
Pero hay indignación por el hecho de que solo se tomaron medidas cuando fueron detenidas personas famosas y se sospechó que había un complot con la policía.
Hay temor por que las voces de víctimas femeninas hayan sido ignoradas durante demasiado tiempo.
La policía ha detenido a 354 personas en los últimos tres meses en conexión con lo que ha pasado a conocerse como el escándalo del Sol Ardiente.
De ellos, 87 fueron detenidos por comerciar con sexo, grabando ilegalmente sexo y violaciones. En 20 de los casos, las mujeres habían sido drogadas.
Pero activistas aseguran que el número total de víctimas puede ser mucho mayor. La abogada Cha Mee-kyung sostiene que esos “crímenes escondidos” suceden, pero “no se reflejan en las estadísticas del sistema de justicia”.
También hay acusaciones de que algunos agentes de policía ignoraron reportes sobre los clubes.
El presidente Moon Jae-in ordenó una investigación sobre la supuesta corrupción policial y dijo que hay “pruebas que sugieren que los fiscales y la policía condujeron investigaciones incompletas a propósito, y evitaron activamente que se conociera la verdad”.
El jefe de la comisaría de Gangnam ha sido apartado de su puesto tras una investigación especial.
Denunciar una violación puede ser duro para las víctimas. Muchas mujeres en Corea del Sur son renuentes a hacerlo. Temen el estigma. Creen que serán juzgadas en una sociedad extremadamente patriarcal.
El uso de drogas también dificulta que las mujeres recuerden los detalles de una agresión.
El abogado Kim Jeong-hwan está en proceso de intentar llevar a los tribunales el primer caso en Corea del Sur relacionado con el uso del GHB. Dice que la naturaleza del GHB significa que es “muy probable que las víctimas no tengan un recuerdo claro” de la noche.
“Además, es difícil conseguir pruebas del uso de GHB, porque es muy poco probable que un análisis de sangre detecte la droga al desaparecer tan rápido del cuerpo”, añadió.
Luego está el miedo a no ser creídas. Es su palabra contra la de los ricos y famosos. ¿Pedirá a los poderosos que rindan cuentas una fuerza policial que ya está siendo acusada de intentar encubrir algunos de estos crímenes?
La Agencia Nacional de Policía de Corea del Sur ha puesto en marcha una unidad especial para investigar crímenes contra las mujeres.
La superintendente Choi Hyun-a le dijo a la BBC que sus agentes “investigarán minuciosamente y de manera justa para que todos los ciudadanos de Corea del Sur tengan una mayor confianza en la policía”.
Además, dijo que su equipo se centrará en “evitar crímenes sexuales en los que las mujeres son drogadas”.
“Sabemos que esto es lo que más temen las mujeres”, explica ella.
A algunas mujeres les preocupa que una vez pase esta polémica, la explotación continúe. Pero los activistas dicen que seguirán peleando.
Kim me dijo que nunca se había visto a sí misma como una feminista o una luchadora. Pero esto cambió con su supuesta violación.
“Realmente quería atrapar a estos hombres malvados. Quiero que cambie la ley. Quiero una sociedad en la que estas drogas no puedan utilizarse y donde no se creen más víctimas”.