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El relato de un brutal avance en Ucrania, casa por casa y aldea por aldea

La campaña de meses para quebrantar las líneas rusas fortificadas se está llevando a cabo en muchos dominios y en muchas formas de batalla.

Soldados ucranianos disparan un obús contra objetivos en dirección a Bajmut, Ucrania, en la línea del frente de guerra oriental, el lunes 28 de agosto de 2023. (Tyler Hicks/The New York Times).

Soldados ucranianos disparan un obús contra objetivos en dirección a Bajmut, Ucrania, en la línea del frente de guerra oriental, el lunes 28 de agosto de 2023. (Tyler Hicks/The New York Times).

La misión de la unidad ucraniana era tomar una sola casa, en una aldea que es sólo una mota en el mapa pero que servía como bastión para los soldados rusos.

Andriy, un infante de Marina veterano, había esperado durante tres días con su pequeño equipo de asalto —de cuyos miembros ninguno había entrado en combate antes— mientras otras unidades ucranianas avanzaban a través de campos minados, asaltaban trincheras y despejaban un camino hacia la aldea agrícola de Urozhaine. Finalmente, un día del mes pasado, llegó la orden de movilizarse.

Rápidamente se trasladaron a un lugar predeterminado en un vehículo blindado de transporte de personal y desembarcaron mientras explosiones y disparos resonaban en el suelo bajo sus pies, según relataron Andriy y miembros de su unidad. Tras expulsar o matar a los rusos que quedaban, aseguraron la casa al caer la noche, apostaron guardias y revisaron las tácticas del día para ver cómo podían mejorar.

Por la mañana, llegó la nueva orden: tomar otra casa.

La campaña de meses para quebrantar las líneas rusas fortificadas se está llevando a cabo en muchos dominios y en muchas formas de batalla, con duelos de artillería y ataques con aeronaves no tripuladas a lo largo del frente en el sur de Ucrania. Pero el motor que impulsa el esfuerzo son cientos de grupos de asalto a pequeña escala, a menudo de sólo ocho a diez soldados, cada uno de los cuales tiene la tarea de atacar una sola trinchera, línea de árboles o casa.

En este enfoque táctico, las pequeñas aldeas cobran gran importancia. Se alinean en carreteras pavimentadas, lo que facilita el transporte, y los edificios, incluso los devastados por los bombardeos, proporcionan cierta protección. Los rusos los utilizan como bastiones; Urozhaine, por ejemplo, estaba rodeada por dos líneas de trincheras y un laberinto de túneles que permitían a las tropas rusas disparar en un lugar y luego aparecer en otro.

El éxito diario se mide en metros y no en kilómetros. Pero docenas de este tipo de ataques se han producido a diario durante semanas y en conjunto están sumando avances que, según Ucrania, plantearán problemas cada vez mayores a las sobrecargadas fuerzas rusas.

Es una manera difícil de librar una guerra —aldea por aldea, casa por casa— sin garantía de éxito. Sin embargo, una vez tomadas y aseguradas, las fortificaciones rusas supervivientes proporcionan una base para que los ucranianos planeen sus próximos pasos a seguir.

Este ha sido el patrón que ha seguido Ucrania mientras intenta avanzar por dos rutas de norte a sur hacia el mar de Azov, en busca de un lugar para atravesar y cortar el llamado puente terrestre entre Rusia y la Crimea ocupada.

Hacia occidente, las fuerzas ucranianas han estado avanzando por el camino que conduce a Melitópol; tras haber asegurado la aldea clave de Robotyne, lucharon ferozmente esta semana en la aldea de Verbove, el siguiente paso en la avanzada. El viernes, el Ejército ucraniano informó que había avanzado 5,6 kilómetros más allá de Robotyne, y John Kirby, portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, dijo que Ucrania había logrado “avances notables” en las 72 horas previas.

Urozhaine se encuentra en una ruta más al este, a lo largo de una pequeña carretera rural que conduce a Mariúpol en la costa sur.

La batalla por la aldea duraría nueve días. Los rusos finalmente se retiraron el 19 de agosto bajo una lluvia de fuego de artillería ucraniana. Fue un paso pequeño pero necesario. Al igual que con Robotyne, asegurar la aldea significó que las fuerzas ucranianas habían logrado atravesar la primera capa de defensa rusa. Lo que es igualmente importante es que han mantenido la posición durante dos semanas.

A los ucranianos todavía les quedan unos 96 kilómetros de duro camino por delante antes de que puedan llegar a la costa, y al menos otra línea de defensa rusa fortificada en su camino. Los rusos resisten ferozmente, y están protegidos por posiciones atrincheradas, campos minados y superioridad aérea. Los infantes de Marina prevén que el combate sea sangriento y lento.

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“Los rusos tienen más artillería, más tanques, más drones y más gente”, dijo un veterano infante de Marina llamado Denis. “Y también se fortifican muy bien cada vez que llegan a algún lugar, ya sea un asentamiento, una zona forestal o solo un campo”.

Los ucranianos permitieron que un equipo de The New York Times visitara a los infantes de Marina que luchaban en la carretera a Mariúpol en múltiples ocasiones durante dos semanas en agosto, con la condición de que los periodistas no revelaran ubicaciones precisas, nombres completos ni rangos de los soldados, ni ciertos detalles operativos.

En más de una docena de entrevistas en días recientes, los soldados en combate expresaron con gran confianza que pueden quebrar las líneas rusas.

“Después de la primera y la segunda línea habrá un camino recto hacia el mar, no más fortificaciones”, afirmó Maksym, otro infante de Marina veterano que luchó en Urozhaine. “Nos moveremos como cohetes”.

Los infantes de Marina están combatiendo a lo largo de una línea que corre hacia el sur a lo largo de la T0158, una carretera rural que serpentea a través del valle del río Mokri Yaly, donde los ucranianos han retomado una serie de aldeas desde que lanzaron su contraofensiva en junio. El próximo gran objetivo del asalto es Staromlínivka, a unos 19 kilómetros de donde comenzó la campaña.

Los rusos están solicitando refuerzos rápidamente para intentar detener el avance, según dijeron soldados ucranianos.

Su descripción de la batalla en Urozhaine fue respaldada por imágenes de drones ucranianos sin editar vistas por el Times. Los detalles clave también coincidieron con relatos publicados en las redes sociales por soldados y blogueros rusos.

Los rusos también se están adaptando, según afirmaron los infantes de Marina. Por ejemplo, están empleando nuevas tácticas para hacer que los campos minados, ya de por sí peligrosos, sean aún más letales.

La táctica incluye cubrir el pasto repleto de minas con un agente inflamable. Esto para que una vez que los ucranianos comiencen a despejar un camino, los rusos lancen una granada desde un dron, provocando un mar de fuego y explosiones.

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Al igual que otras unidades ucranianas, los infantes de Marina están compuestos por una mezcla de combatientes de carrera, voluntarios y reclutas movilizados. Alrededor del 70 por ciento proviene del área local, —incluida la ciudad ocupada de Mariúpol— y los soldados creen que eso les da una clara ventaja sobre un enemigo que, a su parecer, lucha por un sueldo y solo mantiene posiciones por temor a ser castigado por retirarse.

Como soldados experimentados, Andriy y Maksym, ambos de 35 años, guiaron a los nuevos reclutas.

“Por supuesto que tuvimos algunas pérdidas, no dentro de nuestro pelotón, sino dentro de la brigada”, dijo Maksym. “Así es la guerra, ¿sabes?”

Aun así, los infantes de Marina lograron su objetivo en Urozhaine y dieron un pequeño paso más cerca del mar.

“También es importante para la autoconfianza y la motivación”, afirmó Maksym. “Muchos de los muchachos eran nuevos, fue su primer combate. Y ahora saben cómo es”.

Un soldado ucraniano en una posición de artillería en la región de Bajmut en Ucrania, el 28 de agosto de 2023. (Tyler Hicks/The New York Times).