El abogado de Solá, Francesc Bueno, presentará una ampliación de la demanda ante el “hecho nuevo” que supone la pérdida de la inviolabilidad del rey, por la que no puede ser juzgado.
El aforamiento del monarca podría hacer que el caso del presunto hijo ilegítimo sea juzgado en el Tribunal Supremo. En la demanda que Solá presentó en octubre aportó nuevas pruebas, entre ellas dos cartas firmadas por La Zarzuela, para demostrar la presunta filiación.
La inmunidad de Juan Carlos como rey significó que dos demandas de prueba de paternidad, incluida la de Solá, fueron rechazadas por tribunales menores en el 2012. La apelación de Solá sucede al rechazo de otra demanda que presentó en el 2013.
Juan Carlos perdió su inmunidad al abdicar en junio último, lo que hizo que los legisladores presentaran un nuevo proyecto de ley para que los casos relativos a los monarcas renunciantes sean examinados por la Corte Suprema.
Historia del hijo negado
El entonces príncipe Juan Carlos hizo un viaje en los años 50 desde la Academia militar de Zaragoza, donde se encontraba estudiando, a Barcelona, según el relato de Solá. Allí, siempre según su relato, conoció a María Bach Ramón, hija de una familia de conocidos banqueros de la ciudad, que daría a luz a Albert Solá en 1956.
“Poco antes de nacer yo, el rey le comunicó la noticia a varios de sus amigos”, sostiene Solá. Tras el parto, unas enfermeras de la maternidad de Barcelona arrebataron el niño a María Bach y lo llevaron a la isla de Ibiza (islas Baleares), donde estuvo hasta 1961.
En 1964 regresó a Barcelona, donde fue adoptado por la familia Solá Jiménez. Empezó a investigar sobre su familia biológica y descubrió en unos documentos que aparecía la expresión “chupete verde” , que, según algunos historiadores, hace referencia a los bebés de sangre real.
Solá es mayor que el rey Felipe VI, quien nació en 1968. Conoció en el 2012 a su presunta hermanastra Ingrid Sartiau, quien también reclama ser hija del rey Juan Carlos y que nació entre 1966 y 1967.