Tras un juicio sumario, fue condenado a una pena de 20 años de cárcel, que cumplióíntegramente.
“Fue un hombre cariñoso, humilde, sincero y amaba a Cuba con toda su alma”, señaló sereno Huber Matos, nieto del excomandante que fue una de las voces más reconocidas del exilio y se encontraba hospitalizado en el Kendall Regional.
Según Matos, las últimas palabras de su abuelo fueron para su amada Cuba. “La lucha continúa. viva Cuba libre”, dijo en sus últimos momentos el excomandante y líder del grupo opositor Cuba Independiente y Democrática a disidentes de esa isla, precisó.
Nacido en 1918 en Yera, provincia de Oriente, en el seno de una familia humilde, Huber Matos estaba doctorado en Pedagogía por la Universidad de La Habana, en 1944.
Fue maestro rural, y la observación de las extremas condiciones en que vivía el campesinado impulsó su compromiso político desde muy pronto.
Tras el golpe de Estado de Batista, en 1952, se unió a la guerrilla cuatro años después y se convirtió en uno de los líderes más carismáticos.
Huber Matos había confesado recientemente que vivía con la ilusión de regresar a una Cuba libre y que el “daño” que Fidel Castro había hecho a ese país iba a “demorar mucho en curarse”.