De las 231 víctimas fatales, 101 estudiaban en la Universidad Federal de Santa María, así como la mayoría de los 116 heridos —80 de ellos están graves—, que habían acudido a la discoteca para participar en una fiesta de integración de facultades.
La situación más dramática fue la de las familias que tuvieron que despedirse de hasta dos miembros.
Otra despedida conmovedora fue la del soldado Leonardo de Lima Machado, de 26 años, quien fue enterrado con honores militares porque, tras haber salido ileso de la discoteca, regresó en dos ocasiones para ayudar a otras personas aunque no volvió a aparecer en la segunda oportunidad.
“Sacó a su novia; la dejó en la acera de enfrente y volvió a entrar para ayudar a otros”, explicó el cabo Gilmar Geison Buscher.
La conmoción reina en Santa María desde la madrugada del domingo y la indignación también, pese a que la Policía arrestó ayer a cuatro de las personas a las que investiga como posibles responsables por la tragedia.
Se trata de los dos propietarios de la discoteca —Elissandro Spohr y Mauro Hoffmann— y de dos de los músicos que se presentaban en el momento en que comenzó el incendio.
También fueron arrestados dos integrantes del grupo Gurizada Fandangueira, la banda a la que se atribuye el origen del incendio.
Según relatos de supervivientes, el incendio en la discoteca comenzó cuando un integrante del grupo encendió un artefacto pirotécnico cuyas chispas alcanzaron la espuma utilizada como aislante acústico en el techo de todo el establecimiento.