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La formación de un nuevo gobierno “lo hicieron imposible el PSOE y Ciudadanos” , lanzó el domingo Rajoy desde un acto en Córdoba, en el sur de ese país.
“Rajoy está fingiendo, no ha movido un dedo; él está ya en las elecciones” , contraatacaba Albert Rivera, líder de Ciudadanos, en el diario centroderechista El Mundo.
El PP de Rajoy llegó en cabeza de los comicios de diciembre (123 de 350 diputados) . Pero, sin la comodísima mayoría absoluta de 186 diputados que logró en 2011 y sin ningún aliado, tras la primera ronda de consultas reales en enero, renunció a intentar la investidura.
La misión fue entonces confiada al líder socialista Pedro Sánchez (90 diputados) , que afirmó querer negociar con todos, a su izquierda y su derecha, salvo el PP. Sin embargo, sólo logró un acuerdo con Ciudadanos (40 escaños) que, rechazado en bloque por la izquierda por considerarlo demasiado liberal, desembocó en estrepitosos fracasos en dos votaciones de investidura en marzo.
Desde entonces, nada se ha movido sustancialmente. Y, según los sondeos, tampoco la opinión de los españoles, que parecen determinados a votar de forma bastante similar.
Una encuesta publicada por El Mundo el domingo vaticinaba 123 diputados para el PP, 90 para el PSOE, 70 para Podemos si como parece se alía la coalición ecolo-comunista IU y 44 para Ciudadanos, en detrimento de las formaciones más pequeñas.
Otra, publicada por El País, de centroizquierda, el viernes, predecía un resultado semejante pero con una superación de Podemos-IU al PSOE en número de votos.
“El PSOE es el que (…) más riesgos tiene” , dice a la AFP la socióloga Belén Barreiro, directora del instituto de sondeos MyWord. “Va a pedir el voto útil” para impedir que Rajoy repita en el poder, “pero para qué?” , se pregunta, recordando sus dificultades para pactar con el radical Podemos.
“Me da la sensación que no va a ser más fácil, sino más difícil todavía, ponerse de acuerdo” , confirmaba uno de los barones socialista, Miquel Iceta, en un encuentro con la prensa internacional.
Todas las formaciones preparan ya, aunque sin decirlo, una campaña más austera que en las elecciones precedentes. Y, seis meses después, éstas pueden volver a dejar a ese país en el punto de partida.