“Las lluvias son muy fuertes y no ha habido tregua en los últimos tres días”, dijo Pimentel, quien precisó que unas seis mil personas más podrían ser evacuadas durante el día. El responsable filipino no señaló víctimas mortales.
En algunas áreas, donde el agua alcanzó 1.5 metros de altura, los equipos de rescate tuvieron que ayudar en lanchas a los residentes atrapados en sus casas, agregó.
Asimismo, los fuertes vientos asociados, de hasta 80 kilómetros por hora, talaron árboles y levantaron el techo de algunas viviendas.
Dos vuelos desde Manila hasta la región fueron cancelados este lunes, dijeron en un comunicado las autoridades aeroportuarias de la capital filipina.
La tormenta, que avanza hacia al oeste a 11 kilómetros por hora, se espera que cruce el centro de Filipinas en los próximos dos días. Surigao del Sur, en la pobre región agrícola de Caraga, es una de las provincias más propensas a las inundaciones.