Los nombres de quienes serán investigados, si la corte lo aprueba, no fueron divulgados porque las causas están bajo secreto judicial. Pero el fiscal general Rodrigo Janot, que presentó la solicitud, pidió el levantamiento de esa reserva.
Ahora la corte debe contestar
La “Operación Lava Jato” (lavadero de autos) consistió en un sofisticado esquema delictivo que asoció a algunas de las mayores empresas del país con directivos de Petrobras, otrora orgullo de los brasileños, para manipular licitaciones y desviar fondos.
La red giró unos US$4 mil millones durante una década, según datos de la policía federal.
El escándalo ahoga a la mayor compañía pública de Brasil en una mezcla de sobornos, fraude, manipulación de licitaciones públicas y lavado de dinero, que fue calificada como la mayor investigación de corrupción de la historia del país por la procuraduría general de la República.
Según las delaciones que hicieron algunos acusados a cambio de una reducción de sus eventuales condenas, y que fueron filtradas a la prensa, los fondos desviados fueron destinados a cuentas personales o para financiar partidos políticos.
Las especulaciones sobre sus ramificaciones en el Congreso y en distintos niveles de gobierno apuntan a figuras tanto afines al gobernante Partido de los Trabajadores y sus aliados como a algunos opositores.
Según se deriva de las distintas causas, el pago para los directivos de la estatal variaba entre 1% y 3% del total de los contratos multimillonarios.
La lista presentada por Janot inaugura una nueva fase del escándalo, que desatará tensiones entre los poderes de la República de la primera economía de América Latina.