El otro protagonista de los comicios es el ultraderechista Frente Nacional, que por primera vez tiene a mano la posibilidad de gobernar en una decena de ciudades.
Los colegios electorales cerrarán entre las 16.00 horas a 18.00 horas GMT, en función del tamaño de las ciudades, en unas elecciones que suponen el primer examen para Hollande tras su llegada al poder en el 2012. A medio día, la participación en esta segunda vuelta se situaba en 19.83%, es decir menos que en la primera vuelta a la misma hora (23.16%), según el ministerio del Interior.
Ciudades como Estrasburgo (este), Toulouse (suroeste), Saint-Etienne (centro-este), Reims (este), Metz (este) o Caen (noroeste), gobernadas por alcaldes socialistas, podrían caer en manos de la derecha del UMP, el partido del expresidente Nicolas Sarkozy. En París lo único seguro es que el próximo alcalde será por primera vez una mujer, porque el duelo entre la socialista Anne Hidalgo y Nathalie Kosciusko-Morizet (UMP) es muy ajustado.
Sea cual sea el resultado a nivel nacional, los observadores apuntan a un probable cambio de gobierno la próxima semana para reemplazar al impopular primer ministro, Jean-Marc Ayrault, o a algunos miembros de su gabinete. Uno de los nombres que más suenan para sustituirle es el de Manuel Valls, de 51 años, actual ministro del Interior, conocido por su firmeza y muy popular según las últimas encuestas.
Los dos primeros años del gobierno de Hollande han estado marcados por un contexto económico difícil. La semana pasada, entre las dos vueltas de las municipales, se publicaron las cifras del desempleo, que en febrero alcanzó la cifra récord de 3,34 millones de personas. Además el crecimiento económico tarda en llegar y, según las últimas previsiones del banco central el Producto Interior Bruto (PIB) sólo aumentará un 0,2% en 2014.
El presidente ha anunciado por otra parte un ambicioso programa para reducir en €50 mil millones (unos US$68.50 mil millones)s el gasto público hasta el 2017, un objetivo que podría acrecentar su impopularidad.
– Avance histórico de la extrema derecha
La UMP, en la oposición tras la derrota de Sarkozy en las presidenciales de 2012, obtuvo cerca del 46% de votos en la primera vuelta frente al 37% de los socialistas, en parte por al desafecto de los franceses tras dos años de gobierno de Hollande, pero el principal triunfador fue el Frente Nacional, que espera consolidar este domingo su avance histórico para conquistar varias ciudades medianas.
Desde que en el 2011 Marine Le Pen tomó la riendas del FN, su labor para “normalizar” el partido y borrar la imagen sulfurosa que tenía bajo la dirección de su padre, Jean-Marie Le Pen, parece estar dando sus frutos, gracias a un discurso nacionalista, antieuropeo y antiliberal que seduce a cada vez más franceses.
“Somos la vanguardia de la reconquista nacional”, advirtió el pasado domingo Steeve Briois, el nuevo alcalde FN de Hénin-Beaumont, una ciudad obrera del norte de Francia de 27 mil habitantes que fue elegido sin necesidad de segunda vuelta. Este domingo el partido podría ganar ciudades como Fréjus (sur), Béziers (sur) o incluso Aviñón, lo que constituiría una victoria simbólica para esta ciudad conocida internacionalmente por su festival de teatro. El director del evento, Olivier Py, ya advirtió que se trasladaría a otra ciudad si el FN termina ganando la alcaldía.