Pero pese a esta presión y a las casi dos semanas de intensas negociaciones en la capital austriaca, no es seguro que se cierre un acuerdo que ponga fin a 13 años de estancamiento, independientemente del tiempo.
El presidente estadounidense, Barack Obama, habló el miércoles reicén pasado con su jefe de la diplomacia, John Kerry y con otros miembros de la delegación estadounidense por videoconferencia para “revisar los avances de las negociaciones hasta ahora y dar orientaciones”, dijo la Casa Blanca en un breve comunicado.
Un día antes, Obama habría dicho a los senadores que las probabilidades de un acuerdo son “menos de 50-50.”
Un pacto final, que se negocia sobre la base del acuerdo marco alcanzado en abril, contribuiría al desmantelamiento de una parte de la infraestructura nuclear iraní para impedirle la fabricación de la bomba atómica.
A cambio, la comunidad internacional iría retirando progresivamente las dolorosas sanciones impuestas a Irán – que niega que su proyecto sea dotarse con armas nucleares- cuando la agencia de Naciones Unidas encargada de la energía atómica verifique que Teherán cumple sus promesas.
“Nunca Irán y sus socios han estado tan cerca de un acuerdo final. Pero todavía está lejos de hacerse realidad. Todavía son necesarias decisiones políticas serias”, reconoció el ministro iraní de Relaciones Exteriores, Mohammad Javad Zarif, en el Financial Times.
Un portavoz de la delegación iraní dijo el miércoles que no descarta que las negociaciones puedan prolongarse todavía varios días.
“Esperemos que hoy sea el último”, dijo el jefe del programa nuclear iraní Akbar Salehi en su encuentro con el secretario de Estado de Energía estadounidense Ernest Moniz.
Algunos de los principales escollos en este complejísimo acuerdo son el calendario y el ritmo para levantar las sanciones y la verificación por Naciones Unidas del estado en que se encuentra el supuesto plan de Irán de desarrollar la bomba atómica.
Irán también insiste en que debería haber cambios en el embargo de Naciones Unidas a las armas y flexibilizar las restricciones de la venta de misiles, lo que preocupa a los rivales de Irán y aliados de Estados Unidos en la región.
El canciller ruso, Sergei Lavrov, dijo este jueves, que Rusia está a favor de levantar el embargo de armas “cuanto antes.”
El objetivo de las sanciones para que Irán se sentara a negociar “se ha alcanzado hace tiempo” y las armas ayudarían a Teherán a combatir al grupo yihadista Estado Islámico, un enemigo también de Estados Unidos, Irán y Rusia.
– ‘No hay problemas insuperables’ –
Los jefes de la diplomacia de Alemania, Francia y el Reino Unido se sumaron a las negociaciones el jueves. Faltan sus homólogos ruso y chino, que participan en la reunión de los BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) en Ufa (Rusia).
Kerry y Zarif se reunieron durante 40 minutos, su primer encuentro desde el martes, según fuentes estadounidenses.
Lavrov dijo desde Ufa que no quedan “problemas insuperables” y que puede viajar a Viena “en cualquier momento.”
Kerry habló por teléfono con su homólogo chino Wang Yi.
Un acuerdo con el P5+1 grupo – Estados Unidos, Rusia, China, Reino Unido, Francia y Alemania – podría contribuir a normalizar las relaciones entre Irán y Occidente tras 35 años de desconfianza y enemistad.
Si el Congreso estadounidense no recibe el texto del acuerdo a tiempo, el periodo para revisarlo se duplica a 60 días, dando más tiempo a los opositores para rechazarlo. El proceso podría prolongarse en total 82 días.
Durante este tiempo Obama no puede suspender las sanciones del Congreso, las más dolorosas para Irán.
La experta Suzanne Moloney del Brookings Institution no cree que el Congreso estadounidense “rechace un acuerdo multilateral.”
No obstante, los legisladores estadounidenses podrían “crear problemas en la delicada fase que seguirá a la aprobación del acuerdo: su implementación.”