Además de Sapin, Varoufakis se entrevistará con el ministro francés de Economía, Emmanuel Macron, antes de viajar a Londres donde se reunirá con su homólogo británico, George Osborne, y con representantes de la City.
Varoufakis cerrará su gira el martes en Roma, donde tendrá un encuentro con el ministro italiano de Finanzas, Pier Carlo Padoan.
Desde la victoria electoral del partido Syriza hace una semana, el nuevo ejecutivo de izquierdas de Alexis Tsipras tiene a sus socios europeos en vilo sobre la cuestión del pago de la deuda griega, superior a los 300 mil millones, esto es, más del 170% de su PIB. Tras unos primeros intercambios tensos, Atenas moderó su mensaje el sábado.
“Nadie quiere un conflicto y nunca tuvimos la intención de actuar de forma unilateral respecto a nuestra deuda”, declaró Tsipras, que recordó, no obstante, que Grecia necesitaba más margen para acabar con problemas enraizados en su economía, como la evasión fiscal, la corrupción y las políticas que favorecen a una minoría rica.
En sus próximos encuentros, Varoufakis abordará la cuestión “desde un punto de vista técnico”, con “argumentos rigurosos y con cifras” para “conseguir apoyos”, según su entorno.
El jefe del Eurogrupo, Jeroen Dijsselbloem, viajó el viernes a Atenas y su encuentro con Varoufakis ante la prensa fue muy frío, ya que el ministro holandés alertó sobre las consecuencias para Grecia de no respetar los acuerdos suscritos con sus socios.
Syriza ganó las elecciones con la promesa de poner fin a las políticas de austeridad impuestas por los acreedores de Grecia a cambio de su generosidad.
Atenas intenta ahora saber cuál es su margen real para negociar. ¿Puede Grecia obtener más tiempo para rembolsar su deuda, reducir el tipo de interés, o incluso conseguir una quita parcial?
Otra pregunta crucial: ¿Cuánto tiempo puede durar la negociación mientras la economía del país está en apuros?
– Tensas negociaciones –
Varoufakis tendrá también como objetivo aclarar la postura de Atenas sobre los aspectos técnicos de la negociación. Hasta ahora, el intermediario de Grecia era la llamada ‘troika’, formada por representantes del Fondo Monetario Internacional (FMI), la Comisión Europea y el Banco Central Europeo (BCE).
Pero el Gobierno griego ya no quiere negociar con la ‘troika’, que se convirtió en un símbolo de intransigencia, y prefiere hacerlo directamente con sus acreedores.
“No quiero hacerles perder el tiempo [a la ‘troika’], porque no están autorizados a hablar sobre la sustancia y la lógica del programa” de rescate, dijo Varoufakis a la edición dominical del diario griego To Vima. “¿Por qué deberían malgastar su energía y su tiempo?”, se preguntó.
La canciller alemana, Angela Merkel, descartó el sábado cualquier quita de la deuda griega, que pertenece en su mayoría a los Estados europeos. “Ya hubo una quita voluntaria de los acreedores privados, los bancos ya renunciaron a miles de millones de euros en deuda griega”, justificó la dirigente en una entrevista al Hamburger Abendblatt. “No veo una nueva quita de la deuda”, añadió.
Sapin, cuyo país también rechazó una quita, declaró su voluntad de convertirse en un “vínculo” entre Grecia y Alemania.
Grecia confía en el apoyo de Francia e Italia, ambos con gobiernos de izquierdas, para conseguir suavizar las medidas de austeridad impuestas por Bruselas.
El Gobierno griego recibió también el apoyo moral de los entre 100 mil y 300 mil manifestantes (según las fuentes) movilizados el sábado en Madrid por el partido antiliberal español Podemos, a menudo comparado con Syriza, para pedir un cambio de las reglas impuestas por la Unión Europea.