Todo ocurrió después de que una mujer que llevaba a un niño se detuvo para pasar por los torniquetes. El niño caminó y lo pasó antes que ella. Además, se dirigió hacia las escaleras eléctricas y estuvo a punto de caer.
Un guardia que estaba de turno en el aeropuerto reaccionó y evitó que el niño resultara herido al saltar por la baranda que separa una zona de control de las escaleras.
Con la escalera en movimiento, el agente de seguridad logró mantenerse en pie, tomó al menor en brazos y evitó un accidente. Después lo entregó a la mujer que pasó por un gran susto.